AMLO, el líder. Mario, el titiritero
Por JESUS SOSA CASTRO
A casi tres años de gobierno, el presidente López Obrador ha
hecho crecer su liderazgo y su imagen de estadista a niveles nunca antes
alcanzados por ningún otro dirigente del Estado mexicano. Sus políticas
públicas incluida la exterior, se han convertido en los dos pilares que dan
fundamento a su creciente autoridad en la mayor parte del mundo. Lo que da pena ajena, es la ausencia de un
liderazgo partidista que se ha empequeñecido ante el crecimiento de las
necesidades políticas que viven el país y el proyecto que venimos empujando
millones de mexicanos
En la lucha por la transformación del país, siempre hubo
malandrines que apostaron al fracaso de AMLO. Creyeron que el golpe sería de
tal magnitud, que su liderazgo político desaparecería. ¡Todos se equivocaron! El
pueblo, irritado, defraudado, pero decidido y mejor organizado, decidió seguir
apoyando al hombre honesto y al líder incansable que no dio tregua alguna a usurpadores
ni a mafiosos. Desde el 27 de julio y el 17 de noviembre del 2007, Luis Mandoki,
decidió llevar al cine dos filmes sobre lo que llamó ¿Y quién es el Señor
López? Y Fraude: México 2006
En estas dos obras cinematográficas, quedaron grabados algunos
trozos de la historia política de un hombre y de un líder que, a quince años,
sigue estremeciendo las plazas y calles de México. El cineasta mexicano hizo un
interesante recorrido sobre los pasos de Andrés Manuel. La autopsia hecha a las
entrañas de la bestia, dejó de lado lo que vendría durante y después del 2007.
Un triunfo incuestionable que sepultó a sus detractores ya desde entonces
moralmente derrotados. Su estatura moral impidió que este país se incendiara
con una guerra civil. Fue la visión política y la genial comprensión de las
multitudes, las que se apoderaron de su discurso pacifista, las que nos hicieron
caminar hacia un despertar de las conciencias que llevó al pueblo hacia un
cambio de la nación
Las acciones multitudinarias que lo acompañaron desde
noviembre del 2012, resultado del entreguismo del PRD a las políticas del
gobierno priista, nos hicieron mirar la conveniencia de crear otro partido con el
nombre de Morena. ¡No ha sido fácil llegar hasta donde vamos! Con esmerado
trabajo y limitados recursos, las asambleas constitutivas efectuadas a partir
de estos momentos rebasaron con creces el número de trescientos mil afiliados
que exigía el IFE en por lo menos veinte Estados de la República. Los
adversarios de AMLO, hicieron todo por desacreditarlo, callaron
ignominiosamente su trabajo y hoy, contra lo que suponían y esperaban, Morena
VA como partido político
La lucha, la organización y la revolución de una conciencia
hasta entonces adormecida, llevaron finalmente a la presidencia al mejor hombre
que ha parido la historia en las últimas décadas. Pero el movimiento social y
los militantes que lo llevamos al poder, quedaron en manos de políticos
mediocres que no solo demeritaron el enorme papel que representó su liderazgo,
sino que sus acciones y su compromiso con el proyecto transformador por el que
luchamos millones de mexicanos, comenzó a entrar en un estado catatónico que
hoy lo tiene paralizado. Sobre sus acciones políticas y sobre su existencia,
pende la amenaza de su desaparición porque la insensatez y el oportunismo de
derecha quieren abrirle paso a un Frankenstein, sin rostro y sin principios,
llamado Alianza Popular
Pero los millones de mujeres y hombres que le seguimos los
pasos a López Obrador, reivindicamos la necesidad de reconstruir el país apoyándonos
en el partido del pueblo lucharemos hasta el final para impedirlo. En Morena
estamos y pueden estar todos aquellos que quieran profundizar el proyecto de la
4ª transformación. Queremos seguir haciendo posible la pluralidad, donde todos
tengamos el derecho de existir y ser respetados. Estamos en este
partido-movimiento, porque compartimos la idea de lograr un nuevo pacto social
que acabe con la pobreza, la violencia, la impunidad y la corrupción. No
estamos de acuerdo en la propuesta de Mario Delgado de acabar con un partido
que representa el esfuerzo de millones de mexicanos que lo construimos desde abajo.
No permitiremos que, sin consulta ni acuerdos con los órganos y la militancia, un
titiritero decida arbitrariamente la desaparición de la membresía y su
normatividad. No somos juguetes de nadie. Lo que se propone por Mario es
abrirle paso al corporativismo que hasta hoy, ladra su rabia desde las filas de
la oposición
Así es,México tiene el mejor presidente que jamás haya tenido a seguir fieles con la cuarta transformacion
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