Siempre será importante sacar a
airear las ideas
Por JESÚS SOSA CASTRO
Los días 25 y 26 de
agosto del año en curso, varios colectivos regiomontanos invitaron al Dr.
Armando Martínez Verdugo y a mí a un debate sobre “Los problemas políticos de
México” Para no irnos en autobús y pasarnos más de 10 horas de camino hasta Monterrey,
decidimos ver a los amigos y camaradas para que nos apoyaron con los pasajes en
avión. Pocos entendieron nuestro llamado y otros sólo nos desearon buenos
resultados. El sábado 12 nuestro Colectivo RP tuvo una discusión larga, tensa,
difícil. Al final logramos superar los nudos gordianos que tenían atrapado
nuestro trabajo y el desarrollo de las ideas centrales de nuestro quehacer político en varias partes del país.
Por ahora superamos nuestra crisis económica y los días arriba señalados
estaremos en la capital de Nuevo León
Con ojos semicerrados y
una gripa entre pecho y espalda, cansados por largas jornadas de discusión, rememoraba
con cierto dejo de pesadumbre y de nostalgia, los tiempos en que mi edad y mi
militancia en el Partido Comunista Mexicano permitían moverme de un lado a otro
para cumplir con las tareas partidistas que en ese entonces se hacían por
convicción y sin sentir que las rodillas o mis huesos pudieran jugarme una mala
pasada. Décadas después sólo los ideales y nuestros sentimientos hacen que Armando
Martínez Verdugo y yo andemos haciendo una síntesis de nuestras experiencias y conectándonos
con otros colectivos para aprender y valorar el trabajo de organización y de
lucha que en todo el país están haciendo miles de resistencias contra el
capitalismo y contra las políticas depredadoras del sistema
Llegué a la conclusión
de que todas las dificultades y limitaciones con las que vamos de un lado para
otro los revolucionarios, no pueden ser razón suficiente para dejar de poner en
máxima tensión nuestro talento, nuestra inteligencia, nuestra capacidad y nuestra
querencia para construir los mejores caminos para lograr el propósito de lograr una alternativa política en la que la
pasión por la libertad y una vida humana
en toda su acepción, sea la causa de nuestra lucha y de nuestro trabajo. Con
estas ideas me dispuse a tomar nota del material y de la discusión con mis
compañeros el día domingo, para en su momento, trabajar este artículo. Por la tarde del lunes, al estarme enterando de
los sucesos políticos de los dos días anteriores, recibí una inesperada llamada
telefónica de una amiga y seguidora de mis escritos que vive en los Ángeles,
California. La conversación con ella, completó el faltante de lo que sería este
texto
Hablamos de su trabajo
con los migrantes mexicanos, de su participación en el evento que se hizo en
esa ciudad con Andrés Manuel López Obrador, de sus diferencias conmigo por mis
críticas a Morena, de la opinión suya de blindar a AMLO ante las amenazas de
sus adversarios, de la opción político electoral de Morena y de un
planteamiento que lleve a la construcción de una fuerza que represente los
intereses de clase y asegure que cualquiera que sea el resultado del 2018, el
pueblo seguirá firme en los propósitos de cambiar el sistema político que
vivimos. Hablamos de la necesidad de una política asentada en ideas
revolucionarias y un pueblo organizado por abajo y por arriba pero desde abajo,
como condición indispensable para mantener el espíritu revolucionario en cualquier
circunstancia en la que nos encontremos. Me invitó a los Ángeles para una
reunión política con los mexicanos más destacados en la lucha. Le dije que iría
pero veríamos juntos los temas y las fechas probables para el encuentro. Fue una
conversación interesante con una mexicana culta, activa políticamente y con orgullo
de ser una mujer de la izquierda revolucionaria
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