Una
radiografía necesaria
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Todo indica que a partir de la 2ª quincena de septiembre se
abrirá, oficialmente, el período en el que los miembros de Morena, estaremos en
condiciones de expresar nuestra desaprobación sobre el papel de su dirección y
presentar las propuestas que pongan al partido en la ruta de luchar por las
causas más nobles del pueblo. Lo que hoy
se padece, por decir lo menos, es una enorme carencia de iniciativas políticas,
de liderazgo, de organización. El CEN no muestra capacidad para confrontar la
insidia, la calumnia y la desestabilización que vienen cultivando la ultraderecha,
los izquierdosos orales y periodistas chayoteros que fueron destetados por el
gobierno de López Obrador
Se afirma que el partido se ocupó en ganar las elecciones del
2018 y que por eso descuidó su consolidación y su vida orgánica. Qué falta de
visión política por parte de los dirigentes, no supieron darle cauce al entusiasmo
y a la vitalidad de construir un partido dispuesto a conquistar el gobierno,
instalar la democracia participativa y transformar la vida del pueblo. La
ceguera política y la falta de perspicacia se sobrepusieron a la inteligencia.
Hoy tenemos un partido de papel, desorganizado y lleno de oportunistas, políticos
inútiles y jefes de tribus que ya les anda por asaltar la dirección
Las causas de fondo que están prohijando la reactivación de
la militancia tienen que ver con estos problemas. El foro nacional que se hizo
el tres de agosto más los que vienen en camino, están poniendo en el centro del
debate recuperar el partido y convertirlo en el defensor incuestionable del Nuevo
Proyecto de Nación. Para lograr estos propósitos se necesita cambiar la
ineficiente Dirección. Vemos que tres de los que ya andan en campaña, amarrando
lealtades y apoyos cupuleros, no son representativos del cambio que requiere el
momento que vive la nación. Son en el mejor de los casos, burócratas que se han
formado en los nidos del poder, ajenos a los sentimientos y necesidades de las
bases, al trabajo, a la construcción, a las actividades y organización del
partido
Lo que hoy le pasa a Morena y lo que le puede pasar mañana si
llega a la Dirección cualquiera de estos tres, es lo contrario de lo que
programáticamente significa la cuarta transformación. El origen y las conductas
de tres de los que quieren gobernarlo son defensores del viejo estatus quo, críticos
pedestres de gobiernos progresistas, políticos blanqueados por falta de sol que
no conocen ni el país ni el partido y menos tienen opinión propia respecto de
los problemas de la población. De los cuatro que hasta ahora quieren, sólo una
persona ha roto con las prácticas clientelares y con la actitud despreciativa
hacia los que hacemos el trabajo desde abajo construyendo Morena
Al lado de los tres hay una persona que a juicio de muchos
puede ser quien encabece al CEN del partido. Tiene en su haber años trabajando
por la libertad y la democracia sindical y política, mientras sus competidores estaban
en las filas del PRI sometidos a los intereses y juegos del sistema. Conozco a
esa persona y sé de su trayectoria. Valentín Campa, Evaristo Pérez Arreola y yo
trabajamos con ella para fortalecer la lucha por la democracia en los
sindicatos, por el respeto al derecho de huelga y en contra del charrismo
obrero patronal. Esto se dio hace más de treinta años cuando esta persona era
dirigente del entonces Frente Auténtico del Trabajo, FAT.
Que se sepa, nada ha tenido que ver con el priismo, con las
triquiñuelas, con el charrismo político. Su historia es bastante distinta a la de
los otros suspirantes. Lo curioso es que sus críticos no hablen de su trabajo,
de su historia personal, de las ligas de la familia con el mundo de los obreros,
con la lucha en defensa de los derechos laborales y en contra del sindicalismo
blanco. Como miles de miembros de Morena ya tengo mi preferencia y se por quién
votaré si es que puedo hacerlo. Porque el modus operandi que ha regido hasta
ahora en los congresos y reuniones del partido no ha sido democrático. Lo que
ha prevalecido han sido las imposiciones, las tómbolas, la agachonería. ¡Por
eso estamos como estamos!
Lo que miles y miles venimos impulsando es la recuperación de
un partido para ponerlo al servicio de la gente. Ya estamos hasta la madre de
que nos sigan viendo la cara. Vamos por un partido democrático, incluyente y luchador.
Ojalá los militantes no se vuelvan a equivocar apoyando a los ineptos, a los incondicionales,
a los pájaros nalgones que no atan ni desatan. Confiamos en que el Consejo
Nacional imponga su autoridad y sus decisiones, de lo contrario seguirá el
charrismo político, el compadrazgo y la abyección
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