El gobierno,
moribundo
Por
JESÚS SOSA CASTRO
De pronto al país se le vinieron encima todos
los males. Un gobierno moribundo, una “clase política” asesina, incompetente y
sobre todo, ladrona. Los que han vivido de la mentira y de la doble moral, son
ahora hermanitos de la caridad, empeñados en quitarle votos a AMLO y seguir
pegados a la chiche del poder. Estábamos conociendo lo de los 10 millones de
dólares que Odebrecht entregó como “propina” a Emilio Lozoya, la Estafa maestra
del gobierno de Peña Nieto al erario nacional, cuando viene la enésima amenaza
de Ricardo Monreal de que ahora si ya se va de Morena porque dice que lo
tranzaron. En esto estábamos cuando la naturaleza nos receta un temblor de 8.2
grados y un huracán que abre los albañales de la corrupción gubernamental en
todos sus niveles
Es
indudable que todos estos acontecimientos se han venido en cascada cuando la
capacidad de la izquierda libertaria para hacer llegar sus propuestas al pueblo
sigue siendo su mayor debilidad. Basta echar una mirada a cualquier lugar de la
República para darse cuenta del enojo social en contra de la burguesía
gobernante. La razón: su incapacidad, corrupción y entreguismo. En tanto, la
izquierda electoral sólo se ocupa de lo suyo. Por su lado, las políticas y decisiones
del gobierno son una vergüenza nacional. Ese encabronamiento contra el régimen,
no encuentra un cauce que lo conduzca hacia una salida política y organizativa
en la que estén representadas sus demandas y sus soluciones
La
izquierda revolucionaria ha resultado ineficaz para atender oportunamente estos
problemas. Se ocupa mucho en discusiones bizantinas cuando al lado está un
pueblo organizando su rebeldía y dándole paso a la creencia de que en el 2018
se encuentra la respuesta. Los millones de mujeres y hombres que están apoyando
el proyecto de Nación que encabeza López Obrador necesitan algo más que la
esperanza de que con su llegada a la presidencia se van a resolver sus viejos y
complejos problemas. Para que esa esperanza se materialice, hay que organizar
el triunfo desde abajo y de otra manera a como lo están haciendo hasta ahora
los dirigentes de ese partido
Los
sentimientos y las convicciones por un cambio de verdad, no se pueden desligar
de un proceso interno en el que necesariamente la democracia y la transparencia
jueguen predominantemente su papel. La profundidad de un cambio, sólo podrá
darse si el partido se convierte en una fuerza organizada, con principios e
ideales, con una dirección revolucionaria, con una idea distinta sobre la
unidad, la democracia y la transparencia. Sobre todo con un profundo respeto a
la libertad de expresión y a las diferencias políticas. Sin esta fuerza, sin
esta unidad, sin democracia interna y sin respeto por la libertad de expresión,
despojamos al partido de la parte sustantiva de su política y de su fuerza que
impulsa la transformación nacional
En
Rumbo Proletario creemos que esta fuerza no se ha configurado aún en las filas
de Morena. Pero el hecho de que aún no se cuente con ella, no significa dejar
de luchar al lado de esos millones de mexicanos que sin más, están pensando
que su esperanza de cambio y de vida llegará
sin problemas en el 2018. ¡Eso no será así! A menos que volvamos a cautivar a la
militancia y logremos resolver democráticamente el cuerpo estructural, político
y organizativo del partido Morena, superaremos las debilidades que hoy nos
tienen en el pasmo
Si
esto lo salvamos democráticamente, si al lado de esos millones de luchadores que
creen ciegamente en AMLO, si construimos una fuerza proletario popular que esté
dispuesta a defender el triunfo electoral en cualquier circunstancia, si
desarrollamos una pronta y eficaz política de propaganda y de información que
juegue en contra de las campañas de miedo que desarrollan la burguesía y sus
partidos paleros, entonces, y solo entonces, estaremos en la ruta del triunfo
posible y de la victoria que se anda buscando por millones de mexicanos. De lo
contrario……..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario