El revoltijo de los izquierdosos
Por JESÚS SOSA CASTRO
Bien sabemos que con
mucha frecuencia los avances en política pueden estropearse por intereses
bastardos o por una falta absoluta de formación ideológica. Yo sostengo que
ambas cuestiones anidan en un sector importante de la izquierda. De tanto andar
en las nubes lo que ha venido generando es un revoltijo de ideas que poco
contribuyen a poner los puntos sobre las íes en aquello que queremos construir,
derrotar y quebrar con nuestro trabajo revolucionario. La hegemonía, la
legitimidad y el consenso burgués son las partes esenciales que deseamos atacar
para lograr una sociedad en la que reinen otro tipo de relaciones humanas.
Acabar con la explotación de que somos víctimas por parte del capitalismo es la
tarea fundamental. Buscamos darle a nuestro pueblo una nueva legitimidad y un
consenso que quebrante y derrote la organicidad del sistema que hoy detenta la burguesía
Difícil y compleja es esta
tarea. Aparte de la existencia y dispersión de partidos y grupos de esa izquierda,
cada uno presume de tener en su proyecto político las ideas y la dirección para
cambiar el estado de cosas que se vive en el país. Lo dicen en serio, aunque a
las primeras de cambio sus propuestas pronto pasen a formar parte del
anecdotario popular. Lo predominante consiste en que una parte de esa izquierda
la encontramos en Morena. Otra parte anda dando lástima en el PRD, en el
Movimiento Ciudadano y en el Partido del Trabajo. A pesar de sus dichos, nadie
actúa para desprenderse del sistema opresor. Cuando mucho, su práctica política
termina cachando los votos que el poder burgués les permite como pago a su buen
comportamiento
¡En Rumbo Proletario no
cantamos mal las rancheras! Los congresos, los plenos y el trabajo de cada
integrante del Colectivo de Reflexión en la Acción, han hecho importantes aportes
teóricos y políticos para impulsar el trabajo que se hace en las distintas resistencias
que hay en el país. Los resultados aún no están a la altura de lo que queremos.
Para no desalentarnos, hemos dicho que la vanguardia revolucionaria no crea la
explosión revolucionaria, sólo coadyuva a que esta se dé cuando maduran las
condiciones apropiadas y cuando existen los apoyos necesarios para hacer
avanzar las posibilidades de éxito. Hemos insistido también en que necesitamos
tener clara la idea sobre el objetivo de la lucha, percibir bien el rumbo para
alcanzar la meta y contar con un manejo adecuado de la situación que se vive en
el momento histórico en que se despliega nuestra lucha
A pesar de haber
discutido y procesado estas ideas sobre nuestro trabajo, basta leer los
planteamientos que se hacen por WhapShap y en otros espacios para darnos cuenta
de que nuestras elaboraciones no han sido asimiladas de manera adecuada. Hay
camaradas que no aceptan trabajar en la resistencia político-electoral, aduciendo
que lo que allí se aplica, es el reciclamiento de la política priista. Se
afirma que en Morena, los órganos de dirección se han apartado del proyecto
original que hizo posible la fundación de este partido, que existe un divorcio evidente
entre las bases con sus dirigencias y que éstas se han alejado de los
movimientos de masas. ¡Todo esto es
verdad! Lo he escrito en distintos momentos y lo sigo suscribiendo. Pero al
contrario de quienes critican desde fuera, muchos, entre ellos yo, hemos
analizado la situación nacional, los planteamientos programáticos de este
partido y el desempeño de AMLO al frente del gobierno de la ciudad del 2000 al
2005 y no encontramos puntos de comparación con el comportamiento de los otros
partidos, incluidos los que se dicen de izquierda. Participamos en esta
Organización, porque al lado de ella está la gente, esa parte de la sociedad
que Lenin estudió a propósito del domingo sangriento en cuyo análisis asentó que
a pesar de sus demandas elementales y su ignorancia, en el comportamiento
político de esos miles de trabajadores, se contenían las ideas revolucionarias
que más tarde fueron decisivas en la revolución
Quienes así pensamos,
periódicamente recorremos varios Estados del país. Los que esto hacemos, pensamos
que el trabajo que la gente despliega en estos lugares, sólo tiene sentido si contribuye
al desarrollo de la conciencia, si la formación política la convertimos en un
instrumento al servicio de la causa revolucionaria. La palabra y la
comunicación carecerán de importancia si no las llenamos de una fuerza
transformadora, que ayude a los militantes a presentar sus ideas y propuestas
en el encuentro permanente con los ciudadanos
No me emociona que
algunos de mis camaradas anden planteando otras alternativas. Me preocupa sí
que haya la idea de que trabajar también con los sectores atrasados cultural y
políticamente, es darle vuelo a la cultura priista. Mi experiencia personal no
va en esa dirección. Veo en cambio, que cuando la gente estudia, cuando pone la
teoría al mismo nivel que el activismo, está dando los pasos correspondientes
para formar liderazgos capaces de entender el enorme papel de construir una
nueva relación social. Construir y formar grupos y personas que abanderen las
ideas del cambio revolucionario, es la mayor satisfacción de quien lucha para
lograr una vida auténticamente humana
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