¿Qué es
lo que pasa en Morena?
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En los últimos meses algo anda mal en Morena. Habemos muchos
que no le encontramos la cuadratura al círculo, nos quejamos, con razón, de que
el pueblo y el partido que llevaron a la presidencia de la República a López
Obrador, de pronto perdieron la brújula. Entraron en estado catatónico, a la
paralización política, a la inacción. ¿Qué es lo que está pasando en las
entrañas de estas fuerzas otrora pujantes y ahora desorganizadas y pasivas? ¿En
qué momento se apagó el motor que apoyaba el proyecto de la 4T y que ahora
marcha sin su participación y a contracorriente de la reacción ñoña del PAN, de
la COPARMEX y del resto de la chiquillada quejumbrosa y pedestre?
Seguramente son muchas las razones que inciden en este hecho.
Aceptarlo sin protestar implicaría poner a salvo a los dirigentes de Morena que
no percibieron el grado de responsabilidades que se adquirían y la sabiduría
que había que proyectar para darle dirección y cuerpo a todo un proyecto de
cambio que estaba recogido en las propuestas que se hicieron en campaña. Los
dirigentes se fueron por lo fácil. Se ocuparon de administrar el triunfo,
gastar los recursos económicos sin ton ni son, fortalecer a los grupos de
poder, dedicarse a lo electoral, abandonaron la construcción orgánica del partido
y, de paso, dejaron solo al presidente en su lucha contra los ultrosos de la
derecha recalcitrante y de la izquierda autollamada radical que se oponen al
cambio de régimen
La formación política de la mayoría de los actuales
dirigentes no les permite vislumbrar el profundo contenido social que implica
la cuarta transformación. Si uno entra en contacto con los funcionarios del
gobierno federal y de las demás instancias gubernamentales, descubre uno, con
pasmo, que no entienden nada de lo que significa el cambio en el que se supone
estamos trabajando. Su conducta política, sus prácticas de gobierno y su
relación con los ciudadanos son la expresión más acabada de la cultura priista que
buscamos acabar. Este tipo de dirigentes y funcionarios, elementos importantes para
sacar adelante la 4T, son la retranca principal que explica lo que hoy tiene
pasmada la actividad política de Morena y de importantes sectores que votaron
por el cambio verdadero
La cultura política que Nuccio Ordine califica como lo útil
de lo inútil, los políticos de Morena lo han entendido y aplicado en forma
contraria al espíritu del concepto. No le han asignado mayor importancia a la
cultura, a la formación ideológica, a la educación, porque según ellos, no
aportan beneficios materiales. No les importa el pueblo que por años ha vivido
la inmoral aculturación que nos ha impuesto el priismo y el imperio
norteamericano. Los líderes que
padecemos los ha corroído el poder y el dinero. No quieren soltar el control, urden
las trampas, manejan el dinero como negociantes. Por eso pasa lo que pasa
cuando se trata de elegir a los nuevos dirigentes. No ponen por delante la
honestidad, la transparencia, la democracia, la cultura, la formación política;
recurren, eso sí, a las triquiñuelas y a la desinformación, elementos que
juegan a favor del estatus quo y de la inmovilidad
Para nuestros dirigentes el SABER no es una ciencia
productiva. Hacen todo lo posible para mantenernos al margen de la información,
de la veracidad, del conocimiento, del teje y maneje de la política. Se han
publicado varias versiones de los Estatutos, modificado normas internas y se
han nombrado comisiones adhoc para impedir que los miembros del partido podamos
conducirnos con ética y en base a principios. La militancia desaprueba las
prácticas políticas de sus dirigentes y exige que los cambios en los órganos de
dirección no sólo sean democráticos, abiertos y transparentes, sino que sean el
reflejo de una política que vaya de la mano con los nuevos tiempos en los
cuales, ya no se valen las trampas, los golpes bajos, el arribismo, la
clientela electoral y la mediocridad
Las bases insisten en rechazar la perversidad y las trampas
que desde el CEN y desde grupos de poder, se están abriendo paso para
inhabilitar a millones de afiliados en sus derecho políticos y partidistas. Transparencia,
unidad arriba y abajo apoyando el proyecto de gobierno y una política al
servicio del pueblo, son ahora lo urgente y necesario. No a los grupos de
poder, del caciquismo y de los oportunistas que se quieren adueñar del partido.
Esperamos que en el proceso y en el Congreso, haya la suficiente sabiduría para
recuperar lo que nos llevó a ser miembros de Morena. Queremos que se acabe la corrosión
y la corrupción en el quehacer partidista. ¡Sería de sabios entender el sentido
de la transformación por la que estamos trabajando!
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