Hablando de enlaces, de manuales y de
moral
Por JESÚS SOSA CASTRO
El 24 de marzo del año
que corre, el coordinador del D-II federal en la GAM, convocó a una reunión a los
que integramos los Comités seccionales de Morena para examinar, juntos, el
trabajo con miras al 2018. La asistencia fue importante, no así los resultados.
Tres meses después, “Morena, La esperanza de México” con la foto de Andrés
Manuel pero sin ningún nombre de dirigentes en la Delegación, nos vuelve a citar
a una reunión en la que se entregaría un
“manual de formación política” En el
encuentro de marzo, el enlace delegacional se llevó hora y media hablándonos de
los cincuenta lineamientos básicos del proyecto alternativo de nación. En esa
ocasión, varios militantes exigimos expresar nuestras opiniones. Se abrió un
debate interesante en el que se abordó lo que a nuestro juicio, se estaba
haciendo mal en el trabajo de construcción de Morena. Se convino en armar una
discusión más en días posteriores sobre estos asuntos. Dicho encuentro ya no se
realizó
En la asamblea del
viernes 23 de junio, supusimos que ahora sí habría espacio para conocer el
balance que harían los enlaces acerca del proceso electoral realizado en cuatro
Estados de la República, lo que discutió y acordó el Congreso extraordinario de
Morena, lo que podríamos llamar la ruta crítica para el trabajo político y
organizativo para el 2018 y las propuestas o quejas que, sin razón, las cúpulas
se niegan a escuchar de los militantes. ¡Pero resulta que nada de esto sucedió!
Al más viejo estilo, sólo hablaron los que los “chipocludos” nos han impuesto como
“dirigentes” pero que en la práctica de la política han resultado unos buenos
para nada. La introducción al tema que dio motivo a la cita, fue un rosario de flores mutuas, oportunismo y
superficialidad
El espectáculo, sin
embargo, vino después de la presentación y de las alabanzas. Diputadas y tipos
que no se sabe de dónde los sacaron pero que dan soporte político al enlace que
ya está en la fila, listo para ser candidato a lo que sea, fueron subidos al
presídium. El señor “Presidente” de Morena en la GAM -así fue presentado- nos recetó cuatro puntos sobre el trabajo que
hay que realizar. 1.- Ir casa por casa para convencer a la gente de que AMLO no
es intolerante, cacique ni autoritario. Que toda esa campaña está montada en
falsedades y con el interés mezquino de afectar su personalidad. Que el
populismo del que lo acusan, está falseado de principio a fin. Que los
resultados de su gobierno en lo que fue el DF, demuestran lo contrario. Es una
mentira que él decida todo lo relacionado con las candidaturas y sobre los
asuntos políticos del partido. El “Presidente” se fue de largo con sus
alabanzas y justificaciones. 2.- Tenemos que convencer a la gente de la
necesidad de dar un salto cualitativo en su relación con Morena: hay que hacer
que el ciudadano pase de ser simpatizante a votante, de votante a militante, de
militante a activista, de activista a candidato, de candidato a diputado, de
diputado a… y así sucesivamente. ¿Debe leerse que esos son los escalones para
llegar a ser presidente de la República? ¡Los que ya están en la fila, pónganse
a trabajar, que de ustedes será el reino de los cielos! 3.- Para estar en
condiciones de lograr estos objetivos hay que prepararse políticamente. Se
tiene que estudiar “La guía práctica para la formación política” En ella está lo
que los activistas necesitan para el desempeño de su trabajo. Están contenidos los
aportes del Estadista Andrés Manuel López Obrador, los cincuenta puntos sobre el
proyecto alternativo de Nación, algo de la Cartilla moral del ilustre maestro
Alfonso Reyes y el texto “Moscú o Pekín” del “revolucionario” Vicente Lombardo
Toledano
“La guía práctica” de
Ramón Jiménez no será la que construya una militancia a la altura de lo que hoy
exige la historia. La mayoría de los “enlaces” parece ser, no entiende aun lo
que significa el rompimiento con la vieja política del ordeno y mando. Piensa
que formar a la militancia es instruir a los responsables seccionales de cómo
ir casa por casa repartiendo el periódico Regeneración o hablando de historia. Hay
una evidente subestimación de lo que piensa y le interesa a la gente. Al
“activista” hay que dotarlo de una cultura general que conecte el conocimiento
con lo que interesa a los ciudadanos. Una cultura que esté precedida por el
apoyo y la participación que el Partido ha dado y da a las luchas del pueblo y
una vasta información sobre los problemas actuales que vive la nación. No solo tener
información sobre el trabajo electoral
Personalmente me
merecen mucho respeto varios de los 16 libros escritos por Andrés Manuel. Pero
no es aprendiéndose párrafos de memoria ni construyendo frases deslumbrantes lo que lleva a la
formación política del miembro del partido. Para que ésta se dé se requiere que
los sentimientos, la decisión y el trabajo, formen parte de las obligaciones y
derechos, convirtiendo todo esto en el cuerpo y el alma de su pertenencia al
partido. Cuando esto ocurre, y el militante es tomado en cuenta no sólo para el
trabajo sino para generar cultura colectiva, cuando siente orgullo por su participación
en la lucha y es factor concurrente en la toma de decisiones, es entonces
cuando un partido se convierte en una fortaleza organizativa, política e
ideológica. Esto es lo que da sentido de identidad partidista
Hoy andan mal muchas
cosas. Mal andan los enlaces cuando no usan su nombre ni su responsabilidad
para convocar a una asamblea por el temor de que nadie o muy pocos escuchen su
llamado. Mal, muy mal andan las cosas cuando estos “líderes” se dedican a
repetir mecánicamente el discurso de AMLO muchas veces alterando su verdadero
contenido. Mal, muy mal que no permitan la discusión de los problemas y que
estén forjando una caricatura de democracia. Ojalá y estos dirigentes abran los
ojos y los oídos para atender estos reclamos. De lo contrario, como dijo aquel
célebre briagadales… ¡ay se los haiga!
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