jueves, 25 de diciembre de 2025

 

Agradecido, simplemente agradecido

Por JESÚS SOSA CASTRO

Escribo estas líneas agradeciendo a familiares y amigos que me han felicitado por mí cumpleaños. Lo hago porque en mi largo caminar por la vida, muchas y muchos me han acompañado en mis ideales y principios que mucho me enorgullecen. Cuando mis padres me despidieron el día que empecé una cruzada en un mundo social y político que me era completamente ajeno, derramé lágrimas porque pensé que iniciaba el recorrido de un mundo de soledad. Dejaba a mis padres campesinos que habían puesto por delante su trabajo y su pobreza para que su primer hijo no hiciera de la tierra y el arado el ejercicio fundamental de su vida. Creo que sentían que las condiciones en que vivían no podían ser la herencia para ninguno de sus vástagos

Mi arribo a la ciudad de México me deslumbró. Mis huaraches de llantas y mi estirpe campesina arrancada a las tradiciones y a la cultura del tequio de la Mixteca poblana me hacían ver como un adolescente perdido en un mundo con arraigadas expresiones de discriminación, racismo y el clasismo. ¡Cuánto me afectaron! Me sentía aherrojado por ese mundillo de jóvenes llenos de prejuicios y supuestos valores de los que carecían. Con los días se fue abriendo paso en mí una conciencia social y cultural trascendentes y, lo que antes pensé que iba a ser mi soledad se empezó a llenar de amigos y compañeros que compartíamos ideales y principios de los que hasta ahora siguen presentes en nuestros haberes

Con los días empecé a superar lo que lastimaba mi alma y mi corazón. Mis mentores de la secundaria y de la Nacional de Maestros entraron con fuerza en mis pensamientos sustituyendo mis debilidades y complejos. Abracé con honor las luchas obreras, campesinas y estudiantiles. Me formé en sus filas para aprender y para ayudar en la búsqueda de la justicia, la democracia y la libertad. El ejemplo de luchadores comunistas, líderes obreros, campesinos y demócratas que levantaron las demandas del pueblo, me llenaron de amigos y compañeros de batalla que, al pasar de los años, fueron y son el ejemplo político que hace posible que yo, a muchos años de mis prejuicios culturales y sociales, esté compartiendo relaciones de amistad y compañerismo en las crecientes filas de un nuevo proyecto de nación

Creo que estas son las razones que explican el porqué de las felicitaciones y de lo que es y ha sido mi vida. Les agradezco con todo el corazón que me hagan sentir que existo social, cultural y políticamente. Me siento bien al recibir sus parabienes. Me sentiría mejor si pudiera darles las gracias de manera personal y abrazarlos con el cariño y el respeto que guardo para ustedes en mi alma y en mi corazón. Gracias, Gracias. Los abraazo por siempre  

 

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