sábado, 30 de noviembre de 2024

Morena, Crasio y Espartaco

Por JESÚS SOSA CASTRO

A la mayoría de los militantes de Morena nos da gusto su crecimiento. Aunque, a decir verdad, su renovación no alcanza aún los estándares democráticos necesarios para que esté a la altura de los nuevos tiempos de México. Necesitamos recuperar su vida orgánica y política, regularizar el funcionamiento de sus órganos de dirección y acabar con el oportunismo que aún se da en el seno de sus entrañas. Esta decisión la está exigiendo el pueblo, pues éste ha hecho suyas las palabras de Crasio a Espartaco, “ustedes, los de abajo, los esclavos, son los dueños del bastón, de las lanzas, los llamados a vencer, los que organizan la vida comunitaria, los que rompieron todas las fustas y todas las espadas” (*)

Como Espartaco y sus camaradas, la militancia salimos el 1º de julio del 2018 a romper todas las fustas y las lanzas que obstruían nuestros derechos y libertades. Desde entonces, estamos mirando a nuestro alrededor y observamos que todo lo andado y construido lo hemos hecho nosotros, el pueblo y su gobierno. En esta lucha no teníamos nada que perder que no fuera el sometimiento, la exclusión y el silencio. Por eso convertimos nuestra voluntad en poder y el poder en libertad para hacer justicia. Casi derrotados en el 2006 y en el 2012, volvimos a triunfar en el 2018, en el 24 y así por décadas más

Por eso hoy millones estamos dispuestos a cambiar las estructuras del sistema, de ligar nuestra lucha con todas las luchas sociales, convertir la fuerza de las mayorías populares en el instrumento que haga posible la transformación nacional. Queremos que el partido sea el puntal que lleve adelante la rebelión popular de hace seis años. Nos imponemos salir de la pasividad, de las disputas internas, convertir al pueblo en la fuerza que haga posible la conquista de su mejor futuro y acabar con el conservadurismo demencial y el izquierdismo infantil. La pobreza, la inseguridad social no llevan a la transformación del país, se requiere que el pueblo y su partido tomen conciencia de su función y generen sus propios mecanismos para enfrentar a sus adversarios

Ha llegado el tiempo de desafiar a la imaginación. Porque cuando se comprende el significado de la lucha social, se impide la soberbia y la estupidez. Tenemos que alinear nuestros pensamientos y nuestras acciones a favor de la justicia, la democracia y la libertad. El poder es un instrumento que no se puede ejercer al margen de la ética, de los ideales y de los principios que hemos abrazado al lado de los que, en el camino, han dejado huella de su trabajo y de su aporte a la construcción de un nuevo país. Hoy millones de ciudadanos y militantes de Morena queremos que el partido profundice la transformación social, que cuente con una dirección competente al servicio del pueblo, que sea el impulsor de la unidad interna y defienda sus demandas económicas y sociales para avanzar en la transformación de nuestro México

(*) Espartaco, Howard Fast, Editorial Quinteto

   

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