Entre lo exitoso y lo patético
Por JESÚS SOSA CASTRO
Si no fueron las bufonadas, la estridencia y el odio que se
manifestaron el domingo en el Monumento a la Revolución entonces lo que
hicieron los derechairos que allí se convocaron tuvo que ver con el entierro de
sus propios muertos. El velorio estuvo encabezado por centenas de huérfanos y
resentidos y el sermón de cuerpo presente a cargo del tres votos Pedro Ferriz de
Con. No se vio a Felipe Calderón, a Cuadri, a los chuchos. Sólo la morralla
panista encabezada por Mariana Gómez del Campo lanzaba aullidos en contra del
presidente López Obrador. Fue verdaderamente patético lo que se vivió en las
filas de esa oposición sin brújula, elemental, frustrada y bravucona. El lunes,
en cambio, el pueblo ratificó su apoyo al ejecutivo federal porque en él está representada
la dignidad, la democracia y la esperanza
López Obrador, a pesar de la insidia y el oscurantismo
panistas está haciendo una política que Nicolás Maquiavelo expresó en varias
líneas de El Príncipe. Un gobernante -escribió- siempre debe actuar “con
prudencia y no preocuparse de ser tachado de mezquino, porque al través del
tiempo, le crecerá su fama” “su poder se manifiesta al no quitarle nada a los muchos,
aunque lo vean mal los pocos a los que no les da lo que le exigen” (*) y es que
a decir verdad, aquellos que por décadas ejercieron el poder y que se alejaron de
las necesidades y sentimientos de la gente, los electores los sacó del gobierno de manera
vergonzosa. Por eso esos políticos, empresarios y demás alimañas, viven en una
orfandad que da pena ajena. Lo que une a Vicente Fox, a Felipe Calderón, a
Gabriel Cuadri, a los chuchos, a Ferriz de Con y a otros esperpentos, son sus
intereses, sus tranzas y una forma por demás degradante de ejercer la política
Esta mezcolanza de partidos, grupos y personas mostraron su flacura
y su odio contra el presidente. Ser una oposición seria de plano no se les da.
La integración de tantos intereses personales, construidos con actitudes y prácticas
corruptas se hicieron una sola expresión al desembocar en los albañales de la
política. A tal grado que esta constelación de perdedores intenta construir un partido
que llevaría por nombre Futuro 21. Solo que, si ese va a ser el contrapeso para
enfrentarlo al gobierno de López Obrador, es conveniente que sus procreadores empiecen
a preparar sus exequias. Si lo que pretenden estos señores es quitarle la
mayoría a Morena en las elecciones intermedias y arrebatarle el control de la
Cámara de Diputados, no lo van a lograr con un partido de corruptos
Quienes acudieron al zócalo no sólo acudieron para celebrar su
triunfo del año pasado. Los miles y miles de personas que abarrotaron la plaza
de la Constitución fueron a ratificar su apoyo a un gobierno que por derecho está
entregando más a los muchos, mientras los pocos se retuercen como tlaconetes.
¡Se les acabaron los privilegios! Maquiavelo tenía razón, porque a medida que
la gente ve que se les han quitado recursos y servicios a los ex presidentes,
cuando observa que se está desterrando la corrupción, cuando se han sacado a
los gandayas del gobierno, cuando
prácticamente se ha terminado con el huachicol, cuando los recursos públicos han sido
asignados a los adultos mayores, a los estudiantes, a los discapacitados, a los
campesinos, a los que verdaderamente lo necesitan; el pueblo tiene razones
sobradas para hacer crecer la fama del presidente
Es verdad que de dentro y de fuera del país se han desatado
las críticas contra las políticas públicas del gobierno. Nadie, sin embargo, ha
podido demostrar que el ejecutivo federal esté infringiendo las leyes,
aboliendo derechos o pervirtiendo las libertades públicas. Los insatisfechos y
calenturientos opositores al gobierno federal deben entender que ellos y/o sus
patrones tenían hundido al país y que en siete meses de ejercicio gubernamental
ningún mago puede con todos los asuntos que ellos no quisieron o no pudieron resolver
Lo trascendente de la celebración en el zócalo el 1o de julio
es el creciente apoyo popular a las políticas públicas del presidente. La gente
sabe que el país estaba al borde de la quiebra, con una deuda pública cercana a
los 8 billones de pesos, una tasa de desempleo anual de 1.8 millones de parados,
una violencia desbordada y un país convertido en un gran cementerio. Si a esto sumamos
la insidiosa campaña de los derechairos, este apoyo es doblemente importante.
Entre lo exitoso del acto del lunes y lo patético del acto del domingo hay un
mar de diferencia. Ojalá convocantes y participantes sepan leer correctamente
los resultados de sus actos. Da pena decirlo, pero si el odio y el racismo siguen
dominando la escena pública, el país seguirá sufriendo las consecuencias y el proyecto
Futuro 21 de los fifís, será, sin duda, un pinche muerto más en este dolido
país
(*) Nicolás Maquiavelo, El príncipe, Grupo Editorial Tomo
S.A. de C.V
No hay comentarios.:
Publicar un comentario