Una democracia
arrebatada a sus dueños
Por JESÚS
SOSA CASTRO
El punto que hoy se discute en Morena tiene que ver con la
recuperación del partido. La audacia y la decisión del pueblo de acabar con el
régimen de privilegios suponía la creación de un partido que atendiera las
necesidades de la gente. En eso consistió la rebelión social abiertamente apoyada
por más de treinta millones de electores. Sin embargo, del 1º de julio del 2018
a la fecha, la estructura y la política de Morena han desfigurado su rostro
porque sus dirigentes no fueron capaces de entender la importancia de contar
con un partido al servicio de la ciudadanía, lo que si hicieron fue convertir a
los ciudadanos en instrumentos del partido
Esto, por sí mismo representa un hecho lamentable. Mas cuando
los dirigentes se refugiaron en el autismo político y las tareas que tenían que
ver con la construcción del partido, con su fortalecimiento y con sus funciones,
fueron abandonadas, dando pie al desencanto y al debilitamiento de la
organización. En un año Morena se olvidó de los movimientos sociales, no
construyó estructura ni hizo política. El CEN se dedicó a colocar sus apoyos en
espacios de poder y hoy tenemos un partido que ni huele ni hiede. La Secretaria
General en funciones de presidenta encabeza al grupo de mafiosos que quieren
revertir el Proyecto de Nación que votamos en julio del año pasado. Ya hace la apología
de que se oye mejor PRIMOR que Morena y ya actúa en esa línea en el Edo de Nuevo
León
Es tal el enredo en el que nos ha metido la señora presidenta
que ha llevado al TEPJF a meter las manos en las decisiones internas de Morena.
Acusa a Gabriel García del desmadre que hay en el padrón de militantes cuando
en su calidad de cabeza del CEN, debió atender y resolver todas las
irregularidades cometidas por él o por otros. La confrontación que vivimos en
el partido es generada por sus devaneos derechosos, por su soberbia y por la
defensa que hace de sus intereses personales. Quiere seguir manejando a su
arbitrio los recursos financieros y quedarse en la dirección para servir a un
proyecto ajeno al proyecto de la gente. Hoy esta señora tiene paralizado al
partido y de paso le ha abierto las puertas al Tribunal Electoral para que
decida sobre nuestra vida interna
Por fortuna las cosas empiezan a cambiar. De la misma manera
en que la gente está apoyando conscientemente las políticas del gobierno
federal, la militancia está rechazando el hartazgo que nos ha impuesto la
dirección. Por eso ya estamos dando los pasos para recuperar el partido para
bien del pueblo y del país. Ya no queremos que los problemas principales nos
sean indiferentes. La dirección nunca entendió lo que significa ser el
intelectual colectivo, por eso no defiende ni habla de la 4T, no hizo nunca un
pronunciamiento en contra del NAIM en Texcoco, no dijo nada cuando el
presidente enfrentó el huachicol, no apoyó el aumento a los salarios mínimos, no se pronunció a favor de las
demandas de los trabajadores de las maquiladoras, no ha dicho nada respecto de
la corrupción en el poder judicial, no
ha pronunciado una sola palabra en contra de los 147 amparos que varios grupos
de interés plantaron en la Corte para impedir la construcción del aeropuerto de
Santa Lucía, nada respecto de los altos
salarios de la burocracia dorada en los organismos autónomos, no se ha
pronunciado contra el manejo y corrupción de empresas privadas respecto de los
gasoductos, nada sobre las facturas falsas, no confronta las posiciones
políticas de la oposición. ¿Qué hace el partido? ¡Nada! Esto es lo que queremos
corregir
En el Foro Nacional de los militantes de Morena realizado en
la CD MX el sábado 23 de noviembre acordamos exigir la renuncia de los
integrantes del CEN por inútiles y controversiales, que una comisión especial trabaje
en un padrón confiable para todos, que el Congreso extraordinario del 30 de
noviembre se mantenga y re3suelva las urgencias, que no se le haga más el juego
a las trácalas de la señora Polensky, se nombre un Comité provisional que
prepare, organice y convoque al congreso ordinario en el que se nombren democráticamente
los órganos de dirección, dijimos no a las encuestas y hacer una auditoría
externa a las finanzas manejadas por la todavía presidenta. Esto es lo mínimo
que debe hacerse en el período que resta del fijado por el TEPJF ¡No más concesiones
a los infiltrados, fuera Yeidchol de Morena!
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