A Morena hay
que cambiarle el cuerpo y el alma
Por JESÚS
SOSA CASTRO
De norte a sur y de este a oeste el crecimiento de Morena pareciera
que avanza de manera incontenible. Franjas enormes de pueblo, de campesinos,
artistas, estudiantes, maestros, cristianos, católicos e intelectuales, están
acompañando este hecho como una expresión de hartazgo en contra de las
políticas entreguistas del PRI, del PAN y del MC. Explicar este fenómeno no
resulta sencillo. Más aún cuando, personas y grupos de distintas formaciones y
prácticas políticas nos sorprenden con su arribismo demencial
La autocomplacencia que se observa, pensando que ya tenemos
el partido inexpugnable, es un error garrafal. Los brotes de corrupción interna
y diferendos por espacios de poder entre personajes del movimiento de
transformación ya han desatado una campaña de lodo en contra de nuestro
proyecto. ¿Qué hacer para que el empeño de millones de personas interesadas en profundizar
el 2º piso de la 4T y hacerse morenistas no sufra un descalabro y una
desilusión que dificulte o impida el pregón que se propaga afirmando que ahora
sí seremos invencibles? ¿Ya estamos listos para derrotar los residuos de una
derecha calenturienta y entreguista que quiere seguir trabajando para el
capitalismo transnacional, ajeno a los intereses del pueblo y de la nación?
Para evitar sorpresas sería conveniente entender que el
objetivo de hacer grande el partido, solo se puede lograr con la articulación
de todas las resistencias populares más desarrolladas, con la construcción de una
fuerza popular, con una desplegada fortaleza ideológica, política y
organizativa para ser la contra parte de los roídos cimientos de la derecha fascista, atrabiliaria
y moralmente derrotada. Necesitamos una dirección de revolucionarios
competentes que entienda cuál es el blanco principal de nuestra lucha, que unifique
a todas las resistencias, que haya una consigna única, trabaje en sincronía en
tiempo y lugar y, sobre todo, que esté dispuesta a poner en juego prácticas que
propicien el trabajo colectivo, el debate de las ideas y la potencialización de
las acciones movilizadoras. Cuando esto se dé Morena se convertirá en la
fortaleza que andamos buscando
Este ejercicio expresa una postura colectiva, señala que el
trabajo casa por casa debe ser lo que atrape a todos los participantes para
empujar un proyecto común. Sin esto, el entusiasmo que se manifiesta en los
actos de masas que se realizan a la fecha, no serían el cuerpo y el alma del
partido. Requerimos que éste resista la embestida bestial de nuestros enemigos
de clase, el que jamás vuelva a las prácticas antidemocráticas, a las clientelas
electorales y a los operadores políticos llenos de ambición y de mañas. Que
ataje la recurrencia de una construcción de grupos de poder, que no castre su
fuerza popular y que impida que siga creciendo nuestro desencanto. Tenemos que
crear una fuerza proletario popular que pare los intentos de banalizar la
esperanza, defraudar al pueblo y echar por la borda el trabajo y el esfuerzo de
la militancia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario