La Corte
de los embozados
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Cuando regresé de andar en la calle el 8 de marzo y comenté
con mis amigos el título de mi artículo, uno de ellos me dijo que las féminas y
los derechosos a los que estaba dirigido, podrían considerarme un columnista misógino
y un “chairo” Le dije que bien saben quienes me leen que por años he estado en
la lucha social, defendiendo derechos, libertades y equidad de género. Que no
he sido misógino en el pasado y no lo seré nunca, sólo por mi crítica permanente
al comportamiento bandolero y grotesco que siguen mostrando un grupo de mujeres
y hombres en actos de protesta, pintarrajeando, rompiendo y agrediendo a
personas, oficinas, centros comerciales, monumentos y tirando bombas molotov a palacio
nacional
Mi encabronamiento con estos vándalos, tiene su origen en el
hecho de que nunca antes un gobierno federal, ha puesto en marcha un proyecto
político, social y cultural en el que los sectores más atendidos en sus
derechos y libertades, han sido las mujeres y los más vulnerables. Y aunque es
verdad que hay un trecho grande para alcanzar la justicia y la tranquilidad,
terminar con la violencia y con los feminicidios, nadie puede negar los
esfuerzos que el gobierno y el pueblo están haciendo para lograr la seguridad y
la paz que merecemos todos los mexicanos. Sin embargo, me arriesgo a sostener
que hay mujeres y hombres, grupos y partidos que están detrás de estos actos
vandálicos, de su lucha contra el proyecto de la 4t, desplegando el racismo, el
clasismo y el odio creciente contra un presidente que ha luchado por la
igualdad, la justicia, la libertad y la democracia
¿Qué es lo que estamos mirando en torno a la marcha del país?
Que solo los ingenuos y los medios destetados por el actual gobierno mantienen
la tesis de que este tipo de protestas se debe a que no han sido resueltos
asuntos importantes como los feminicidios, las libertades y la democracia. ¡Muchos
rechazamos su verdad! Las conductas que muestran estas personas y grupos, son el
intento de encubrir sus intereses personales, rescatar los privilegios perdidos
por muchos y dar vida artificial a una Corte de embozados que quieren colocarse
como un poder omnímodo tan corrupto y podrido como Edmundo Jacobo Molina,
Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, la ministra Norma Piña, magistrados del TEPJF,
Jueces y una buena parte de los buenos para nada que quedan en el INE
La limpia anticorrupción, tiene su punto de resistencia en el
poder judicial. El intento anticipado de echar abajo el Plan B aprobado por el
Ejecutivo, por el Congreso y apoyado por la inmensa mayoría del pueblo, tiene
que ver con la violación al artículo 127 constitucional sobre la remuneración
de los servidores públicos. Los salarios y prestaciones de ministros,
magistrados, jueces, consejeros y otros, no pueden ser mayores a los que tiene
el presidente de la república. No sólo son injustificados e ilegales estos
salarios y prestaciones, son la suma de privilegios que ellos se han atribuido
porque no tienen moral, no cobran por servirle al pueblo, son unos corruptos y unas
ratas que, al ser miembros de esos órganos, juzgan y deciden sobre los derechos
y deberes constitucionales, arrogándose el privilegio de robarle al erario de
manera particularmente mendaz y arbitraria
Mientras el gobierno de López Obrador atiende las necesidades
del pueblo y ha puesto en alto el nombre y el respeto de México ante el mundo,
mientras ha rescatado el derecho inalienable de ser un país libre,
independiente y soberano, los embozados de esta Corte de mafiosos y ladrones
solo muestran su ambición por el dinero, por los moches, por el excarcelamiento
de mafiosos de toda clase y hacedores de fideicomisos ilegales para irse
hinchados de dinero una vez que el pueblo los corra o se les acabe el período
para el que fueron impuestos
Por lo que hacen y cobran los integrantes de esta Corte de
embozados, manipuladores de la ley, mentirosos y de doble moral, el pueblo exige
su renuncia y la devolución de todo cuanto le ha sido robado. El cuento de que
las reformas a las leyes secundarias ponen en riesgo la democracia, de que el
gobierno quiere controlar los procesos electorales, de que el Plan B es un
peligro para la democracia, no solo son una farsa sino el triste rostro de la
inmoralidad, de la ambición del dinero y la procaz manera de enseñar el
grotesco rostro de la rapiña
No hay comentarios.:
Publicar un comentario