miércoles, 9 de enero de 2019


Hablemos de cuentas y de cuentos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Comienzo por ofrecer disculpas a mis lectores y al Lic. Federico Arreola, director del periódico SDP Noticias por no haber entregado mi artículo semanal desde el primer miércoles de diciembre, debido a que por un mes no tuve internet. Finalmente, Telmex atendió mis reclamos. Dicho esto, intentaré comentar dos hechos que han sido recurrentes en las últimas semanas
Creo que para todo mundo es obvio que la derecha está empeñada en atajar o por lo menos enlodar el proyecto de gobierno que encabeza López Obrador. Para unos, hay que decirlo, esto no tiene ninguna relevancia, especialmente porque en sus decires políticos, el proyecto del actual gobierno es apenas un lavado de rostro al capitalismo. El tema que ha sugerido un camarada a quien respeto, es sobre el Tren Maya, porque, se infiere que, si no es el tema que a él le gusta, cualquier otro carece de importancia. El, lo dice, no quiere ser “LIBERAL; ni quiere ser “MORENISTA”; no es ni quiere ser “LOPEZOBRADORISTA”; no es ni quiere ser ENMENDADOR DE ENTUERTOS del capitalismo en la fase que sea, quiere ser un radical” ¡Pues cada uno sus querencias! Yo no quiero vivir de ilusiones, tengo los pies en la tierra, quiero compartir mi trabajo con la enormidad de gente que el 1º de julio fue parte de un fenómeno político electoral que construyó el pueblo mexicano. Este amplio sector del pueblo dio un paso para acabar con el régimen que ha conducido al país a un estado de crisis descomunal
A la oligarquía ningún chile le embona. Como ella está tan desprestigiada igual que sus ideólogos, se ha colgado de los medios de comunicación masiva, para enhebrar una nueva ofensiva en contra de la decisión gubernamental de cancelar el aeropuerto de Texcoco. Hacen cuentas y más cuentas para intentar dar fundamento a la inconformidad manifiesta de las cúpulas empresariales cuyos negocios se cayeron con ese proyecto. Los grupos más siniestros que otrora gozaban de privilegios sin fin hoy son los que se mueven abiertamente para lograr que el gobierno democrático de AMLO fracase
En otro frente, los amargados de la actual chiquillada y un sector de la “izquierda” se la pasan apapachando al subcomandante Marcos y al EZLN, adjudicándoles capacidad política y militar para parar el proyecto del Tren Maya a su paso por territorio chiapaneco.  Otros, viven de la añoranza, anclados en la historia de la que alguna vez fueron actores. Unos y otros le están sirviendo a una criatura que por razones obvias está amamantando la derecha recalcitrante. Lo más patético son las acciones teatrales del sub y del EZLN, así como de algunos que ahora los reconocen como sus camaradas, cuando en otros momentos se quejaban del desaire que les había hecho de manera grosera el jefe del ejército que hoy sirve al PRIAN. La visión apocalíptica y cegatona de estos sectores da pena ajena
De esta izquierda de la que hablo y de la que autocríticamente me reconozco, con todo respeto lo digo, difiero de muchas cuestiones importantes. Creo que está dejando pasar la oportunidad de salir del cautiverio político y convertirse en un referente que impulse la organización de una fuerza que mucha falta le hace al país.  Sostengo que la necesidad de un partido de clase no surgirá solo haciendo teoría. La insensibilidad política de esta izquierda la ha llevado a perder la brújula, a aislarse de los espacios donde se está librando una lucha importante contra la oligarquía y por desgracia se está convirtiendo en la detractora más obstinada contra el gobierno de AMLO
Pero dejémonos de cuentos. Está bien saber que en RP se abre paso la idea de que no se “propone como objetivo histórico otra sociedad, ya se está hasta el gorro” se afirma de manera tajante. Yo, con todo respeto no podré acompañar a mi organización en ese planteamiento. Me he hecho viejo luchando por tener la oportunidad de ver un cambio no tan radical, creo hoy el pueblo lo ha logrado y yo lo voy a apoyar. Hacer otra cosa es estar trabajando para algo que muchas generaciones después de la mía jamás podrán ver. Puede sonar irreverente, pero no quiero perder mi tiempo en esas discusiones que en décadas no han llegado a ninguna parte. La lucha por una vida auténticamente humana es un planteamiento teóricamente impecable, lo comparto, pero está hecho fuera de tiempo y de lugar
Creo que a esta izquierda le falta capacidad para entender cómo y en dónde está la materia prima para construir un partido de clase. Cada vez me convenzo más de que con estas discusiones no vamos a llegar lejos. El proyecto que defiendo no es socialista, pero sin duda, representa los anhelos libertarios y los sentimientos de millones de mexicanos y con esta enormidad de gente voy a seguir. Si la izquierda quiere ser un referente político real en la vida del país, tiene que “cambiar las formas de cambiar” ¡Si no hay convencimiento de esto, les deseo suerte a quienes gastan su pólvora en infiernitos!
     
 

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