Los tambores
de Morena enmudecieron
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Desde hace muchos años se viene diciendo que los cambios
importantes en la sociedad se hacen con la participación del pueblo y con
líderes capaces, honestos y comprometidos con la transformación. Por tal, la
cosa pública no puede estar en manos de improvisados, corruptos ni en
advenedizos que sólo buscan poder y dinero. Pero a varios años de fundado el
partido Morena, el más importante de América Latina y del mundo, sus flaquezas
y limitaciones empiezan a preocupar a un importante sector de la militancia y
de la sociedad. A resultas de éstas, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha
urgido a la dirección de Morena poner en juego los principios, la ética, la
organización, las reglas y el trabajo. La mayoría de la militancia y del pueblo
exigen parar las ambiciones personales, el nepotismo y las viejas prácticas del
clientelismo electoral
Y es que el desencanto que hoy vive la militancia crece cuando
los dirigentes de Morena, algunos funcionarios públicos y no pocos representantes
populares se conducen defendiendo intereses y conductas políticas al más viejo
estilo del prianismo. Su comportamiento muestra en no pocos momentos ser
víctima de una ignorancia supina sobre el alcance que significa cultural y
políticamente el nuevo proyecto de Nación. La mística que se contiene en las
frases: impulsar un gobierno del pueblo, por el pueblo y con el pueblo y que da
contenido expreso a la cuarta transformación de la vida pública, se está
quedando en la epidermis de los políticos de Morena
La conducta omisa de los dirigentes del partido no está
calando a profundidad en la cultura, en la formación y en la práctica política
de la mayoría de los dirigentes y miembros de ese partido. Los únicos que
empujaron y siguen empujando al elefante viejo, mañoso y reumático fueron y son
el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Dra. Claudia
Sheinbaum Pardo. Mientras la mayoría de los dirigentes y algunos miembros del equipo
de gobierno no han entendido nada de le lo que significa la 4ª transformación
Esto explica la lastimosa paralización política del partido.
Su dirección está muda, no está entendiendo el momento que está viviendo el
país, no sabe acercarse a los movimientos sociales. La autocomplacencia es su
divisa, cree que lo que el pueblo ha ganado con el liderazgo de los dos últimos
presidentes de la República es suficiente garantía para impedir el retorno de
la derecha al poder. Las cosas no son así. Tenemos que exigirles a los
dirigentes de Morena que dejen de estar en el marasmo y se pongan a trabajar.
El partido necesita rumbo, organización y acción política. La militancia no
podrá hacer mucho si no se rompe con los controles que ejercen la nomenclatura
y los nuevos jefes tribales. Nuestra confianza será proporcional al correcto
desempeño, a nuestra incorporación al trabajo, al debate y a la toma de decisiones.
La tarea de todos es recuperar el partido, desembarazarnos de los cadáveres
políticos y ocuparnos de atender la lucha, la organización y las demandas de
los trabajadores