Entre
cretinos, botargas y poetas
Por
JESÚS SOSA CASTRO
En el México de hoy existen personas que pretenden
dárselas de sabios. En sus comentarios orales, escritos, y hasta en los libros
que algunos escriben, quieren dejar la impresión de que todo lo dominan. Dicen
que si ellos tuvieran el apoyo del pueblo, que es el que pone y el que quita,
serían capaces de sacar al país del hoyo en el que supuestamente lo han metido
los “gobiernos populistas” Otros, no pocos, por cierto, son aquellos a quienes
se les cuestiona el por qué no participan en defensa de sus intereses y
demandas si son los más afectados. Taimadamente se salen por la tangente
diciendo que “no saben nada de política, ni les interesa”
Otra especie es la de los cretinos. Los que padecen de
retraso intelectual. Los incapaces de desarrollar un planteamiento coherente
sobre los problemas del país. Los que viven de las mentiras, los derechosos y los
hijos del imperio. Son los que, a lo largo de su historia, han cubierto su
ignorancia adjetivando a los que luchan en defensa de sus derechos. Por eso
muchos opositores odian al presidente López Obrador. Porque él es de otra
estirpe. Es un hombre con la sapiencia y la sensibilidad para despertar en el
pueblo su conciencia social para que siga defendiéndose de los remanentes de un
sistema bastante salvaje
Aunque estos grupos juegan un papel degradante para el
desarrollo de una política popular, los indiferentes, son los más peligrosos.
Siempre llevan veneno en sus entrañas. Cuando se ven cuestionados, se portan
como los calamares, sueltan su toxina para poder escapar. Otro grupo lo
componen los que se enmascaran, los de doble moral, los que gritan y manotean
para poner en juego su falta de consistencia política. Todos se lanzan al vacío
para seguir haciendo el ridículo. Las estrellas más brillantes de este género
son Xóchitl Gálvez, Norma Piña, Lily Téllez, Kenia López Rabadán, Zambrano,
Marko, Zambrano y Alito.
Estos derechosos y analfabetos se enorgullecen
diciendo que odian al populismo, son los clasistas y racistas que quieren
volver por sus privilegios, la robadera y el entreguismo. No saben que de sus
políticas nacen la pobreza, la prostitución, los bandidos y los políticos
corruptos. Hoy, del lado del pueblo está surgiendo la rebeldía, la
organización, la conciencia social y el despertar del pueblo. Ya no vamos a
caer en lo que decía José Saramago en uno de sus poemas “muchas veces las
personas empiezan por ceder en las pequeñas cosas y acaban perdiendo el sentido
de la vida. Basta una epidemia de ceguera política para que se pierda la
moralidad de los seres humanos” Y concluye: “Para nadie habrá descanso. La paz
no está con nosotros, tampoco la fortuna, el signo es la lucha, que no nos
cubra el espanto” (1)
El 2 de junio Claudia Será la presidenta de México. ¡Los
cretinos y botargas, llorarán!
(1) Sus diez poemas, José Saramago, Alianza Editorial
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