La izquierda agazapada
Por JESÚS SOSA CASTRO
Mientras la atrabiliaria e
impertinente palabrería de los “intelectuales” de la derecha se enredaban el
día 21 de marzo en Milenio TV haciendo el papel de enjuiciadores de las
propuestas del candidato de “Juntos haremos historia”, Andrés Manuel López
Obrador ponía por delante en el debate la sabiduría y la entereza del
Estadista, para enfrentar solo y con éxito, la jauría que, con el siniestro
conductor de Milenio, le puso enfrente para golpearlo. ¡Fue sin duda un debate
fuerte, sin contemplaciones! Los periodistas que llevó Milenio iban con la idea
de confrontar a AMLO y de ser posible exhibir las debilidades de sus propuestas
que, según ellos, están causando desasosiego en amplios sectores de la sociedad
La reacción de la derecha
encabezada por Peña Nieto no se hizo esperar. Al día siguiente del debate la
mayoría de la jauría estaba rabiosa exigiendo parar a López Obrador pues sus cálculos
le salieron mal, el tiro dio en la culata. Tres propuestas de AMLO les quitan
el sueño a los mafiosos y corruptos: Parar la construcción del nuevo aeropuerto
de la ciudad de México y echar para atrás las reformas educativa y energética por
lesionar los intereses de los trabajadores y de la nación
Les dolió el resultado del
debate. Pensaron que iban a golpear al candidato de Morena y se equivocaron.
Andrés Manuel salió airoso de esta celada y tuvo la capacidad de exhibir la
ignorancia política, histórica y administrativa de aquellos que han venido
presumiendo de ser la voz y la conciencia del modernismo neoliberal tan codicioso
y usurero como ellos. Si antes del debate López Obrador ya traía casi los 45
puntos de intención del voto, muy arriba de los dos contendientes de la
derecha, hay que imaginar a dónde anda en estos momentos el crédito político
del candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia. Por eso los derechosos
andan desaforados gritando, amarren al tigre, amárrenlo. Pero esta nueva
embestida les puede volver a fallar. El CCE y no pocos sectores de la clase
media se están acercando a AMLO para encontrar soluciones en las que estén de
por medio los intereses de la Nación
Hoy en día México y Morena están
en los ojos y en los oídos de los mexicanos y de una buena parte del mundo.
Gusten o no sus propuestas y su liderazgo, es este partido y su dirigente los
que están fijando diariamente la agenda política nacional. Los candidatos de la
derecha y Enrique Peña Nieto están en una defensiva cuyo basamento político se
está cayendo a pedazos. La falsa argumentación de que ellos son los que tienen
la experiencia y la capacidad para gobernar el país, está provocando hilaridad
en amplios sectores pensantes de nuestra sociedad. Nadie les cree que ellos
representen la capacidad y la honorabilidad para que la gente siga
entregándoles su voto y su confianza. Ya no engañan a nadie porque en casi
ochenta años de estar al frente del gobierno, lo único que han logrado es el
empobrecimiento exponencial de la mayoría de los mexicanos y la entrega masiva de
nuestras riquezas naturales
El pueblo quiere el cambio y lo
va a defender. En su tiempo el filósofo inglés Tomás Hobbes afirmaba que, si
las “grandes verdades hubieran tenido que esperar el voto favorable de las
mayorías, nunca se hubieran conocido” ¡En México ya somos mayoría! Hemos
decidido poner en práctica lo que este escritor también escribía “cuando los
hombres construyen sobre falsos cimientos, cuanto más construyan mayor será su
ruina” López Obrador ha repetido hasta el cansancio que él no quiere recibir un
país destrozado, el pueblo tampoco. Queremos que en seis años de gobierno se
atiendan y resuelvan los principales problemas que hoy enfrentamos como país
Para alcanzar estos objetivos
históricos es necesario que los actores políticos, todos, apunten sus baterías
en la misma dirección. Si hay razones para criticar conductas y políticas que
no van con lo que prometió el Partido Morena, hagamos la crítica para ir
corrigiendo las deformaciones de muchos líderes cuya cultura y formación
priista son un activo a favor de las tranzas y oportunismos. En esto y en todo
lo demás que tiene que ver con el proceso electoral en curso, la izquierda
revolucionaria no puede permanecer agazapada con el pretexto de que el esfuerzo
de millones de mexicanos está encabezado por un demócrata liberal reformador cuyo
trabajo los llevaría a reforzar al sistema en lugar de construir con ellos la
fuerza proletario-popular
Sin olvidar este objetivo de
clase, el triunfo que podría significar cambiar el régimen político el 1º de
julio “provocaría un rompimiento en la vida política nacional que colocaría al
movimiento popular en condiciones muy favorables para profundizar la lucha por
un México libre de las actuales condiciones de explotación y de opresión”
Permitir “la continuidad de las políticas antipopulares de la casta neoliberal
llevará al país a una etapa de mayor violencia, mayor pobreza y mayor
agudización de las contradicciones que enfrenta el régimen actual” La izquierda tiene una gran responsabilidad:
Dejar su pasividad y confrontar con sus ideas y propuestas a los que hoy,
impunemente están atacando al principal opositor del régimen depredador que
padecemos con la idea de que nadie cambie en este país
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