Un entierro largamente esperado
Por JESÚS SOSA CASTRO
Estamos justo a seis
días de cobrarles los agravios y las cuentas a los buitres que han tratado con
las patas al pueblo de México. El SEIS DE JUNIO enterraremos a los que, sin
respeto alguno, nos han llamado despreciativamente gentuza, perrada, guevones,
indios, chairos, ignorantes y otras lindezas. En su haber, siempre ha estado presente
la creencia de que ellos eran el estamento que representaba la crema y nata de
la sociedad, el sumun del encanto que les daba la nobleza y el trabajo de la
gente. Por centurias, se comportaron como los tatas mandones, como una casta de
horca y cuchillo, con todos los privilegios habidos y por haber. No quisieron darse
cuenta que eran el pueblo, los trabajadores, los humillados, los que producen
la riqueza, los que han sacado adelante el país. Los que han hecho las revoluciones,
los que han derrotado a los invasores y a sus príncipes que importaron porque decían
que los indios no se sabían gobernar
La historia nos ha
dejado enseñanzas que hoy estamos cultivando. Si tuviéramos que darle valor a lo
que está ocurriendo en la escena pública, se puede afirmar sin equívocos, que
esa rancia y vieja sociedad privilegiada y corrupta, ha sido desplazada del
gobierno al influjo de una revolución pacífica de millones de mexicanos. Tenemos
el registro del heroísmo que ha jugado el pueblo de México en las cuatro
transformaciones que hemos vivido. Durante estos acontecimientos históricos, nuestro
pueblo se ha ganado el honor de haber derrotado a los buitres que nos comían las
entrañas sin mayores protestas. El huracán que viene avasallando a los viejos
grupos de corruptos y criminales, también está exhibiendo sus mediocridades y
la ausencia de talento para hilvanar un discurso que siquiera los acercara un
poco a las necesidades de la gente
La lucha que encabeza
la mayoría del pueblo en contra de sus explotadores, es algo que trascenderá el
proceso electoral del 6 de junio. Todos los que se la pasan insultando al
presidente y criticando sus políticas públicas, responden al interés de clase
de controlar, mandar y dominar en las relaciones sociales de los individuos y de
la colectividad. Es el poder que el pueblo les ha arrebatado el que ponían en
juego para influir y determinar sobre nuestros procederes y decisiones
personales. Nosotros no mandábamos sobre nuestras vidas, sino el poder, al
través de sus manipulaciones falaces y criminales
Por eso se equivocan
aquellos que afirman que no hay que participar de las políticas y las acciones de
la gente. ¡Malamente piensan que este ejercicio es para los que no tienen nada qué
hacer! No se dan cuenta que quedarse al margen de estos procesos, es fortalecer
a los que nos controlaban, nos mandaban y nos dominaban. “La política es la
relación cotidiana y puntual en la que se ejerce capacidad de dirección y mando
social, donde se realiza y materializa el dominio, el control y el mando en
toda nuestra vida humana” (1) ¿Si este es el poder, si la política es la ejecutora
de nuestras relaciones sociales ¿por qué permitimos que ese poder, el de las mafias, el de los políticos corruptos,
sigan poniendo en juego su imbecilidad y
su rabia, jueguen con los sentimientos del pueblo y se lancen como dementes en
contra del proyecto democrático que representa la cuarta transformación? La
inmensa mayoría de nuestra gente ya no está dispuesta a estar sometida al
control y a la intimidación de estos malandrines. Tenemos derecho a vivir una
auténtica vida humana en condiciones de autodeterminación
Este SEIS DE JUNIO EL
PUEBLO enterrará a esos grupos de poder que nos explotaban, y que su sello fue ser
harto corruptos, incultos y criminales. Quitar presencia a los derechosos
significa tener la oportunidad de seguir con la forja de un instrumento que
vaya más allá de la lucha por la democracia y por un proceso electoral legal y
transparente. Requerimos de la construcción de una fuerza y una dirección revolucionarias
que avancen en el derrocamiento de esos grupos mafiosos que tanto daño le han
causado a la nación. Tenemos la necesidad de ir despertando conciencia
revolucionaria y formas políticas que nos den experiencia y aprendizaje para
enfrentar al enemigo principal y alcanzar la capacidad necesaria para construir
un instrumento que ayude a coaguler la esperanza de una vida auténticamente
humana
Ese momento está por
llegar. El pueblo, nuestro pueblo, sabe que tiene una cita con la historia el
próximo SEIS DE JUNIO. Ese día, en todas las casillas, en todos los rincones de
la patria, habremos de festejar no solo nuestra victoria electoral contra los
corruptos y los traidores a la patria. Tomaremos las calles, los cruceros y las
plazas públicas para darles sentido a la victoria popular y al legítimo
contento por asistir al entierro de lo peorcito que, por desgracia, ha parido
este país
(1).- Notas políticas,
Armando Martínez Verdugo, Ediciones Autodeterminación, 2006
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