Morena,
Crasio y Espartaco
Por JESÚS
SOSA CASTRO
A la mayoría de los militantes de Morena nos da gusto su crecimiento.
Aunque, a decir verdad, su renovación no alcanza aún los estándares democráticos
necesarios para que esté a la altura de los nuevos tiempos de México.
Necesitamos recuperar su vida orgánica y política, regularizar el
funcionamiento de sus órganos de dirección y acabar con el oportunismo que aún se
da en el seno de sus entrañas. Esta decisión la está exigiendo el pueblo, pues
éste ha hecho suyas las palabras de Crasio a Espartaco, “ustedes, los de abajo,
los esclavos, son los dueños del bastón, de las lanzas, los llamados a vencer,
los que organizan la vida comunitaria, los que rompieron todas las fustas y
todas las espadas” (*)
Como Espartaco y sus camaradas, la militancia salimos el 1º
de julio del 2018 a romper todas las fustas y las lanzas que obstruían nuestros
derechos y libertades. Desde entonces, estamos mirando a nuestro alrededor y
observamos que todo lo andado y construido lo hemos hecho nosotros, el pueblo y
su gobierno. En esta lucha no teníamos nada que perder que no fuera el
sometimiento, la exclusión y el silencio. Por eso convertimos nuestra voluntad
en poder y el poder en libertad para hacer justicia. Casi derrotados en el 2006
y en el 2012, volvimos a triunfar en el 2018, en el 24 y así por décadas más
Por eso hoy millones estamos dispuestos a cambiar las
estructuras del sistema, de ligar nuestra lucha con todas las luchas sociales, convertir
la fuerza de las mayorías populares en el instrumento que haga posible la transformación
nacional. Queremos que el partido sea el puntal que lleve adelante la rebelión popular
de hace seis años. Nos imponemos salir de la pasividad, de las disputas
internas, convertir al pueblo en la fuerza que haga posible la conquista de su mejor
futuro y acabar con el conservadurismo demencial y el izquierdismo infantil. La
pobreza, la inseguridad social no llevan a la transformación del país, se
requiere que el pueblo y su partido tomen conciencia de su función y generen
sus propios mecanismos para enfrentar a sus adversarios
Ha llegado el tiempo de desafiar a la imaginación. Porque
cuando se comprende el significado de la lucha social, se impide la soberbia y
la estupidez. Tenemos que alinear nuestros pensamientos y nuestras acciones a
favor de la justicia, la democracia y la libertad. El poder es un instrumento
que no se puede ejercer al margen de la ética, de los ideales y de los
principios que hemos abrazado al lado de los que, en el camino, han dejado
huella de su trabajo y de su aporte a la construcción de un nuevo país. Hoy millones
de ciudadanos y militantes de Morena queremos que el partido profundice la transformación
social, que cuente con una dirección competente al servicio del pueblo, que sea
el impulsor de la unidad interna y defienda sus demandas económicas y sociales
para avanzar en la transformación de nuestro México
(*) Espartaco, Howard Fast, Editorial Quinteto
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