El odio de los críticos, lo grande del
proyecto
Por JESÚS SOSA CASTRO
En los últimos meses,
recurrentemente he leído notas y artículos en los que, sin mayores argumentos,
se critican las políticas públicas del presidente López Obrador. Que esto lo
haga la extrema derecha, se explica, pues su naturaleza de clase y sus grandes
intereses alcanzados mediante el amparo y complicidad con el poder público, los
hizo creer que ellos eran los dueños del país. Por primera vez el gobierno
federal les ha quitado la ubre de la cual mamaron por décadas. Lo que no se
explica es la conducta de grupos ultrosos de la izquierda y de derecha que se
la pasan haciendo teoría sobre un mundo imaginario, pero no entienden ni
desmenuzan las ideas y las prácticas de un pueblo que construye un país
democrático
¿Cuáles son las causas
que llevan a estos extremos a coincidir en el intento de desacreditar el
proyecto de transformación que está en curso y que apoyamos millones y millones
de mexicanos? En el caso de la extrema derecha su rechazo y su resentimiento
obedecen a la pérdida de sus viejos privilegios de clase. Por muchos años
vivieron la bonanza que les daba el robo a la nación. Las complicidades y la
corrupción de los grupos de poder predominaron durante más de 80 años afectando
a la inmensa mayoría de los trabajadores mexicanos. Su conducta mostrada después
de que el presidente diera a conocer su tercer informe de gobierno en el
palacio nacional, el ardor y el lloriqueo de los opositores en la reunión del
Congreso General y en los mrdios, dejó al descubierto la profundidad de sus
rencores y rechazos al proyecto democratizador que viene abriéndose paso desde
el 1º de julio del 2018
Las posiciones
políticas de los representantes del PAN, PRI, PRD y MC rayan en la
esquizofrenia. Su grotesco lenguaje contra las políticas del gobierno se ha
incrementado a partir de la presencia del fascista dirigente del partido VOX
que quiere imponernos a los mexicanos al través de una cruzada anticomunista, arropada
por senadores y políticos fascistas del PAN y del PRI, su lenguaje estrambótico
que expresa su acumulada frustración por la falta de apoyo del voto ciudadano
que los ha puesto en los límites del basurero de la historia y de la histeria.
En la mañana del 1º de septiembre fueron testigos de los avances contundentes
que ha logrado el gobierno del presidente López Obrador. Su pequeñez política,
despojada de ideas y de proyectos, fue avasallada por la estatura ética y moral
del ejecutivo federal que, entre sus méritos, está el trabajo, la honestidad y
su querencia real al pueblo y a la patria
Sus malqurientes no le
perdonan sus éxitos. Sus ridiculeces han alcanzado tal degradación que su
creciente debilidad interna la quieren fortalecer con ideas y proyectos
fascistoides que ya el presidente señalaba recurrentemente en distintos pasajes
de sus libros. En “A la mitad de camino” hay una parte en la que el presidente recoge
lo que en su tiempo confirmaba Melchor Ocampo. “los que se definían en el
neoliberalismo como liberales, independientes y demócratas, solo resultaron ser
conservadores más despiertos. Señala que Carlos Marx ya hablaba de que las
élites o clases dominantes siempre recurren a las versiones ridículas con la
insana intención de recuperar el poder, aunque esto los lleve a la repetición
de la historia en forma caricaturesca”
Los senadores del PAN
que trajeron a México al fascista Santiago Abascal con el pretexto de firmar la
Carta de Madrid o el compromiso de la Iberoesfera para impedir la llegada del
comunismo a México y a la América Latina es un monumento a la ignorancia
política, la muestra más elocuente del extravío del pensamiento del viejo
panismo y el intento más perverso de hacer creer que en México se está
instaurando el comunismo que acabará con las libertades y la propiedad privada
de los mexicanos. ¡Habrase oído tal estupidez!
Lo que hoy ocurre en
nuestro país es la recurrente confrontación entre la corriente liberal y el
conservadurismo. La exacerbación de estos fenómenos tiene como antecedentes
históricos un entretejido de resistencias a invasiones extranjeras y a
intereses imperiales. Los liberales fueron precursores de la separación entre
el poder secular y el clerical, llevaron a cabo la primera revolución social
del siglo XX en el mundo y tenemos en nuestro haber una pléyade de ilustres
liberales, ideólogos y dirigentes que participaron al lado del pueblo en la
guerra de independencia, en la Reforma y en la Revolución.
La derecha fascista,
sus seguidores y achichincles siempre han estado presentes, pero siempre han
sido derrotados. En esta revolución pacífica en la que los demócratas y
liberales estamos participando, estamos viendo como los conservadores están
abriendo su tumba en la que sus errores y desvaríos políticos los van a
sepultar. A contra pelo de lo que los panistas afirman en su locura contra el
asentamiento del comunismo en nuestro país, los mexicanos les decimos que el fascismo
en México no pasará. La derecha históricamente ha sido derrotada. ¡Al tiempo!
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