Un abrazo a todos los patriotas del atraso
Por JESÚS SOSA CASTRO
Originalmente pensé en escribir sobre otros
asuntos. El sombrío panorama nacional da bastante tela de donde cortar. Las
circunstancias y los asuntos públicos están tan enredados y los medios de
comunicación envenenando a la gente con informaciones sobre El Buen Fin que los
problemas fundamentales han pasado a ser tratados como otra mercancía. Después
de una larga sesión con mis camaradas de la Dirección de Rumbo Proletario y de
leer la retahíla de insultos sobre mi persona sólo por comentar algunas cosas
del II Congreso Nacional de Morena, decidí hacer una escala técnica sobre los
asuntos que iba a tratar para ampliar algunas cuestiones que han rebotado en el
cerebro de algunos de mis críticos
Con motivo de estos comentarios, amigos y
compañeros me aconsejaban bloquear a los esparcidores de los insultos. Otros
afirmaban que mis dichos son resultado del rencor porque me bajaron de la
candidatura para Diputado. Que lo que hablo y lo que escribo, es porque en las
esferas del poder partidista, me perdieron la confianza por criticón. A los que
me pidieron bloquear a mis adversarios, quiero decirles que no lo haré. Sostengo
que los espacios informativos pueden llenarse de pensamientos y de ideas, a condición
de que quienes los expresen o escriben, tengan conocimiento, estatura moral y
ética para hacerlo. Otros sólo podrán cubrir estos espacios con insultos y sandeces
porque no da para más su capacidad intelectual. Sobre el rencor, ni hablar. No
lo conozco ni en mi alma tendrán cabida tales sentimientos
¿AMLO y Martí me perdieron la confianza
porque soy un criticón? ¡Es muy probable! La causa de que en mi partido esté
apareciendo un rostro intolerante y que haya a quien esto le preocupa, no es
poca cosa. Más cuando esas lastimaduras las quieren curar con el bálsamo de la
intolerancia, de la expulsión y del acotamiento de las libertades políticas. Yo
me he opuesto públicamente a estas prácticas. No van con las recurrentes
declaraciones de su líder que conozco desde que fue por segunda ocasión
candidato a la gubernatura de Tabasco en el año de 1994. Desde entonces lo
vengo siguiendo porque me ha parecido un hombre luchador, honesto y preocupado
por los problemas del pueblo. Pero como dice el dicho: ¡Esto no obsta para que
conste!
Yo he sido víctima de su actitud
autoritaria. Pretendió sancionarme por un artículo que mis adversarios me
acreditaron pero que yo no escribí. Le pedí que documentara tal acusación y no
pudo hacerlo porque yo no había sido el autor de esa crítica. Pero aún en el
supuesto de que yo hubiera escrito ese u otro artículo con el contenido mencionado,
no concibo que un líder como él, que se la pasa hablando de democracia y de
respeto a las libertades constitucionales, me hubiera dicho que yo estaba
vetado por haber cometido una falta que a todas luces insulta cualquier
inteligencia. Este agravio me dolió, lo confieso. Pero no porque éste haya dado
pie al desmadejamiento de otras actitudes igualmente criticables, como la imposición
del Presidente del Comité de Morena en la GAM, donde Ramón Jiménez, Manuel Huerta
Ladrón de Guevara y las huestes de Martí Batres fueron los hacedores de tal
atropello político. A pesar de que se impugnó la elección, porque fue ilegal y
porque es un derecho, es la hora que no hay ningún resolutivo sobre este caso.
Lo planteo de manera recurrente para exhibir la contradicción entre los dichos
y los hechos
Como Consejero en la primera etapa de
Morena en lo que entonces era el DF, fui testigo de una conducta atrabiliaria
de Martí en contra del Comité legítimamente electo encabezado por Eduardo
Cervantes Díaz Lombardo hasta que de plano lo sacó de la dirección. Todo esto y
en distintos momentos lo he criticado, porque un partido como Morena, que se
dice diferente a los otros que han sido cooptados por el sistema, no puede ni
parecerse, ni actuar como lo hacen aquellos de los que muchos venimos huyendo
Esta cadena de hechos está a la vista.
Curiosamente, los militantes que vemos y señalamos lo que no debe ser en esta
organización política, ahora nos quieren hacer pasar como infiltrados del
gobierno. Nos llaman provocadores y hasta sus mandaderos y lambiscones,
defensores a ultranza de los que están en el poder, se dan el lujo de
insultarme o de adjetivas a otros sólo porque se defienden los principios
políticos e ideológicos que le dieron origen a nuestro partido. Es lamentable
la ausencia de crítica y autocrítica en todos sus niveles. También es difícil
entender el por qué se mantienen políticas imposicionistas que están
desacreditando a nuestro proyecto de gobierno. Hay un abandono organizativo y
político en la vida de la Organización a pesar de las expectativas que está
generando la candidatura de AMLO a la Presidencia de la República
Qué vamos hacer si gana en el 2018 y el
partido no está a la altura de esa histórica posibilidad? ¿Estamos construyendo
una Dirección Revolucionaria capaz de conducir la transformación real del país?
O será que el tiempo y los recursos se están destinando para hacer surgir una
generación de ciegos y sordos que ni ven ni oyen lo que está pasando en el
Partido? Lo único que se ve que crece bajo el manto de la dirección, es un
mazacote de morenabots para que nos llenen de insultos a los que no compartimos
el pensamiento único que se nos quiere implantar. ¿ No será que lo que dice la
CNHyJ le da cuerda a los dueños del
incienso pero incapaces de elaborar y expresar ideas o propuestas? ¿Quieren
acallar la crítica de algunos militantes amenazándolos con la expulsión, por
ser infiltrados y provocadores del gobierno? ¡Aguas, con estos posicionamientos y omisiones
no se construye partido, ni aquí ni en China!
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