Ojalá
nuestra Coalición no se llene de tribus como en el PRD
Por
JESÚS SOSA CASTRO
La forma en que el presidente y los partidos de la
Coalición Juntos Hacemos Historia resolvieron la coordinación para la defensa
de la 4t y en el futuro cercano la candidatura a la presidencia de la
república, no solo fue un hecho inédito, sino el reconocimiento y la convicción
de que es el pueblo y no las cúpulas las que toman las decisiones importantes
respecto de quienes lo deben gobernar. La responsabilidad recayó fundamentalmente
en el Comité Nacional de Morena y en su Consejo Nacional. En su momento, yo critiqué
que, al PT y al Verde, en la decisión inicial, sólo fueran convidados de piedra
Sin embargo, me satisfizo enormemente que todos los
partidos y sus dirigentes estuvieron a la altura de las circunstancias. Los
aspirantes se apegaron a las reglas, hicieron su trabajo, recorrieron el país,
hablaron con la gente y al final, los resultados fueron dados por cinco
encuestas, las cuales, dieron el triunfo inequívoco a la Dra. Claudia Sheinbaum.
Mi candidato era Gerardo Fernando Noroña. Su capacidad y su forma de hacer política
y acercarse con el pueblo me llevaron a creer que sus partidarios lo íbamos a hacer
ganar. ¡Nos equivocamos! Pero por lo menos en mi caso, sostengo que la derrota
ha puesto de manifiesto la grandeza, la honestidad, la lealtad al proyecto y las
virtudes de un político de talla descomunal
Después de que el Comité Nacional de Morena y el Consejo
Nacional le entregaron la constancia de mayoría a la Dra. Claudia Sheinbaum, mi
orgullo y mi apoyo a todos los que hicimos posible este primer paso
democrático, se han hecho mucho más grandes y mi satisfacción se ha
multiplicado por los avances políticos que todos los hijos del pueblo estamos
logrando. Estoy convencido que no solo
vamos a ganar la presidencia de la república, sino los dos tercios del Congreso,
las gubernaturas, los congresos locales, alcaldías y demás encargos. Confío en
el pueblo y en su capacidad política, porque estamos entendiendo y actuando en
razón del importante proceso democratizador que se viene abriendo paso desde el
1º de julio del 2018
Sin embargo, quiero poner en blanco y negro algunas
preocupaciones que me están surgiendo una vez que veo el comportamiento de algunos
aspirantes parecido al que vivimos en el PRD. En este partido había un montón
de tribus con sus respectivos liderazgos. Cada tribu obedecía a sus dirigentes
y no a la dirección del PRD. Predominaron los intereses de grupo y los
encargos, entonces puestos, que se repartían atendiendo a la fuerza y a las presiones
que ejercían esos grupos. El resultado final es la caricatura de partido que
ahora anda dando lástimas y vergüenzas en los corrillos de sus jefes, el Señor
X, el PRI y el PAN
Ese viejo oportunismo está asomando el rostro en
Morena. Si como aspirantes firmaron un acuerdo y sabían de las reglas a las que
estaban obligados a cumplir, si fueron testigos de la aplicación de los
acuerdos, si se cuidó el proceso de las encuestas, ¿por qué los aspirantes que
fueron derrotados, excepto Noroña y Manuel Velazco, se presentan como grupos de
presión ante la ganadora del proceso? ¿Cuál es su pretensión? ¿Quieren negociar
encargos a partir del porcentaje de votos que obtuvieron en las encuestas? ¿Se
quieren mantener como grupos de presión, es decir, como tribus, para exigir prebendas
y derechos que sólo deben darse en razón del trabajo, la honestidad, los
ideales y la lealtad al proyecto de transformación y no a intereses personales
o de grupo?
Me parece urgente y necesario alertar a los
responsables de encauzar y dirigir este importantísimo proceso no sólo inédito
sino como expresión incuestionable de la rebeldía democratizadora de nuestro
pueblo. Como tal está harto y cansado del oportunismo de izquierda y de derecha
y, sobre todo, de las decisiones cupulares. El caso de Marcelo es el colmo del
oportunismo y de las ideas conservadoras que se metieron, o las metieron, a un
proceso politizador diferente y que se quebraron a la mitad del camino porque
en esencia ni en él ni en sus seguidores existen la fortaleza ideológica,
programática y política, para dar el trabajo y la vida por la democratización,
la justicia y la libertad. Resultaron unos pájaros nalgones que buscaban seguirse
alimentando del esfuerzo, de los ideales y del empuje del pueblo por cambiar las
cosas en el país. No está bien que se vayan, pero tampoco son indispensables
para sacar adelante un proceso que huele a pueblo y no a la boñiga de los que
siguen al carnal
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