El
hermano que se fue
Por
JESÚS SOSA CASTRO
El martes por la mañana mi hermano Alejandro me habló
por el teléfono de mi casa. El celular y otras cosas las perdí por descuido el
2 de mayo. La plática comenzó siendo como las de costumbre, era la tradicional
platica entre hermanos. Después de varios minutos le percibí algo que me estaba
ocultando. Ya casi para despediros me dijo con cierta seriedad: Te tengo una
mala noticia, hoy por la madrugada murió nuestro hermano Santiago. Me quedé
patidifuso. De momento no entendí lo que eso significaba para una familia
compuesta por 13 hermanos. De esta enorme prole, es el primer hermano que se
nos va
Después de mí y de mi hermana Margarita el tercero fue
Santiago. El hombre que no tuvo la oportunidad de forjarse una profesión porque
al lado de nuestros padres, la mayor parte de su juventud y de su vida las puso
al servicio de nuestra formación profesional. Junto a mi padre, sembró en los
hermanos el amor al trabajo, llenó su vida juvenil de virtudes forjadas
labrando la tierra, Cosechando los frutos de la tierra. Ya siendo adulto le
propuse que se viniera al entonces D.F. Consiguió trabajo en la SEP hasta que
se jubiló
Hoy que nos hemos quedado sin él, en nombre de todos
mis hermanos le rendimos un homenaje. No sólo por haber sido un hermano
ejemplar, sino porque en su alma y en su corazón, siempre hubo bondad, cariño y
respeto para todos los que, con él, fuimos testigos de una historia familiar en
la que el trabajo, la dignidad y el respeto, fueron, siempre, lo que rodeo la
vida de esta hermosa y valiente familia
Descansa en paz, hermano querido. Estoy seguro de que
te encontrarás con nuestros padres. Aquellos que con orgullo y humildad
hicieron de este ejército de hermanos un almácigo de mujeres y hombres que han
sabido estar a la altura de sus enseñanzas y recuerdos. Feliz camino, hermano
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