lunes, 17 de febrero de 2025

 

Recuperando nuestra condición espiritual

Por JESÚS SOSA CASTRO

Hoy hablaré de nosotros, de los que hemos remontado los viejos comportamientos del individualismo y empezamos a reconocernos como integrantes de una comunidad que reivindica su condición espiritual. De esa que quiere hacer de la amistad y el amor al prójimo los elementos indispensables para vivir y para enriquecer la armonía entre los seres humanos. Por siglos, se generó una cultura que nos aisló unos de otros haciendo que la riqueza social que aportan las grandes civilizaciones se fuera haciendo patrimonio de los dueños del poder político y del capital

Los grandes centros urbanos nos disminuyeron de una parte importante de nuestros sentimientos, de esa ética que debiera alimentar a toda nuestra sociedad. Lo más grave, consistió en que el sistema social que vivimos nos educó en un individualismo que ha acabado con las costumbres y las tradiciones del México profundo. Se acabó con la solidaridad, con el apoyo mutuo, con la buena vecindad y con el respeto que otrora, habían sido los pilares de la cultura nacional. Hoy estamos rescatando esa sabiduría que aún sobrevive en algunas entidades del Sureste de nuestro país, y que sólo etnólogos y antropólogos como Fernando Benítez y Guillermo Bonfil Batalla, fueron capaces de diseminarla por las generosas tierras de México

Estos investigadores siempre hablaron de comunidad. Entendieron que ésta era la célula madre de la sociedad moderna. Pusieron de relieve la parte esencial que lleva en sus venas la savia que nutre a los distintos grupos sociales y que, al través del lenguaje, de sus tradiciones, de sus usos y costumbres, y de su hacer común, no solo sobrevivirían al tiempo, sino que aportarían a este universo, un desarrollo económico y social del que muchos nos sentiríamos orgullosos. Pero lo que ayer era la comunidad ahora el sistema nos está llevando al aislamiento, a la división social y al artificioso concepto de que lo que importa es el individuo y no la comunidad. Quieren imponernos la idea de que somos ajenos a nosotros mismos. Que no tenemos la capacidad para construir los puentes que sirvan para enriquecer nuestra convivencia y fortalecer nuestra humanidad

 Hoy, estamos en la búsqueda de una nueva relación no solo entre familiares y amigos, sino con los vecinos y con nuestra sociedad. Vemos que juntos somos más fuertes, aprendemos más, resistimos mejor los ventarrones de la vida y recuperamos con mayor presteza el sentido original del vivir comunitario. Le damos vida a lo que ya estaba descompuesto. Somos una sociedad que desarrolla y trabaja con ideas, que estudia los problemas, opinamos con conocimiento de causa y disponemos nuestros ideales y nuestra fuerza para transformar la vida nacional. Con Alan Pauls, autor del Factor Borges, aspiramos a “construir un universo que sea el punto estratégico a partir del cual, todos los seres humanos podamos acceder a un repertorio infinito de mundos posibles” (*) Esa es nuestra aspiración y hoy ya estamos trabajando para lograrlo

(*) Borges y la Loca Erudición, Alan Pauls, Taller literario El Sur

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario