La derecha ciega
Por JESÚS SOSA CASTRO
El triunfo de la Coalición Juntos Haremos Historia el 1º de julio
pasado, puso en estado de coma a la derecha recalcitrante. Sin duda, la debacle
de esta corriente de pensamiento se debió a que no fue capaz de entender lo que
estaba naciendo en las entrañas de la mayoría de la población. La derecha, esa
fuerza que históricamente ha estado siempre en contra de los avances sociales y
políticos en México, la que estuvo en
contra de Hidalgo y de Morelos en la guerra de independencia, la que enfrentó a
Juárez durante la Reforma y que a partir del 19 de junio de 1867 trajo a México
a Maximiliano de Habsburgo para que gobernara nuestro país, la que durante la
Revolución se opuso a las ideas y propuestas de Emiliano Zapata y a Francisco Villa, la que
hoy se transfigura haciendo rabietas porque ya nada le sale bien, esa derecha
ciega, anda grillando para convertirse en el contrapeso a las políticas
públicas de AMLO
La ceguera y la flacura de esa corriente política, hoy, sostengo, desde
el primero de julio del año pasado “ningún chile le embona” Ha ido de fracaso
en fracaso porque en sus acciones no hay materia que defender. Hace tiempo
perdió el consenso social y el proyecto que antes la mantuvo en el poder, se le
ha escurrido grotescamente de las manos. Cuando Antonio Gramsci analizaba estos
problemas decía que la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos
modos, “como dominio y como dirección intelectual y moral. Un grupo social
puede y debe ser dirigente desde antes de conquistar el gobierno para después
conquistar el poder. Esa fuerza se vuelve dominante, pero debe continuar siendo
dirigente” En el caso de la derecha mexicana sólo da pena ajena, no tiene
proyecto ni futuro, “anda como pedo en bacinica” de un lado para otro
En México, la supremacía como dominio y como dirección intelectual y
moral la derecha los perdió estrepitosamente, dejó de ser opción porque
abandonó los principios que hasta el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas del
Río, habían sido los motores que impulsaban los anhelos libertarios de un
pueblo víctima del despotismo y la marginación. ¿Qué sucedió a partir de 1940?
El proyecto de transformación que se contenía en el programa de los líderes
sociales como Emiliano Zapata, Francisco Villa, Francisco J. Múgica, Felipe
Ángeles y el Gral. Cárdenas, fue traicionado por los cachorros de la revolución
que se montaron en él para estrangular su contenido y entregarlo a la burguesía
A partir del 1º de diciembre del 2018 comenzó una nueva era. Una revolución social rompió el esquema
político que tanto propició el neoliberalismo. El pensamiento y las acciones de
la mayoría de la población pasó a ocupar el espacio que la burguesía y sus
empleados le habían arrebatado. El cerco de una discusión ideológica en la que
no estaba la acción, sólo la teoría del individualismo y el mercado, fueron rebasados
por un pueblo lleno de hartazgo y dispuesto a sembrar nuevos paradigmas que
tuvieran como meta la democratización de la vida pública de México
¿Cuáles fueron las causas que
llevaron al desmoronamiento intelectual y ético de esta corriente conservadora
y reaccionaria? Sobre valoró su papel de fuerza dominante y se olvidó del papel
transformador que estaba contenido en el programa de gobierno de los
revolucionarios Ricardo Flores Magón, Otilio Montaño, Emiliano Zapata,
Francisco Villa, y otros liberales que intentaban sembrar a favor de la gente,
la libertad, la equidad y la justicia. Los artículos 1º, 3º, 8º, 9º, 27º, 33º,
y 127 constitucionales entre otros, fueron abandonados por esta corriente de
pensamiento que se quedó huérfana y se convirtió en usurera, se hizo
antipatriota, entregó la riqueza natural de la nación y se asumió como el
ariete del oscurantismo y de la reacción en el país
Cuando esta corriente política estuvo en el poder por casi ochenta
años, no hubo jamás un liderazgo intelectual y moral. Sólo ejerció el control
contra un pueblo que esta fuerza mantenía calculadamente excluido e ignorante
para que pudiera ejercer el dominio y el mando. Lo logró durante ocho décadas,
hasta que la conciencia acumulada de treinta millones de mexicanos dio al
traste con una cultura omnipresente que la nobleza del pueblo soportó durante larguísimo
tiempo. Hoy esa derecha que intenta juntar en un solo mazacote a todos los
políticos disfuncionales, que está ciega de impotencia y de rencor contra el
actual equipo gobernante, anda en los límites de la paranoia, de la locura. En
el Congreso o fuera de él, en cualquier tribuna que se les presenta, panistas,
priistas y perredistas de plano no les cabe un huevo en el culo. Dicen las
malas lenguas que si AMLO incorporara a Blanca Nieves a su equipo de trabajo, los
del contrapeso se dedicarían a organizar en su contra a los enanos, para
intentar descreditar a su gobierno
Es obvio que la ultraderecha en México anda en busca de agarraderas
para no irse al profundo vacío. Lo que quiere convertir en programa de partido
y de gobierno un día se le cae y otro también. El corazón del conservadurismo, la
corrupción y el entreguismo del PRI y del PAN, ya no son elementos que estén en
los sentimientos de la gente y por lo tanto ya no mueven las fibras de su
corazón. Perdieron el dominio, control y mando que les dio el pueblo por casi ocho
décadas. Su papel intelectual y moral que tuvo la derecha hasta el final del
gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas del Río, se les fue de sus filas para
siempre. Hoy andan de manita sudada para ver qué pueden recoger en el mercado
de la basura política. ¡Su ceguera no tiene límites, pero justo por esto, sigue
siendo peligrosa!
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