La estampida de los búfalos
Por JESÚS SOSA CASTRO
En semana y media se ha
producido en el país un terremoto político. El triunfo arrollador de AMLO fue un
triunfo que el pueblo merecía y que trabajó por muchos años de manera
silenciosa. Muchos decían que los mexicanos no eran capaces de exigir sus
derechos, que era un pueblo conservador, que se alineaba al estatus quo, que le
gustaba el confort y que era un pueblo futbolero. Desde luego que hay mucho de
lo que dicen sus detractores, pero de que ha dado pruebas de exigir sus
derechos, nadie lo puede negar, el 1º de julio lo volvió a demostrar de manera
convincente
El epicentro de este sacudimiento
estuvo en las cúpulas de los fifís, de los que por décadas se han cebado
corroyendo las finanzas públicas, dejando de pagar impuestos, viviendo del
trabajo y el hambre de millones de obreros, campesinos y empleados. Junto a los
gobernantes han hecho de la corrupción un estilo de vida, han procreado la vacuidad
en la cultura, castrado la educación y se han robado, materialmente, las
riquezas naturales que son propiedad de la nación. Estos cupuleros y sus peones
sindicales que han hecho de esas organizaciones una caricatura, un negocio a su
servicio, hoy corren como búfalos a ponerse a las órdenes del nuevo director de
la orquesta sin el más mínimo rubor
La actitud vergonzante
que están asumiendo, contrasta groseramente con sus guerras de lodo, con sus
amenazas de que se iban de México si ganaba AMLO, al que tanto satanizaron, el
que iba hacer de México otra Venezuela, el que era un peligro para México, hoy
se muestran sumisos ante un presidente que eligió el pueblo con más de treinta
millones de votos. Su actitud está llena de explicables zalamerías hacia el
presidente electo, dicen que trabajarán por México, que aquí invertirán sus
recursos, que impulsarán el desarrollo, que se comportarán como gente “decente”
¡Bien! Parece que
estamos ante una recomposición forzada de las fuerzas políticas. Ante los ojos
de la sociedad, varios partidos de la “chiquillada” se van de la escena pública
porque los ciudadanos vieron que no aportaron nada al proceso de cambio, porque
son una carga para el erario, porque no sirven más para la nueva configuración
de las fuerzas políticas que trabajan por una nueva democracia. Se les acabaron
sus prebendas, sus canonjías y sus trácalas
¿Qué viene ahora para
Morena y para el gobierno de López Obrador? Hay una fuerte corriente de opinión
que afirma que todo va a ser miel con hojuelas. ¡No es así! La estampida de los
fifís indica que no van a renunciar fácilmente a la cultura del agandalle, del
tráfico de influencias, de no pagar impuestos, de conducirse como mafiosos.
Solo están cambiando de piel, pero seguirán siendo lo que son por su espíritu
de clase. De estos guiños y de estos comportamientos deben estar muy alertas
López Obrador y el pueblo que lo llevó a la Presidencia de la República
La fiesta popular ya
pasó. Ahora viene lo mero principal. Para los que oyeron en las plazas
públicas, en las calles y al través de los medios las propuestas de gobierno
del nuevo presidente tienen la obligación de exigir y trabajar para desmontar
de raíz el sistema de privilegios, de corrupción, de entreguismo, de impunidad
y de violencia. Si los fifís ya andan zopiloteando alrededor del nuevo
gobierno, es porque están de por medio sus intereses de clase. La posibilidad
de que estos se monten y adueñen de las decisiones de gobierno, es una amenaza
que hay que prevenir con un trabajo de organización, de vigilancia y de lucha
Estando así el
panorama, como ciudadano, llamo a todos los comprometidos con el cambio a que
pasemos a organizar de inmediato nuestro trabajo, las formas y propuestas que
debemos discutir y compartir con los alcaldes y con los demás funcionarios, que
nos convirtamos en la fuerza que impulse las propuestas hechas durante la
campaña, los que demos vida real a la democracia participativa, los que
impidamos que se vuelva a las viejas prácticas priistas. La construcción de lo
que se le prometió al pueblo empieza por un comportamiento distinto de los
funcionarios. por la vigilancia, participación y crítica de la militancia y de
los ciudadanos sin partido
Que no nos asusten los
fifís. Ojalá su conducta recientemente mostrada, signifique un paso hacia la reconciliación
nacional. Los que votamos por el cambio tomamos nota de esta actitud, la
consideramos inicialmente positiva. Pero al lado de quienes ahora le han
rendido admiración y respeto al presidente electo de manera interesada, debe
estar el ojo avizor del pueblo. No esperar más que nos llamen o que venga
alguien a organizarnos, hay que tomar la iniciativa y empezar hablar con toda
la gente poniendo en la mesa el significado de las propuestas de AMLO y la
sibilina actitud de quienes siempre han estado del otro lado de nuestro
proyecto. Sólo así avanzaremos en la construcción de un nuevo país donde reinen
la democracia, la cultura, la paz y la justicia
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