La fidelidad, el poder y el mando
Por JESÚS SOSA CASTRO
Me conmueven las expresiones de muchos militantes de Morena
sobre las expectativas que esperan de un
gobierno encabezado por López Obrador. Creen ciegamente que él acabará con la
tragedia política y económica que vive el país y que recuperará los valores y
sentimientos que la burguesía le ha quitado a nuestro pueblo. En el último
taller de formación política que realizamos los viernes en Residencial
Acueducto de Guadalupe, al que asisten regularmente entre 25 y 30 personas,
afloraron muchas debilidades ideológicas y políticas; pero la creencia de que
AMLO acabará con la corrupción, con el desempleo, la violencia y la impunidad, crece
como las altas mareas que se dan bajo el influjo de las atracciones combinadas
del Sol y de la luna
Cuando veo y oigo este entusiasmo me pregunto si no se está
jugando con los sentimientos de la gente. Si Andrés Manuel tiene clara conciencia
que estos sectores del partido, fieles hasta lo absurdo al proyecto y a las
ideas que encabeza; sean marginados, excluidos y pisoteados en sus derechos
legítimos para opinar y decidir sobre los problemas más importantes del país. ¿Acaso
no se da cuenta de las protestas y exigencias de la militancia que hasta ahora
es tratada con desprecio, difamándola y acusándola de ser provocadora e
infiltrada por los gobiernos? Sostengo
que la fidelidad fundamental del dirigente de Morena es con los ciudadanos y
con los militantes que han abrazado su proyecto político, que alimentados por
la esperanza, han elegido a nuestro partido como la opción para lograr los
cambios prometidos. En consecuencia, son estos sectores los que tarde o temprano
exigirán cuentas de lo que se ha dicho y hecho en su nombre
El rostro popular que inicialmente tenía el partido, se ha
ido perdiendo paulatinamente hasta llegar al punto en que pareciera que Morena
es de un solo dueño y los militantes sólo somos la fuerza de tarea. No sólo no
se oye a sus militantes sino que, como si se tratara de nuestra mafia en el
poder, todo lo importante se decide en los cenáculos abriéndole espacio a representativos
del neoliberalismo criminal y corrupto mientras sectores del partido suben el
tono de sus protestas por la exclusión de que son víctimas permanentes
Si asumimos que el partido siga siendo conducido como hasta
hoy, si aceptamos que el líder es el que
decide, el que controla, el que manda, entonces hay que reconocer que “quien
tiene el poder manda, y quien manda posee las relaciones y los mecanismos de
dirección social, posee las riendas y el timón para dirigir el barco” (1) Se
dice que esto se da porque es el
dirigente principal, porque tiene un proyecto de nación, porque a la vista no
hay otra persona que sea capaz de conocer el país como lo conoce, de trabajar
como trabaja, de ser honesto como lo es. Es decir, méritos tiene para ser el
mero principal de Morena, a ser el candidato a la presidencia de la república y
de ser Presidente. Pero lo que no es admisible es que se esté echando en los
brazos de la derecha que tanto critica y en cambio no sea capaz de oír las
protestas y exigencias de la gente y de la militancia. Tampoco es correcto que
él sea el gran decididor, el que pone y quita candidatos, el que dice quien sí
y quien no puede ser el que encabece un encargo de representación popular, el
que esté llevando a dirigentes del partido que no responden a las necesidades
políticas del país y del partido
“Los revolucionarios
vamos a promover el
voto, vamos a buscar el mayor número de
aliados con el propósito de debilitar la base social y política de apoyo a la
burguesía, justo ahora que el PRIAN tiene como candidato a Meade, uno de los encubridores
de enormes fraudes al erario público, del robo de los apoyos internacionales a
los damnificados, el de los gasolinazos,
el que no dice nada sobre los 10 millones de dólares de Odebrech entregados la
campaña de EPN, sobre la Estafa Maestra y lo que se acumule . Los
revolucionarios estamos trabajando para cuidar las casillas y haremos lo
posible para lograr el triunfo electoral. Morena no está libre de múltiples y
variadas limitaciones y hasta deformaciones. Pero allí está el pueblo en
resistencia, formando el movimiento de la espontaneidad popular de nuestro país.
Por eso estaremos junto a él” (2)
No queremos sufrir otra derrota y una frustración más porque
la dirigencia no ha entendido su papel en las circunstancias actuales, porque
no ha construido una fuerza que sea capaz de defender el eventual triunfo de
Morena ni una organización en condiciones de desplegarse políticamente en
contra de la derecha recalcitrante y corrupta. Muchos estamos trabajando para
lograr el triunfo del pueblo, apoyados en el pueblo, construyendo una fuerza
con espíritu de clase que sea capaz de quitar del poder a la burguesía
gobernante. Solo le pedimos a AMLO que no siga hablando de democracia en
nuestro nombre, porque esa presunción hace tiempo dejó de existir y ya no cuaja
en las filas del partido
(1) El poder, una aproximación teórica a su fundamento
constituyente, Dr.
Armando Martínez Verdugo, Instituto Electoral del Estado de México
(2) Una vez más sobre el 18. Texto inédito del Dr. Armando
Martínez Verdugo
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