Hoy hablo de amigos, de perros y de Trotsky
Por JESÚS SOSA CASTRO
En un reciente
encuentro de camaradas con el Dr. Américo Saldívar en Tlayacapan, Mor., Armando
Martínez Verdugo, María del Carmen Rincón, Teresa Gurza, Lourdes Ramírez y yo pudimos
poner nuestra mirada en los hermosos cantiles que dan nacimiento a la parte sur
del teposteco, lugar en el que el anfitrión preparó una opípara comida acompañada
con productos de su propio huerto. No fue la comida ni el encanto de ver el
imponente macizo del chichinautzin, una enorme área protegida de flora y fauna
que los tlahuicas y tepoztecos cuidan como la niña de sus ojos. Fue el afán de
encontrarnos y revivir viejos tiempos que en el PCM, por muchos años,
significaron para nosotros un discurso y un proyecto político, que tenía como
objetivo la construcción de un país de libertades y derechos
Es obvio que el tiempo
y el compromiso personal de cada uno de los que nos encontramos en el tronco de
este misterioso macizo montañoso, de alguna manera fuimos construyendo ideas y
propuestas en una diáspora que sólo juntaba a sus militantes en los
acontecimientos donde la acción colectiva ponía como demanda el sacar a la
burguesía del poder y construir una sociedad auténticamente humana. Nuestro reencuentro
abonaba la expectativa de acercar nuestras ideas y juntos buscar, otra vez, el
cauce que las lleve al punto donde la fuerza de todos, signifique un paso
adelante en el esfuerzo de construir un instrumento popular, con una dirección
revolucionaria, articulada con todos los movimientos sociales a favor del
cambio y que ponga por delante los intereses del pueblo trabajador
Con estas ideas y con comentarios
sobre libros, la academia, la cultura y la política dieron cuerpo y pasión a
nuestra reunión. Desmenuzamos algunos avances, críticas y problemas que ha
enfrentado la Revolución cubana y las derrotas de las fuerzas progresistas en algunos
países de América latina. También hablamos sobre la intervención norteamericana
en los asuntos internos de Venezuela, de los errores y aciertos del gobierno de
Maduro y del futuro de esa revolución. Con todo esto le dimos contenido a
nuestra relación política suspendida por
circunstancias ajenas a nuestra voluntad
De su biblioteca, el
Dr. Saldívar sacó un reciente libro que le trajeron de Cuba y en el cual se
destaca el trabajo y la actividad de Raúl Castro en su papel de segundo hombre
en la nomenclatura revolucionaria después de Fidel. Es un estudio profesional que
tiene que leer todo aquel que quiera entender el papel de estos hombres en la
construcción de un país tan lleno de orgullo y de respeto. Se explican las políticas
con las que enfrentaron las agresiones de los Estados Unidos, el apoyo parcial
que dio el gobierno de la ex Unión Soviética, la contrarrevolución interna, las
crisis económicas, los errores cometidos por el gobierno y el partido y la
conversión de Cuba en el país sin analfabetismo, con un desarrollo científico
en el campo de la medicina y con un reconocimiento y respeto a nivel
mundial porque supo defender su
soberanía a costa de muchos sacrificios, pero que hoy el nombre de este país es
el paradigma que reconocen todos los pueblos del mundo
En el repaso que
hicimos sobre libros fue abrumador el catálogo de textos que han pasado por
nuestras manos, en unos más que en otros, hay que decirlo con toda franqueza.
La periodista y camarada nuestra, Teresa Gurza, habló del libro que yo había
andado buscando y que nunca encontré en las librerías de la CDMX. La cultura de
Tere y la de los demás camaradas, quedó resaltada al hablar de este libro que
rompió la idea que yo tenía sobre su contenido. “El hombre que amaba a los
perros” de Leonardo Padura se convirtió en el tema más importante de nuestra
discusión. Al empezar a leer apenas 327 páginas de 765 del libro, el autor empieza
hablando de la pérdida de su mujer, de las exclusiones y castigos que dieron a
su rebeldía, de dos perros borsoi de antiguo linaje ruso y del destierro,
persecución y crimen en contra de Liev Davidovich Trotsky, ordenados por José
Stalin
Se preguntarán mis
lectores la razón de por qué doy esta opinión si este libro hasta hace unos
días no estaba en mis manos. A ellos les digo que fue tanta la argumentación
que Tere Gurza puso en esta tertulia sobre El hombre que amaba a los perros,
que me puse a buscarlo por todas partes. Mi hijo encargó a uno de sus amigos
que trabaja en una librería y este lo consiguió no sé de dónde ni cuándo. Hoy
lo estoy leyendo y por eso, sólo les adelanto que es un libro que no puede faltar
en el intento de conocer la verdadera historia de lo que pasó en la Revolución
rusa desde la muerte de Lenin hasta el momento en que asesinan a Trotsky. Lo
demás lo iremos comentando con el tiempo. El destierro, la persecución y la
muerte de Liev Davidovich Trotsky no tiene justificación por el lado que se
quiera ver. ¡También en esa época y en esa revolución se cometieron crímenes de
Estado!
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