La temprana
lucha por los acomodos
Por JESÚS
SOSA CASTRO
No quiero aparecer como ave de mal agüero. Pero lo que vemos un
buen número de activistas, militantes del partido y ciudadanos que votamos por el
Nuevo Proyecto de Nación, tiene que ver con la brecha que, peligrosamente, se
está abriendo entre el trabajo del presidente y la torpe, chata y cegatona
política por parte de Morena. Mientras en el equipo del ejecutivo federal están
descollando personajes por su honestidad, capacidad, conocimiento y trabajo, los
dirigentes del CEN, alcaldes, diputados, senadores y funcionarios públicos, la
mayoría, actúan y trabajan al viejo estilo del PRIAN. La incompetencia y el
inmoral oportunismo están siendo el sello de su gestión, de su comportamiento.
No saben qué decir ante los problemas que estamos viviendo porque en ellos
predominan la ignorancia y los intereses personales
Muchos de esos políticos sólo se mueven en los pantanos de la
politiquería, buscando apoyos para seguir pegados a la ubre. No se dan cuenta
que a su alrededor crece la irritación y el descontento de la gente porque no están
a la altura de las circunstancias y porque están sacando la incultura y el
arribismo que llevan dentro. La iniciativa política se les perdió en los retruécanos
judiciales. Son los adversarios de la 4T quienes se dedican a carcomer la
confianza del pueblo. Nuestra gente se está dando cuenta que excepto el trabajo
del gobierno federal, el resto de los dirigentes y funcionarios públicos de la
coalición Juntos haremos historia, no son la diferencia respecto de sus
homólogos de los otros partidos
Lo que pasa en nuestra organización es escalofriante. Tenemos
un partido replegado, desorganizado y al margen de la política. Los miembros
del CEN no saben qué hacer. Es un equipo de mudos, insensibles ante los
problemas del país. El debate con los ultrosos de la derecha golpista y
corrupta se lo han dejado al presidente. El CEN y sus órganos viven en otro
mundo
Muchos militantes y activistas estamos trabajando para que el
partido vuelva a ocupar el espacio que tuvo hasta el 1º de julio del 2018. Estamos
convencidos de que la 4T y su significación política, económica y social, sólo
se podrá consolidar si se cuenta, por lo menos, con tres pilares importantes:
Liderazgo, partido y movimiento. Siendo autocríticos, sólo el jefe del Estado Mexicano
se le puede considerar como un líder incuestionable. Cubre su tarea lidereando
el país. Fuera de él nuestro partido vive en la orfandad ideológica y política.
Carece de conducción, pareciera ser que Morena es inexistente. El movimiento
electoral de más de treinta millones de ciudadanos que votaron por nuestro
proyecto, está abandonado a su suerte
Sin liderazgo, sin partido y sin movimiento, llegar a buen
puerto no va a resultar fácil. Los contras perdieron el gobierno, pero
conservan su poder económico. Defender sus intereses y sus privilegios ha
desatado una grotesca campaña contra el presidente que el CEN no ha sabido
atajar. Por cerca de dos años, el partido fue convertido en una agencia de
colocaciones de lo más chafa, en ese tiempo, Morena se convertía en la casa de
llegada para muchos pelafustanes de la política. Desde entonces, el partido carece
de líder en el sentido estricto de la palabra, no hay organización de sus
bases, no transmite certidumbre y menos ha sido capaz de ligarse a los
movimientos populares. Su dirección
desaprovechó la oportunidad de consolidar su organización partidista, no supo imprimirle
rumbo político definido en favor del cambio y menos se interesó hacer trabajo a
favor del proyecto de transformación
Dada esta lamentable situación, los que somos testigos de lo
que le pasa a Morena, los que construimos este partido para transformar este
país, llamamos a la militancia, a los que ejercen un papel de dirección, a la
conciencia política de los que votaron por la Coalición, a que ayudemos a
Morena para que no caiga en las mismas prácticas de los demás partidos del
viejo sistema. Sólo juntos, convertiremos a este partido en el instrumento
capaz de confrontar a la oposición, desarrollar ideas que contribuyan a darle
claridad a los más amplios sectores del pueblo, a hacer del partido el
instrumento que la situación actual está exigiendo, convertirlo en una fuerza capaz
de contar con liderazgos que eleven el nivel de la discusión política, de
ligarse de manera real a los movimientos populares y hacer que se acabe con los
acomodos de políticos logreros que hoy ya son la rémora de la política en las
filas de Morena
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