La
derrota por venir. Los derechosos en pánico
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Siempre resulta positivo que en un país existan contrapesos
políticos a un gobierno, si se trata legítimamente de confrontar ideas y
proyectos programáticos. Para que esto se dé, invariablemente será necesario
que los gobiernos y sus opositores tengan programas sociales, inteligencia, capacidad
e ideas, más allá de posiciones elementales, para que sus seguidores compartan
y se adhieran, en conciencia, a sus políticas y a sus proyectos. Estoy hablando
de los partidos agrupados en Va x México y de MC, porque ninguno de ellos ha
sido ni es una opción política para el pueblo. No conocen los problemas del
país ni los sentimientos de la gente. Como entes de interés público, son una
calamidad. Y como no tienen los supuestos señalados, no entienden la
complejidad social que se vive y no se dan cuenta de su descrédito, su
desaparición en el 24, va a ser irremediable
No comprenden el oficio de la política ni de lo que pasa en
el mundo. Para ellos la geopolítica es ser entreguistas, vasallos y lamesuelas de
los EU, de España y de otros gobiernos. Son los tataranietos de Maximiliano, traidores
a la patria por naturaleza. Su discurso no solo es falaz, cretino y vacío. Es
la reminiscencia de un proyecto social que se les agotó hace años y, aunque hoy
hablan y hablan, su diarrea verbal no produce ningún efecto positivo en el
corazón de un pueblo que ha encontrado el camino para elegir a los funcionarios
públicos que defienden sus intereses. O bien, botarlos del espectro electoral si
solo quieren vivir de sus privilegios y corruptelas
Y es que, a la luz de los hechos, resulta inconcebible que, a
estas alturas de la vida pública, estos partidos sigan arrastrando su manida
narrativa de que el gobierno encabezado por AMLO, no ha hecho nada importante
en beneficio del pueblo. Con esa cantaleta adornan su estridente locuacidad.
Dicen que México está al borde del abismo. Sólo quien tiene el cerebro desierto
de ideas y los ojos tapiados de cataratas, no entiende el proyecto de
transformación y no observa las grandes obras que ya se han inaugurado y las otras,
las que están en construcción, serán entregadas al pueblo en diciembre del 23
A los conservadores los ha trastornado la presencia y
participación de la mayoría del pueblo en la construcción y defensa de un
proyecto político de cara a sus intereses. Les arde el sifiriso al ver y sentir
la fuerza y el apoyo que ese pueblo le brinda crecientemente al presidente.
Porque contrario a lo que son y hacen los “dirigentes” de los partidos
popositores, Andrés Manuel tiene en su haber una larga historia defendiendo las
demandas del pueblo. Siempre ha estado caminando a su lado en todas las
circunstancias. Lo hizo como opositor y lo está haciendo como el líder de la
nación
Su liderazgo le llegó a la gente en el momento preciso.
Creció y se convirtió en presidente, porque supo percibir cuáles eran las
dolencias sociales que le partían el alma a los pobres del país. Recorrió México,
siempre a ras de tierra, hablando con los humildes, con los explotados, con los
excluidos. Recogió de los pueblos originarios, de las clases medias, de los
jóvenes, de los adultos mayores y de la gente en general, sus necesidades y sus
sentimientos para convertirlos en un programa de gobierno. Preguntó a sus
oyentes cuáles podían ser los compromisos por asumir en la lucha, para que
juntos, pueblo y líder, empezaran la construcción de un programa social en el
que se contuvieran la libertad, la democracia, la justicia y la soberanía de la
nación. AMLO encabezó un movimiento libertario que creció en la medida en que
el pueblo descubrió los ofensivos privilegios y los robos que le hacían al país
los potentados y los políticos corruptos
Y hoy, a cuatro años y medio de su gobierno, Andrés Manuel es
visto como líder en muchas partes del mundo. En el país ha atendido las
demandas populares que los gobiernos neoliberales pasaron por alto. La mira de
estos, era el robo, la corrupción, la entrega de las empresas y recursos de la
nación. En política exterior, su visión de estadista lo ha convertido en un
referente en la defensa de la democracia, la independencia y la soberanía de
los pueblos. Su lucha contra el intervencionismo político y militar de potencias
extranjeras, es una insignia que expresa reconocimiento y respeto. ¡En tanto, la
poposición llora y patalea! Su derrota en el 24, le hará ver que nunca entendió
nada. Que el pueblo y su líder no solo son la esperanza, sino la realidad del
México que se construye
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