Una buena
decisión desprenderse de la basura
Por JESÚS
SOSA CASTRO
La irritación y el encabronamiento de la militancia habían
alcanzado un alto grado de explosividad política. Desde el 1º de julio del 2018
la suerte y la vida del partido pasaron de una actividad febril en defensa de
un proyecto de transformación social a un estado de manos muertas que lo
sacaron de la escena pública por incapacidad y por falta de liderazgo. Con una
visión chata y sin ningún sentido de responsabilidad el equipo que heredó la
dirección se dedicó a torcer el sentido y el compromiso social que adquirió con
la gente. Ganaron las mañas, los intereses personales y de grupo. Sentó base la
ineficiencia y creció el repudio de la militancia contra sus dirigentes. Esto
en su conjunto condujo al partido a la pérdida de su identidad y al aislamiento
del movimiento popular
Del 2011 al 2018 todo parecía marchar sobre ruedas. La
rebeldía del pueblo no sólo había tomado las calles y las plazas públicas, sino
que había llegado al gobierno con una fuerza inusitada que se había desprendido
del alma de los mexicanos que vivían en las montañas, valles y cañadas del
México profundo. Pero del 1º de julio del 2018 para acá, el trabajo y la
alegría de la gente se empezaron a derrumbar. La militancia, el pueblo y el
gobierno, percibimos que, de seguir con un partido disfuncional, estábamos en
riesgo de que el Nuevo Proyecto de Nación se callera porque el partido incumplía
con su papel de instrumento organizador y político. Las esperanzas y los
sentimientos de nuestro pueblo estaban siendo subyugados por una dirigencia que
diariamente aparecía ligada a los intereses del viejo sistema representados por
el TEPJF y por el INE. La traición corría por las venas del país
Por eso la militancia se volcó en apoyo a la realización del
VI Congreso Nacional Extraordinario. Había que rescatar al partido de esas
manos muertas que no fueron capaces de convertirlo en el orgullo de los
demócratas mexicanos. ¡Nuestro aguante terminó! Las maniobras de Yeidckol
Polensky que hicieron de morena un partido al servicio de intereses bastardos y
ajeno a la defensa de la 4T, terminaron sepultadas por el ventarrón que hizo
parada en la sala de Armas de la Magdalena Mixuca. La “señera” figura de la
mujer que quiso pasarse de lanza, cayó hecha pedazos por la fuerza de la razón
que ejercieron 1310 consejeros nacionales que dijeron ¡BASTA! al engaño y a la
manipulación
En este evento se acordó completar el CEN. Según yo, este no fue
el mejor acierto. Su composición no acaba con las políticas y prácticas que
habían trabado la acción del partido. Alfonso Ramírez Cuéllar, el Dr. Enrique
Dussel y Xóchilt Zagal van a tener serias dificultades para someter y/o
convencer a Yeidckol Polennsky y a sus secuaces de la necesidad de cambiar la
orientación y las prácticas del partido. Como Secretaria General operará las
cuestiones organizativas y las relaciones con los miembros del partido. Contará
con el Srio. de finanzas, incondicional suyo que pagaba los gastos a sus
corifeos cuando se trataba de impedir o hacer mayorías al servicio de la jefa. La
solución que votaron los congresistas permitió que la tejedora de todas las
mañas y las intrigas contra Morena siguiera con la tela, el hilo y la aguja para
seguir bordando a favor de sus oscuros intereses
Lo que quedaba del CEN hasta antes del congreso del 26 era un
mazacote de vivales que no le aportaron una sola idea y una acción al partido. El
haber elegido a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente provisional del CEN, al
Dr. Enrique Dussel como Srio. de Educación Política a nivel nacional y a
Xóchilt Zagal en organización, no fue una mala salida. ¿Pero, van a poder
enderezar la nave cuando la mayoría del comité ratificado y elegido está lleno
de personas que no huelen ni hieden? ¿No se previó que la Yeidckol es una mujer
que trae su propio juego político ajeno por completo a lo que requiere el
partido, la 4T y el país?
Los que acompañamos los resultados de este congreso estamos
esperanzados de que el atorón que sufre el partido, finalmente sea superado. Me
anima que Alfonso Ramírez Cuéllar, el Dr. Enrique Dussel y la Dip. Zagal sean
políticos capaces, honorables con una clara visión de lo que hay que hacer por
el bien del partido y del país. El resto de los integrantes no me inspiran
ninguna confianza. Sin embargo, les concedo el beneficio de la duda ahora que
el timón está en otras manos. Sin embargo, el ambiente y los esfuerzos de la
mayoría del partido se vuelven a tensar cuando las declaraciones de la Polensky
indican que está decidida a suicidarse con todo y el partido. ¡Ojalá me equivoque!