Las “tardeadas” de Porfirio
Por JESÚS SOSA CASTRO
Conocí personalmente a
Porfirio Muñoz Ledo durante el rompimiento entre lo peorcito de la canalla priista
con la entonces corriente democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas e
Ifigenia Martínez, entre otros. Esta decisión, tomada en esa época de
turbulencias políticas fue harto importante para el fortalecimiento de una
izquierda electoral que aspiraba a democratizar la vida nacional. No solo se
justificaba tal actitud, pues la naturaleza política, la pudrición del priismo,
habían alcanzado tales niveles de hediondez, que lo más noble de ese partido
decidió salirse de ese agujero para salvar parte de su historia y de su lucidez
en el tratamiento de los problemas que agobiaban al país
Como es sabido, el 5 de
mayo de 1989 nació oficialmente el Partido de la Revolución Democrática. En su
equipo de dirección la gente miraba con respeto a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio
Muñoz Ledo y a Ifigenia Martínez. Eran las “estrellas” que daban nuevo brillo a
una fuerza que pujaba por poner en la escena publica sus propuestas políticas y
crearle a la gente las condiciones para que hiciera de su participación
democrática uno de los objetivos centrales de su lucha. Pronto este partido,
con un ato de nuevos liderazgos, dio los pasos necesarios para convertirse en
la izquierda más importante de México. Sin embargo, junto a las nuevas
expectativas políticas fueron apareciendo crecientemente las ambiciones
personales y el oportunismo de algunos dirigentes que, al paso de los años se
convirtieron en los patiños del PRI, del PAN y de los empresarios ligados a
Claudio X González
De aquellas figuras que
se desprendieron del PRI la mayoría de ellas se fueron perdiendo porque no
tuvieron la capacidad de romper con la cultura que por décadas habían abrevado
en las filas donde estaban sus antecesores ideológicos y políticos. Cuauhtémoc
y sus cercanos se los comió la envidia porque en la escena pública irrumpió la
incuestionable figura de López Obrador, referente principal de un proyecto
político en el que ya no cabían ni las formas ni los intereses de personajes que
simulaban estar en la izquierda, pero apoyaban a personajes de la derecha.
Cuauhtémoc Cárdenas se apartó de la lucha y se convirtió en un “general” sin
ejército y sin proyecto que hoy vive su frustración haciéndose pasar como
opositor y crítico del liderazgo que encabeza el presidente de la república
Durante el proceso para
elegir al presidente del CEN de Morena, muchos miles de militantes apoyamos la
candidatura de Porfirio Muñoz Ledo como contra propuesta a la candidatura de
Mario Delgado que había sido concebida por lo peorcito del INE y del TEPJF.
Apostamos a su inteligencia, al conocimiento de la política y a su audacia para
elevar el debate político frente a las viejas figuras que por años han venido
dando vida a las mañas del PRI y del PAN. Pero resulta que el viejo lobo de
mar, el ideólogo que apreciaron personas y grupos de fuera del PRI, el hombre
reconocido por su talento y por su capacidad intelectual, ahora se anda
culipandeando por supuestas diferencias políticas y porque no lo incluyeron en
el actual proceso electoral para que siguiera siendo diputado federal.
Resentido por tales hechos está llamando a sus seguidores para hacer un frente
Anti AMLO y competir con las mañaneras del presidente proponiendo sus “tardeadas
como contrapeso, porque se ha dado cuenta que no hay otro partido tan corrupto
como Morena y un presidente tan autoritario como AMLO”
En entrevistas con un
reportero de El demócrata de La Laguna y con José Cárdenas de Radio Fórmula, “llama
al pueblo de México a evitar que el presidente siga destruyendo al país. Se
declara abierto enemigo de Andrés Manuel López Obrador, señala que ha perdido
todo orden constitucional y que la nación se encuentra al borde de una peligrosa
ruptura. Dice que lanzará una plataforma para defender al Instituto Nacional Electoral
de las amenazas del ejecutivo. Llama a los mexicanos a enfrentar las
irresponsables acciones presidenciales y asegura que va a proceder a defender
el orden constitucional” Cierra sus calenturientas elucubraciones declarando al
periódico El país que prepara la plataforma denominada Encuentro por la
República en Defensa de la Constitución y de los órganos autónomos como el INE,
convertido en el blanco de las críticas de López Obrador”
¡Lástima Porfirio! La
vejez es como la justicia, tarda en llegar, pero llega. Y al Muñoz
Ledo que yo conocí, que apoyé para que fuera mi dirigente, el tribuno que quise
para que defendiera los derechos del pueblo y el proyecto de la cuarta
transformación, de pronto sale con sus vetustas regresiones apoyando a los
órganos que han envilecido la política, que están en las filas del
conservadurismo y a quienes, a los ojos de todo mundo, son parte importante de los
enemigos de la democracia. ¡Qué pena, Porfirio!
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