Los rostros
de la política
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Durante la conferencia que convocó el Colectivo Morena
Chilangos, COMOCHI, en el Albergue de la Cultura en Coyoacán, se vivió una
apasionante discusión. El tema era: La situación orgánica y política de Morena
y su compromiso con la 4T. Se nos dieron
dos horas, una para el ponente y la otra para preguntas y respuestas. ¿Estamos secuestrados
política y culturalmente por los medios de comunicación masiva? ¿Qué se quiere
decir realmente cuando se habla de la 4T? ¿Tiene AMLO responsabilidad en la
selección y resultados del mal trabajo de muchos funcionarios del partido y del
gobierno? ¿Por qué la militancia de Morena ha permitido que sus dirigentes
estén llevando al partido a su desintegración orgánica y política? ¿Somos los
mexicanos una sociedad conservadora? Estas preguntas fueron las que motivaron
mayor discusión
Por primera vez apareció con puntual claridad lo que la
militancia observa que está pasando en el seno del partido. La inteligencia, la
mesura y la profundidad de las interrogantes, dieron vida a una confrontación
de ideas de alto nivel que en mis andanzas políticas no había conocido. Se
percibió que la mayoría de los que intervinieron en el debate, coincidían en
señalar que en Morena están presentes muchas debilidades y omisiones. A la
dirección no le interesa la formación política, no tiene ninguna relación con las
bases, no hay organización ni estructura de partido, está ausente de los problemas
nacionales, no sabe comunicarse con la militancia y no hay mayor compromiso con
el proyecto político que encabeza el presidente López Obrador
Fue interesante darse cuenta de por dónde andan las
inquietudes y exigencias de los militantes de Morena. Se acabó la pasividad y la
indiferencia. Hoy hay en sus filas una evidente disposición para exigirle
cuentas a quienes apoyó, a no promover más a personas que no han aportado nada
al movimiento social, a señalar a los que en el camino se corrompieron y hoy
representan intereses ajenos a los que los llevaron al poder. Se nota un desarrollo
intelectual en la gente y una actitud crítica que difícilmente podrán parar los
de la nomenclatura, hay un poder de decisión que marca una actitud distinta
para elegir a sus dirigentes. Se acabaron la sumisión y las imposiciones. Surge
una generación de militantes cuyo interés no está en el arribismo, en
convertirse en funcionarios inútiles y corruptos, sino en transformar el país, lograr
la equidad, implantar la democracia y sacar del poder a los oportunistas y ladrones
Observé con agrado el alto nivel informativo y cultural de
los que intervinieron en la discusión. Las mañaneras del presidente se han
convertido en una herramienta del saber, de la polémica y del conocimiento de
la historia. Me dio orgullo encontrarme con viejos amigos que son escritores,
periodistas, dirigentes políticos miembros de Morena, que están poniendo al
servicio de la democracia toda su sabiduría y su trabajo. Eligio Pérez Sánchez,
dirigente del MRM cuando Othón Salazar se batía contra el charrismo sindical en
el SNTE, maestro en su tiempo del Instituto Politécnico Nacional y ahora
dedicado a escribir, me regaló su último libro que es una joya que recupera
parte de la historia, la política y la lucha de Ignacio Manuel Altamirano. Debo
decir que, a pesar de mis lecturas recurrentes sobre este gran reformador, mis
conocimientos sobre muchas cosas de su vida eran muy limitados
Cuando una compañera preguntó por qué los mexicanos somos tan
conservadores, recordé aquella frase atribuida al Emperador Constantino de que
al insumiso hay que controlarlo con la fe, con la religión o con la hoguera.
Para eso se escribió el nuevo testamento, para eso se abrió la puerta a la
mitomanía religiosa. Jesús de Nazaret era un revolucionario y sus acciones
libertarias a favor de los humildes, de los esclavos, fueron mediatizadas por
San Lucas y por otros escribientes al servicio de Nerón. Por eso cuando leí el
libro de mi amigo Eligio me dio gusto encontrar entre sus líneas lo que muchos
aún no se explican respecto del conservadurismo clerical que traemos entre
pecho y espalda
Cito de su texto una frase que a mi juicio resume nuestro
comportamiento social. Cuando el pueblo mexicano logra derrotar a los
colonizadores españoles y estos tienen que abandonar el país después de
trescientos años de dominio, se aseguraron de dejar gravada en nuestra
conciencia la razón de su poder. “nos
vamos, pero os quedáis con el clero” Por eso hoy hay quienes, en lugar de luchar
por transformar el país, de desarrollar su conciencia, se la pasan dándose
golpes de pecho y viviendo su fe mientras permiten que las banderas libertarias
de Jesús las anden pisoteando los oscurantistas, los que no pagan impuestos,
los corruptos y los hijos putativos de su madre patria. ¡Qué pena!
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