Una raya más a nuestro tigre
Por JESÚS SOSA CASTRO
Hace poco más de dos
meses se conoció la noticia de que Gerardo Fernández Noroña estaba propuesto
por Morena como candidato para ir al Senado de la República. A los que
conocemos la honestidad y la valentía para enfrentar a los mafiosos del poder,
esta noticia nos llenó de satisfacción. Por fin un partido de la izquierda
electoral le abría las puertas a uno de los tribunos más enjundiosos en la
defensa de las políticas al servicio del pueblo. Ahora nos enteramos que lo que
Ricardo Monreal llama la nomenclatura de Morena le ha aplicado a Gerardo los
mismos mecanismos de exclusión para sacarlo de la jugada. ¡Una política
truculenta que no debiera darse en Morena!
En su momento yo quería
que el actual Jefe Delegacional de la Cuauhtémoc fuera el Coordinador de
Organización para la ciudad de México, entiéndase candidato a Jefe de gobierno.
Cuando empezó a coquetear con los priistas, panistas y después con lo más
oscuro del Frente Ciudadano, con la chiquillada corrupta y con Eruviel Ávila, públicamente
me deslindé de él. Pero a la fecha, lo de Monreal y lo de Noroña son dos casos que
se suman a los que se vienen dando en una cantidad creciente de entidades de la
República. Pareciera que el líder principal de Morena, sus consejeros o los
testaferros que han sido impuestos,
están jugando a perder otra vez en las elecciones del 2018. Sólo así se
explica que haya una recurrencia permanente para estar haciendo las cosas mal, deteriorando
la imagen de Andrés Manuel y poniendo una raya más a nuestro tigre
A casi dos meses en que
empezó el affaire Morena–Monreal hay un pasmo en nuestra organización. Todo
está paralizado. Lo que iba a resolverse mediante encuestas “democráticas”, hoy
está deviniendo en una gran rebelión por parte de la militancia de base. Lo de
los “pesos pesados” lo están ventilando en lo oscurito con los consiguientes
negativos para el partido y la opinión pública, ésta cada vez más atenta a lo
que pasa en el interior de esta organización. Lo único que está logrando la
nomenclatura es desgastar innecesaria e incorrectamente la imagen de López
Obrador. ¿Qué necesidad había de que se lastimara a Monreal para que ahora
Andrés Manuel vaya a ofrecerle disculpas y pedirle que por favor no se vaya del
Partido? ¡Gerardo Fernández Noroña merece ser Senador por lo que le ha aportado
al país!
Estoy seguro que no hay
en nuestras filas alguien que se oponga al llamado de unidad. En lo que no hay
acuerdo es que se esté llamando a lo peorcito de los otros partidos y de la
derecha, y se haga mutis para olvidarse de que hay otras personas, fuerzas de
izquierda y resistencias sociales que bien podrían conjuntar esfuerzos para
sacar adelante el triunfo electoral y un necesario cambio de régimen. Sin
embargo, a los líderes más representativos de estas fuerzas, como Noroña y
otros, no sólo se les excluye sino que hasta se les golpea políticamente. Lamentable
que los que han mostrado conocimiento, lucidez y disposición para compartir y
sacar adelante un proyecto democrático de gobierno, estén siendo excluidos sólo por pensar, aportar y criticar lo que
pasa en las filas de Morena
¡Mal, muy mal lo que se
está haciendo! Los métodos y las formas que hicieron que se rompiera con el PRD,
hoy se están imponiendo con creces en las filas del partido que se presumía
diferente. La valoración crítica de esas formas negativas y antidemocráticas,
no ha servido para impedir una repetición en nuestras filas que indudablemente
jugarán en contra del nuevo proyecto de nación que se quiere construir. El arte
de no ser leal con los principios que se pregonan y utilizarlo a conveniencia, sólo
sirve a la antidemocracia y al placer de poner en juego la autoridad personal
aunque esta afecte los intereses de quienes se pretende gobernar
¡Una vez más llamo a la
rectificación de estas locuras! Hagamos del Partido una fuerza digna de ser
apoyada por la mayoría del pueblo trabajador, de sus intelectuales, de las
mujeres y hombres del arte y la cultura. Convirtamos a Morena en el recipiente
capaz de recoger toda la lluvia de ideas, de personas y grupos que luchan por
un país donde haya trabajo, libertad, donde no haya violencia, ni desaparecidos,
ni crímenes de lesa humanidad. Queremos un partido donde no haya impostores, arrastrados
ni zalameros. Donde la dignidad, la conjunción del pensamiento, la libertad y la
crítica, sean el resultado de un esfuerzo común por construir un partido
democrático e incluyente. Que no se atropelle a nadie por pensar distinto,
expresar su opinión y ejercer su derecho a decir su verdad. Que no se lastime a
nadie sólo porque no está quemándole incienso a los chipocludos. ¡Ese es el
partido que muchos queremos! Ojalá haya tiempo para que los que tengan que
rectificar, rectifiquen. De otra manera, no seremos diferentes a los que
repudiamos y de los cuales venimos huyendo
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