Los hacedores de historias
truculentas
Por JESÚS SOSA CASTRO
Mi pertenencia a Morena
se mantiene como el primer día. El proceder sobre los ingresos corporativos y
la falta de acotamientos a personas harto corruptas y chapulinescas, no me
gustan. Lastiman las razones por las cuales hui de los otros partidos en los
que milité por largos períodos. Llegué a Morena con otra idea y con otra formación
ideológica. En el Partido Comunista Mexicano, había trabajo obrero,
participábamos en las luchas sociales y se tenía una mística partidista que
daba orgullo portarla. Y aunque no pensé en trasladar automáticamente esa
cultura y esas prácticas, sí puse como referentes personales el estudio, la
formación revolucionaria y el trabajo, que configuraban el rostro de esa militancia.
Darles vida a otros partidos me hizo abrazar la pertenencia a Morena. Supuse que
entraba, finalmente, a uno que superaría las deficiencias y limitaciones de los
otros
En el PCM éramos una
fuerza política activa. Nuestras banderas tenían una conexión directa con la
clase obrera de entonces. Muchos de nosotros fuimos perseguidos y presos
políticos. Algunos miembros del CC estuvieron presos por varios años. No
obstante, nuestra osadía y nuestro heroísmo, no lograban llevar el discurso a la
mayoría de la población. Creímos, entonces, que era necesario hacer crecer nuestra fuerza
y eso nos llevó a abrir las puertas a muchos grupos políticamente ligados a la
cultura priista, los cuales poco a poco se fueron adueñando del partido hasta comerse
a sus cuadros políticos más destacados
Esta experiencia es lo
que a muchos nos hace recelar de lo que hoy pasa en Morena. Muchos de los que
en los últimos días están ingresando a sus filas, son los que mataron los
ideales y los proyectos políticos que existían en las filas de los comunistas y
en las del PSUM. Su conducta política, no abona al comportamiento democrático y
a la construcción de una fuerza que se proponga seriamente cambiar las reglas
del poder. Sólo el afán de ganar la presidencia en el 2018, explica esta suma
de oportunismos que están ingresando sin control a las filas de Morena. Este
partido está en el riesgo de convertirse en algo de lo que muchos venimos huyendo
No sería tan
preocupante la situación si en Morena se estuvieran tomando medidas para que su
construcción no sea mediatizada por los nuevos ingresantes. Pero cuando algunos
militantes señalamos estas cuestiones, los quemadores de incienso se lanzan
como el borras acusándonos de traición o de ser enemigos jurados de AMLO o de
Morena. ¡Cuánta pena nos causan estos incondicionales analfabetos! La crítica
es una herramienta de la política y mientras haya seguidores incondicionales y faltos
de talento, siempre habrá alguien que dude o afirme que las élites hacen en
nuestro nombre, lo que no sirve ni al partido ni al país
Rumbo Proletario no puede
ser ajeno a esto que ya hemos vivido. Nuestro esfuerzo está volcado en el
crecimiento, en la articulación de las luchas, en la formación política y en la
comunicación con la gente. No queremos ser un grupo testimonial, pero dudamos de
que en los tiempos actuales, complejos y difíciles, la izquierda revolucionaria
permita que personas y grupos, lleguen a Morena con su cultura priista, con sus
prácticas clientelares y corruptas y con el ánimo mendaz de seguir viviendo del
poder. No cuentan con un respaldo programático, político e ideológico que
contribuya a la construcción de un
instrumento que arranque desde abajo y concluya al lado de otros en un proyecto
político auténticamente humano
Si disponemos todas
nuestras fuerzas y capacidades para implementar este proyecto y nos proponemos alcanzar
esos objetivos, estaremos construyendo un partido realmente distinto,
interesado en un cambio real del país. Los de Rumbo Proletario luchamos por
este tipo de Organización que impida el oportunismo, que trabaje por la
formación ideológica y política de sus miembros y que contribuya seriamente a
la articulación de las resistencias sociales. De paso, hay que decir que la
articulación de éstas, no la entendemos como la sola unidad de acción, como
alianzas entre clases. La vemos en un plano holístico y de mayor totalización
Para los que estamos en
el Colectivo de Reflexión en la Acción, Rumbo Proletario, CRA-RP, luchamos por
una articulación que sea una superación cualitativa del nivel de resistencia
que guarda la acción popular, para luego convertirla en otro escalón de la lucha
revolucionaria. Sostenemos que cuando las resistencias se articulan,
desaparecen como tales, subvierten el orden establecido, rompen con él, se
niegan a sí mismas y se transforman en luchas revolucionarias. Esta
articulación se va constituyendo al través de procesos unitarios, de acuerdos,
de actos solidarios, de coincidencias, de adhesiones, de alianzas, de
reuniones, de enlaces que se van dando por la acción coadyuvadora de la dirección
revolucionaria. Con esta articulación, la lucha popular se hace sujeto
revolucionario, se construye cohesión, coherencia y organización subversiva
anti sistémica. ¡En esto andamos! No nos mueven ni el poder, ni el oportunismo,
ni las intrigas ni los chismes. En esto como en otras cosas, se equivocan los hacedores
de historias truculentas
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