Sumar o restar, el triunfo o la
derrota
Por JESÚS SOSA CASTRO
Es público que la
mayoría de la militancia de Morena no fue encuestada para decidir quién iba a
ser el Presidente del CEN del partido. Por lo tanto, muchos como yo, no solo no
nos sentimos representados en la persona de Mario Delgado, sino que somos críticos
severos del procedimiento que nos impusieron los tribunales. Además, la
inconformidad viene porque el ahora presidente, tiene un historial más ligado a
los intereses del conservadurismo que al proyecto que votamos millones de
electores el 1º de julio del 2018. Su candidatura primero y los resultados ya
conocidos, estuvieron llenos de hechos que no se contienen en el proyecto
político que pretende acabar con los viejos métodos y prácticas que por décadas
han violentado la participación democrática de la militancia y transgredido su
derecho a decidir las políticas del partido
Nadie puede negar la incompetencia,
el oportunismo y los intereses personales que durante los dos últimos años estuvieron
presentes en la mayoría de la dirigencia nacional. Se podría afirmar que lo que
actualmente vive Morena, se debe, principalmente, a la mala conducción de este
grupo que no supo entender el significado de la cuarta transformación. No sólo castró
la iniciativa política, desatendió, también, la organización de las bases de
Morena. Se alejó del movimiento popular y de manera irresponsable llevó su
actividad a los tribunales judicializando la política y lastimando severamente el
trabajo del partido. La apertura indiscriminada a personas y grupos provenientes
de la derecha, contribuyó al refuerzo de aquellos que, viniendo de la
izquierda, siguieron actuando al más trasnochado estilo priista
Preocupa que el partido
esté cursando una confrontación que bien pudo ser evitada si en lugar de los
intereses de los políticos de siempre, se hubiera puesto por delante la
inteligencia y la mesura para resolver internamente los problemas que aún
estamos padeciendo. No obstante, creo que estamos, todos, obligados a superar
de la mejor manera posible estas diferencias so pena de que el proyecto que
estamos impulsando millones de mexicanos, corra el riesgo de perderse en el año
próximo si no operamos con inteligencia para ganar las gubernaturas y la
mayoría en la cámara de diputados
Para lograr este
objetivo es urgente y necesario reencausar de otra manera las diferencias
políticas en el seno de Morena. No se trata de acotarlas o de imponer un
pensamiento uniformado. ¡NO! Se trata de que el pluralismo y las distintas opiniones
no desemboquen en pleitos que envenenan el ambiente y dificulten la unidad para
impulsar proyectos sociales que sirvan a la gente. Los agravios deben superarse
cambiando las formas y el fondo de la política que hasta hoy nos han dividido.
Mario Delgado tendrá que ganarse el apoyo y el respeto de quienes no
compartimos sus posiciones y sus ligas con la derecha, dejando de imponer
caprichosamente políticas y candidaturas ajenas a lo que requieren las
circunstancias internas y externas que se están viviendo en el partido y en el país.
Los tiempos requieren de un trabajo y de decisiones colectivas, de la consulta
y apoyo de las bases y del respeto a los órganos democráticamente electos
Si hoy no existe
organización ni participación política de los miembros del partido y de sus
órganos, hay que reactivarlos, sin imposiciones, sin exclusiones y en forma
democrática. Si se insiste en imponer candidatos ajenos al partido, sin
compromisos con el programa y el proyecto de la cuarta transformación, si se
sigue viendo a las bases solo como fuerza de tarea para hacerles el trabajo a
los oportunistas y caciquillos buenos para nada, si no tienen trabajo ni los
méritos necesarios; el partido seguirá con las confrontaciones internas y se
agudizarán el desencanto, el desgaste político y la anarquía que lo pueden
llevar a la derrota en las elecciones del 21 y del 24.
Si la obsesión de Mario
de apoyarse en los grupos de la derecha, en los sectores e instancias que aún
quedan del viejo régimen político, si no entiende el significado del proyecto
de la cuarta transformación y sigue en un juego de simulaciones apoyándose en
frases del presidente, pero ajeno al pensamiento libertario y democrático de un
partido que se niega a caer en manos de la derecha, entonces, el esfuerzo por
unificarlo en medio de su pluralismo y de sus diferencias pero unido en la
defensa de su proyecto, el tiempo que tendrá Mario en la presidencia del CEN de
Morena será breve, porque las bases lo tendremos que cambiar por alguien que legítimamente
las represente
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