lunes, 10 de marzo de 2025

Por si alguien me pregunta

Por JESÚS SOSA CASTRO

 

Algo ocurre en mí que frecuentemente mi alma se llena de contento. Los muchos años que traigo cargando, se han llenado de ideas y acciones que me han aportado mis compañeros de lucha, mis amigos y mis camaradas. Todos han enriquecido mi pensamiento y yo sigo en las filas de la izquierda donde mis ideas se han convertido en el soporte fundamental para entender y luchar por las demandas de quienes siempre fueron olvidados. Hoy mi ánimo se ha hecho más grande porque mi presidenta Dra. Claudia Sheinbaum Pardo ha agigantado su liderazgo ante un pueblo que nunca será subyugado. Yo le doy vuelta a mis ideas y casi llego a creer que algo me está indicando que mis esfuerzos y mis acciones también formaron parte de ese ato popular que ayer se expresó multitudinariamente en el zócalo en apoyo a un pueblo rebelde e irredento

La política y la firmeza con la que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, está defendiendo a nuestra patria de los fachos de dentro y de fuera del país, ha recompuesto mi ánimo y con mis años a cuestas, hago lo que puedo para compartir el contento popular y la profunda convicción de que somos un país independiente, libre y soberano. Por estos hechos, recordé un texto de Eduardo Galeano que ya se me había borrado de mis ojos (*) Releyéndolo me hizo recordar los tiempos en que los libros y la lucha fueron la fuente de mis reflexiones. A partir de ahí, pude salir de las manías doctrinarias que infectaban las fibras de mi cerebro. Hoy mi pensamiento está al servicio de las causas que sigo defendiendo al lado de mi pueblo cada vez más rebelde, más justo y democrático. Estamos aprendiendo a volar y a conocer otros mundos

Ahora que vivo estas circunstancias, avanzo en la recuperación de la esperanza para poner en blanco y negro el alimento que los libros me han dado para seguir escribiendo lo que me sale del cerebro y del corazón. Estoy con el ánimo recompuesto para expresar públicamente lo que traigo adherido entre pecho y espalda. He redescubierto que mi felicidad no es tener ni dinero ni poder, es aprender a amar a mi pueblo, a sentir en la piel el cariño y el respeto de mis semejantes y poner en mis ojos aquellas figuras que de pena ajena sólo apoyan al enemigo o van por la foto olvidándose de la defensa de la patria

Los hechos y mis pensamientos me hacen sentir feliz por haber aportado algo de trabajo, ideas y esperanzas para hacer de mi país un ejemplo de democracia, de independencia y soberanía que hoy ponen en jaque a las viejas estructuras del sistema. Soy consciente de las complejidades que aún estamos viviendo, pero también veo que mi pueblo avanza mientras los fachos se retuercen como tlaconetes en comal, cagados de miedo, al ver que la mayoría de los mexicanos nos hacemos más fuertes, libres y sabios

(*) Crónica de un desafío, EDUARDO GALEANO 

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