Las decisiones secuestradas
Por JESÚS SOSA CASTRO
El proyecto para
cambiar las prácticas políticas en México se encuentra en serio peligro. Los mafiosos
están saliendo de sus madrigueras para impedir la pérdida de sus viejos
privilegios. Desde el principio, el actual gobierno dijo ser respetuoso de la
separación de poderes. Pero una cosa es
Juan Domínguez y otra cosa es no me chingues. Ningún poder de los tres
existentes, tiene la potestad para ir más allá de los intereses del único poder
que está por encima de todos los demás, es el poder del pueblo, el cual está
expresado en la Constitución General de la República
Sin embargo, al cabo de
seis meses en que una parte importantísima de amplios sectores del pueblo se
expresó en las urnas, el poder Judicial, el más remiso en la aplicación de la
justicia, el más deshonesto y el más corrupto, empezó a mostrar su
indisposición para aplicar la ley de acuerdo con lo que mandatan los artículos
39 y 127 constitucionales. Por lo visto a esta caterva de funcionarios y
políticos, les cuesta mucho trabajo entender el significado de la soberanía
popular, sus alcances y sus límites. Les gusta más aplicar la interpretación
que delega esa soberanía popular en los Poderes de la Unión, los partidos
políticos y en un sistema electoral sumamente costoso y deficiente. Esa
soberanía nacional que es esencial y que de origen radica en nosotros, hoy se
haya encargada a Instituciones y servidores públicos que hace mucho han dejado
de representarnos
Si entendemos bien lo que
establece la constitución en su Artículo 39, el poder público dimana del pueblo
y se instituye para beneficio de éste. El poder nació en nosotros y se ejerce
para nuestro beneficio, el de todos. Si así es, entonces ¿qué tuvo que pasar
para que el poder público se nos arrebatara y se convirtiera en un arma para
mantener un esquema de riqueza y privilegios concentrados en una minoría? Hoy
lo que vemos los mexicanos es una enorme desigualdad, una pobreza incontenible,
una impunidad lacayuna y una inseguridad alarmante
El encabronamiento de
la gente que votó por un proyecto distinto al de los partidos sistémicos tiene
mucha razón de ser ¿Cómo creer que el poder público se instituye en beneficio
del pueblo cuando miles de millones de pesos se desvían de programas y
servicios públicos para enriquecer a funcionarios buenos para nada, apoyadores
del sistema, centaveros y hasta integrantes del crimen organizado? ¿Cómo creer
que el poder nace en nosotros y se instituye en nuestro beneficio si la
opulencia con la que viven los gobernantes, los miembros de la SCJN, los
funcionarios de los organismos autónomos y la mayoría de los políticos,
contrasta con la lacerante miseria de los gobernados? ¿Cómo creer que el poder se
ha ejercido en nuestro beneficio cuando la justicia no se administra o se
administra discrecionalmente, mientras se excluye de responsabilidad a los que
detentan el poder?
¿Cómo no irritar a la
gente cuando la SCJN, el TEPJF, el INE y los corruptos PRI, PAN, PRD y MC se
han convertido en la cloaca en la que los mafiosos, vivales, funcionarios y
políticos, depositan su odio y su rechazo a las políticas sociales de López
Obrador? ¿Cómo no reaccionar cuando en la fracción II del artículo 127
Constitucional se dice de manera categórica que ningún servidor público
podrá recibir remuneración mayor a la establecida para el presidente de la República
mientras los de la Suprema Corta se hinchan con el dinero de los contribuyentes?
¿Por qué las élites
políticas reaccionan con evidente virulencia en contra del gobierno de AMLO? ¡Simple!
Están perdiendo sus privilegios, se les ha quitado la máscara que los hacía
pasar como funcionarios decentes para poner al descubierto su rostro de
ladrones, leguleyos y corruptos. Tan es así que la “oposición” que integran el
PRIAN y sus achichincles, pidió a la SCJN que le redactara la iniciativa de ley
que después operaron para congelar la que regula los Salarios de los Funcionarios
Públicos. Los de la SCJN cambalachearon la congelación de la ley referida a
cambio de mantener sus salarios. El PRIAN recibió por el servicio prestado a la
SCJN para que conservara sus privilegios, la entrega de la gubernatura de Puebla
que no había ganado en las urnas
Es un hecho que los
integrantes de las instituciones y partidos políticos señalados no cambiarán de
actitud. Les ha dolido demasiado su derrota y ahora están operando para
vengarse. ¡Espero que no se equivoquen!
Porque si el gobierno, el partido o el parlamento no convocan al pueblo para que
defienda sus conquistas, el pueblo lo hará por su cuenta y las calles y plazas
públicas serán cubiertas por la gente que busca rescatar la libertad, la
honestidad y la justicia. El 39 contiene su propia vida, la mía, la tuya, la de
los 43 de Ayotzinapa, la de miles de mexicanos desaparecidos, torturados,
asesinados. ¡El pueblo no olvida, en cambio, el pueblo pone y el pueblo quita!
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