Una revolución
que se calienta
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Los corajes que la militancia y el pueblo empezamos a manifestar,
se deben a la energía que en la 4t no encuentra organización, ni política ni
acción. Los miles y miles de militantes y ciudadanos que acompañamos la
exigencia de que el ´partido Morena salga de su patética inmovilidad en que se
encuentra, expresamos el enojo de quienes siendo integrantes del movimiento vemos
que el esfuerzo de la mayoría de los mexicanos está terminando en facciones y en
un arribismo inexplicable de los viejos políticos. Una militancia y una mayoría
del pueblo ya no están dispuestas a pasar por alto agravios, ausencia de principios,
normas y proyectos que desde su nacimiento se pusieron al servicio del pueblo y
que hoy los usufructúan grupos de poder
Justo por esto, la lucha de hoy consiste en mejorar nuestra organización,
desplegar nuestro potencial político al máximo, buscar los más amplios
consensos con aliados y simpatizantes, darle sentido y dirección a nuestra
membresía y hacer del partido el instrumento que por sus acciones y defensa de
la 4ª transformación sea el referente en el que se vean los intereses del
pueblo. La derecha y el gobierno de los Estados Unidos quieren hacer del país un
polvorín, intentan trastocar nuestra economía y quieren hacer creer que México
y su gobierno sólo “abrazan a los narcos”
Estos enjuiciamientos no solo son erróneos, son posiciones
políticas de la derecha nacional e internacional que no ven con buenos ojos los
logros que pueblo y gobierno hemos logrado con el “Humanismo Mexicano”. Les irrita
que nuestro proyecto de país haya sacado de la pobreza a más diez millones de mexicanos,
que defienda con plenitud sus libertades, su independencia y su soberanía. No
se dan cuenta que el orgullo que paseamos por el mundo es contrario a lo que
pasaba durante el período neoliberal, con sus dirigentes agachones. Hoy el pueblo
y su gobierno caminan por el planeta con la frente en alto ondeando la bandera
de la justicia, la democracia y la libertad
En México estamos entendiendo lo que Hugues Portelli en su
obra Gramsci y el bloque histórico, señalaba: “no existe sistema social donde
el consenso sirva como la única base de la hegemonía, ni un Estado donde un
mismo grupo social pueda mantener duraderamente su dominación” “sectores de las
viejas clases dominantes también responden a las exigencias del pueblo y aceptan
ciertas partes de sus exigencias que las llevan a la suma de expresiones
revolucionarias pacíficas” (*)
Y aunque en México las protestas sociales se han impulsado
por los carroñeros del viejo sistema, no vamos hoy a discutir si nuestra revolución
tiene o no un parecido a lo que plantean Gramsci y Hugues Portelli. Lo que hoy
urge es que el partido deje de verse el ombligo, se ponga a la altura del
debate que se está dando y conduzca al movimiento a que juegue su papel
defendiendo el proyecto de transformación
(*) Hugues Portelli, Gramsci y el bloque histórico, Editorial
siglo XXI