Hice de
mi libertad una montaña de sueños
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En estos largos años de vida lo único que he acumulado han sido arrugas,
experiencia y una cantidad infinita de aprendizajes culturales. Todo me han
dejado, menos dinero y encargos políticos. Estos han sido para los machuchones
y para los hueseros de tradición. En este generoso ciclo aprendí varios
oficios. Muchos me marcaron y otros aún retozan alrededor de mi piel. De muy
joven roturé la tierra, sembré y coseché los productos del campo. Estudié
cuatro años en una escuela rural, fui monaguillo en la iglesia de mi pueblo y
después, estudiante mojado en mi propio país. Ya en el vientre de este
monstruo, me hice hombre en la mejor acepción de la palabra. Nací a la vida
política y cultural, siempre ligado a un número indeterminado de luchadores por
la libertad y la justicia
Junto con amigos y camaradas participamos en las luchas
estudiantiles, magisteriales, ferrocarrileras y en el movimiento popular. Al
lado del veterano comunista Blas Manrique en Tijuana en 1971, luchamos contra los
gusanos de Cuba, defendiendo la revolución. Participamos con el Gral. Lázaro
Cárdenas del Río en la construcción del Movimiento de Liberación Nacional. Fue
en estos tiempos cuando empecé a escribir, a confrontar mis ideas, a organizar
y participar en las luchas obreras. En 1976 y 1982, Valentín Campa y Arnoldo
Martínez Verdugo, candidatos del pueblo a la presidencia de la república
cimbraron las calles y el zócalo de la ciudad capital por el paso de miles y
miles de personas
Muchos de aquellos líderes murieron ya, otros defeccionaron
de la lucha revolucionaria. Los que quedamos seguimos hablándole al pueblo de lo
que fueron nuestras luchas. Otros más, van por ciudades y campos entrando en
contacto con los pueblos y hablando con el México profundo para recoger de él
la sabia que nutre la lucha por la transformación social. Por lo que a mi toca,
mis sueños siguen siendo ver a México profundizando la 4ª transformación. Lo
que ya vi, es parte de mi esfuerzo y el de aquellos que murieron sin poder hacer
suyo lo mucho que hemos avanzado. Quiero ver a millones de Jóvenes organizándose
para fortalecer la democracia, la justicia y la libertad
Si esto lo alcanzo a ver, mejor. Pero esta montaña de sueños
de la que estuvo hecha mi vida, no se derrumbará porque sé que la revolución ya
está caminando. La historia viene empujando y registrará las batallas por venir
y, en ellas, estará el rebelde e irredento pueblo de México. Este pueblo que ya
hoy es ejemplo dentro y fuera del país. Por lo que veo, estoy seguro de que ese
día llegará y, entonces, habremos alcanzado para siempre un país libre, justo y
soberano. Mi historia personal, sólo habrá sido una montaña de sueños, pero
para nuestra gente será una enorme cordillera cultivada con sus ideales y su
corazón. Por ella, pasearán los jóvenes, los niños y los ancianos mirando el
nuevo amanecer. Los cuarteles serán bibliotecas y los cuerpos de seguridad
llevarán libros en lugar de fusiles. El futuro será de la mayoría del pueblo,
de ese que no le tembló la mano para hacer los cambios que han hecho posible la
justicia, la democracia y la libertad
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