Hablemos de democracia hoy
Por JESÚS SOSA CASTRO
La derecha ultramundana, un sector de la izquierda ciega, y
no pocos descerebrados, se quejan sin razón de que en el país no hay libertad
de expresión, que vivimos el autoritarismo de AMLO y, sobre todo, afirman que
no hay democracia. Estos sectores y personas que afirman esto evidentemente se
equivocan, En el gobierno, en el país, existen todas las libertades, absolutamente
todas, hasta aquellas que los trogloditas del PRIANRD que insultan y ofenden
diariamente al presidente de la Republica. Ningún presidente hasta antes de
López Obrador había impulsado tanto la democracia participativa de la gente,
jamás se había puesto en juego la recuperación del poder popular de manera real
contenido en el artículo 39 constitucional donde el pueblo pone y el pueblo
quita
El ejercicio de estos derechos corresponde a la gente. El espacio
y la disposición del gobierno están abiertos para dar contenido a la
participación plural de todo el pueblo para que haga uso de esa libertad. Es
importante, sin embargo, tratar de explicarnos ¿por qué si hay todo tipo de
libertades, los trabajadores, los campesinos, el pueblo en general, no hacen uso
y las convierten en el instrumento, en la trinchera, para que su acción se
ponga en juego en la lucha por la transformación del país y de si mimo? Seguramente
tiene que ver con un problema de cultura política. Por décadas estuvimos
sometidos a las formas y a las políticas de un sector que representaba
intereses que no eran los de la gente. El pueblo no había despertado para hacer
una revolución de su conciencia y activar la defensa y el ejercicio de sus
derechos
Tan no se ha entendido lo que está construyéndose desde el
gobierno de López Obrador que su partido, el que lo llevó a la presidencia de
la República, es víctima de la antidemocracia, las imposiciones y la falta de
respeto a la democracia participativa, que hoy por hoy, Morena no puede
presumir. Crece la inconformidad de la militancia, pero no encuentra los
espacios, las formas de expresar sus sentimientos y llevar a la práctica de
manera organizada, con una idea clara qué quiere y cómo contribuye al
fortalecimiento de un proyecto político con el que está de acuerdo pero que nadie
le da contenido y profundidad a algo que tiene una importancia histórica como
es la 4ª transformación social del país
En su discurso ante la Convención Nacional del 7 de febrero
de 1794, Maximilien Robespierre dijo que “la democracia es un Estado en el que
el pueblo soberano, guiado por leyes que son obra suya, puede obrar por sí
mismo, si esto no fuera posible, deberá hacerlo al través de sus delegados, …
porque la democracia, es el movimiento dirigido a arrebatar el poder a quienes
lo acaparan, para repartirlo entre el pueblo que es el llamado a ejercerlo por
sí mismo o por sus delegados” (1)
Doscientos veinticinco años después, la lucha por la
democracia en las sociedades modernas sigue siendo una demanda inaplazable. No
hay partido político de izquierda o más o menos progresista, que no hable de la
necesidad de democratizar la vida de sus respectivas sociedades, aunque en su
actuar cotidiano, esos partidos se hayan asumido como parte de las derechas
autoritarias, o de las izquierdas ciegas, antidemocráticas y siempre, detentadoras
del poder. Esto, entiéndase o no, conduce a que en la mayor parte de las
revoluciones actuales esté planteándose la necesidad de socializar el poder, sin
lo cual, no puede hablarse de democracia
Este es un problema complejo y hay que trabajarlo
sistemáticamente y a fondo. No solo porque la democracia tiene que ver con el
poder y el poder que hasta hace poco nos tenía sometidos, ha dejado en la gente
una cultura y una forma de ser, que en mucho aún contribuye a la
antidemocracia. Los que acaparan este binomio, al lado de sus intelectuales y sus
burocracias políticas, argumentan e insisten en que la democracia es, cuando
mucho, un proceso de selección entre élites para ejercer el control de la
administración
El Dr Armando Martínez Verdugo aventura la tesis de que en
los filósofos alemanes del siglo XIX se encuentran las claves para entender lo
que este concepto significa y que consiste en el ejercicio de un dominio,
control y mando por quien está en el pode. (2) Trastocando el atributo esencial
de los seres humanos que, en nuestro caso, está expresado en el artículo 39
constitucional. Por lo tanto, La democracia participativa dentro y fuera del
partido es un derecho que hay que rescatar
í(1).- Disputar
la democracia, Política para tiempos de crisis. Pablo Iglesias Editorial Akal (2).-
El poder, Una aproximación teórica a su fundamento constituyente, Armando
Martínez Verdugo, Editorial Instituto Electoral
del Estado de México, IEEM
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