Hay que romper
los cercos del silencio
Por JESÚS
SOSA CASTRO
El pueblo de México, al través de su gobierno y de sus congresos,
le han infringido una derrota descomunal a la ultraderecha mexicana. El poder
judicial, refugio de los oligarcas, ya no va a ser el respiradero de las
políticas y los intereses de los colonialistas. Aunque en ese poder, se encuentren
aún los más gandayas, entreguistas y servidores del imperio, su líder, la
ministra Norma Piña y sus siete incondicionales de la SCJN ya se van el 30 de
agosto. Ese poder ha traicionado el pensamiento y los derechos de nuestro
pueblo. No entendió nunca la vocación libertaria de la mayoría de los mexicanos,
subestimó su creciente rebeldía y se obvió el desarrollo silencioso de la
conciencia popular
Desde el primero de julio del 2018 y lo que ya estamos
mirando seis años y tres meses después, la historia está registrando grandes
avances económicos, sociales y políticos. En parte de esta épica, está presente
la defensa de nuestra soberanía y el repudio del intervencionismo de Donal
Trump. La heroica participación de la mayoría de los mexicanos al lado de su presidenta
está haciendo posibles las fortalezas de su conciencia y su patriotismo. Desde todos los rincones de la patria 80% de
la población abraza, reconoce y apoya las valientes decisiones de la Dra. Claudia
Sheinbaum Pardo
La historia que estamos construyendo, es la continuidad de
las luchas de los soñadores que han muerto en el camino. Los que quedamos lograremos
que a esos utopistas se les haga efectivo su discurso, sus ideales y sus
acciones. Con el triunfo aplastante del pueblo el 2 de junio del 24, su fuerza se
agigantó para alcanzar lo que por derecho le corresponde. Hoy es el momento de
desbrozar el terreno, y de exigirles cuentas a los que siempre nos habían
ignorado. Será el día en el que le impongamos deberes a quienes sólo querían
tener privilegios. Nuestra lucha está fertilizando nuestros campos y será un ejemplo
para nuestra olvidada humanidad
La victoria final de nuestro proyecto de transformación
vendrá cuando todos defendamos nuestra soberanía y nuestra independencia.
Cuando también hayamos terminado con la corrupción, los privilegios, el
clasismo, el racismo y los fraudes. La derrota del actual poder judicial dará término
a sus estructuras y políticas envilecidas y el nuevo poder sepultará para
siempre su abyección. Mientras tanto, tenemos que aprovechar el momento para
hacer un análisis crítico y autocrítico de todo lo andado por el pueblo, por Morena
y por el gobierno. Porque la pasividad, el ingreso de oportunistas al partido y
la falta de iniciativas políticas de éste, hacen crecer la inconformidad y el
desvarío de la derecha
Todos debemos ser capaces de romper los cercos del silencio,
combatir las campañas de odio, las infamias y las intrigas de la derecha
nacional y extranjera. Tenemos que velar nuestras lanzas y hacer que nuestros
triunfos sean la victoria de ese pueblo rebelde e irredento que ya está
haciendo posible la construcción de una nueva historia nacional