No hay equívocos, queremos
alcanzar el cielo
Por JESUS SOSA CASTRO
En estos tiempos de hartazgo y de irritación social, el contento
en distintos sectores de la población es inocultable. De pronto la gente está
entendiendo la importancia de cambiar el régimen político y transformar la vida
social y cultural que, por décadas, ha ensimismado a los ciudadanos convirtiéndolos
en actores pasivos de lo que pasa a su alrededor. Se percibe en las amas de
casa, en los jóvenes y en amplios sectores de la población, un empeño creciente
por romper con las prácticas de un sistema cuya característica esencial ha
consistido en quitarle derechos sociales y políticos a los ciudadanos, mientras
una casta de sinvergüenzas mantiene a la población en los límites de la
subsistencia
Pareciera que Morena ha ganado más en su calidad de Movimiento que como
partido político, a no ser que la decisión de mantenerlo en esta última
calidad, responda al hecho de contar con los mecanismos legales para participar
en el juego electoral. La realidad está mostrando que la participación de
millones de personas que han decidido votar por AMLO, no es materia que
interese y preocupe a los dirigentes de todos los niveles ni la mayoría de
ellos se miran como posibles militantes de ese partido. El tsunami que recorre el
norte, el centro y el sur del país, es la suma de todos los agravios que por
cerca de ochenta años han sufrido el pueblo y sus trabajadores
La aprobación de las reformas estructurales por el
parlamento es por demás oprobiosa. El creciente aumento en el precio de la
gasolina votado por el PRI, el PAN y el PRD en su tiempo, ha tenido una
repercusión criminal en los demás productos de la canasta básica y acrecienta la
pobreza de la mayoría de las familias. La violencia, la criminalidad de la
protesta, los cementerios clandestinos y la desaparición forzada, se han
convertido hoy en las noticias que conmueven y preocupan a toda la sociedad. El
pueblo cansado de vivir esta situación ha incrementado su participación en la
lucha social, se dispone a romper con el régimen priista y da los pasos necesarios
hacia la construcción de una vida más humana, rescatando los valores populares
y las tradiciones de nuestro México profundo. El pueblo, sus jóvenes y sus intelectuales
democráticos ya hablan y actúan recurrentemente para echar abajo las políticas
demenciales aplicadas impunemente por la burguesía
En esta coyuntura político electoral debe haber
claridad sobre el compromiso que la mayoría de los ciudadanos que hemos
decidido votar por López Obrador, estamos adquiriendo. Se trata de romper con
el régimen político del PRI y de sus comparsas. No estamos trabajando para
limpiarle el rostro a nuestros adversarios políticos que se han convertido en
comparsas sumisos del sistema. Los millones de ciudadanos que a lo largo y
ancho del país nos estamos movilizando, queremos terminar con el estado de
cosas actual y alcanzar el cielo para convertirlo en un espacio en el que florezcan
nuestros derechos y nuestras esperanzas por vivir de otra manera. Esta sublime
intención sólo podrá ser posible si acabamos con la miseria económica y social
y se desplaza del poder al grupo de mafiosos que en mas de ocho décadas ha
mostrado su incapacidad para construir un Estado de derecho que propicie y haga
efectiva la realización de las potencialidades sociales y culturales de nuestro
pueblo
Muchos sabemos que Morena es resultado de una plural realidad
que vive el país y su gente. Quiérase o no, este movimiento-partido es obra del
pueblo, de sus contradicciones y de su composición social. Sus deficiencias y
deformaciones son resultado de su composición social y su línea política la
convergencia de todas las corrientes de pensamiento que se encuentran en su
seno. El Movimiento Regeneración Nacional es una fuerza pluriclasista que actúa
y coexiste porque considera que Morena es el motor que puede impulsar los
cambios políticos, sociales y culturales que demanda la nación. Es, para
decirlo con claridad, una organización en la que caben todos, desde obreros hasta
empresarios, aunque no todos son ni querrán ser militantes de este partido
Pero no nos equivoquemos, el punto que nos une es la lucha
por la transformación real del país. La honestidad, la administración
transparente de los asuntos públicos, la lucha contra la corrupción, el sentido
nacional y el patriotismo, son los elementos torales que el pueblo quiere
lograr al través de este grandioso movimiento. Lo que se busca para el país,
lo va a lograr la fuerza que tenga capacidad para entender el momento que estamos
viviendo, la que haga una caracterización adecuada de los entes que concurren a
la escena política, quien entienda correctamente las necesidades que tiene la
sociedad y la que construya un liderazgo asentado en la participación
proletario-popular. Una fuerza política, lo suficientemente fuerte, organizada
y sensible ante los acontecimientos que sacuden a la nación, será la fuerza que
conduzca al triunfo a los millones de ciudadanos el 1º de julio. Ese movimiento
partido se llama Morena ¡Nada más, pero nada menos!
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