Fachos,
tranzas y cristeros. La disputa del poder
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En los tiempos pasados, las plazas y calles de México eran
los campos de protesta, de lucha y de resistencia, de todos los que el sistema
capitalista nos había arrebatado. Éramos los trabajadores, los campesinos, los
estudiantes, el pobrerío, como nos llamara el mariguano de Vicente Fox, los que
exigíamos el disfrute de los derechos que nos corresponden como seres humanos. Demandábamos
trabajo, justicia laboral, salarios justos, educación, dignidad y libertades políticas
y sociales. Miles y miles de mujeres y hombres fueron el ejemplo que la
sociedad abrazó porque lidereaban las demandas del pueblo. Porque defendían
causas justas que ennoblecían el quehacer y los derechos libertarios de la
gente
Fueron nuestros muertos, los desaparecidos, los encarcelados
y reprimidos por los dueños del poder, los que, al sacrificar su vida y su
libertad, hicieron posible el surgimiento de un México lleno de grandeza, de
cultura política y de acciones justicieras. Los fachos que libraban batallas en
lo oscurito en defensa de sus preeminencias que les arrimó el sistema, hoy se
reagrupan para calmar un poco su histeria. En la marcha del domingo 13 pusieron
a flote sus vergüenzas al ensayar una nueva forma de defender los privilegios
que los gobernantes protervos les entregaron de manera ilegítima. En ese andar,
se encontraron con que hay un pueblo que no conocían, un pueblo que siempre ha
puesto en juego su casta para acabar con las tranzas, los fraudes y los
privilegios de políticos, consejeros, magistrados y ministros que representan
lo más corrupto y podrido del sistema
El modelo que nos quieren imponer los señoritos del dinero y
los desclasados, los ignorantes y aspiracionistas, como José Goldenberg, Chucho
Zambrano, Ricardo Monreal y sus compinches, quieren ser parte de aquellos que
se hicieron ricos gracias a los negocios ilícitos que les entregaron los funcionarios
corruptos. Los que marcharon el 13, lo hicieron para defender los privilegios y
los robos que hicieron a la nación. Los gobernantes que les entregaron empresas
y recursos monetarios como premio a su abyección y a su incondicional
servilismo, debieran ser investigados y sometidos a la justicia, Este sector
facho fue el que marchó contra las políticas del gobierno de López Obrador
Los defraudadores, los ladrones, los cristeros, y los lacayos
como Vicente Fox, Felipe Calderón, Elba Esther Gordillo, Santiago Creel, Miguel
Ángel Osorio Chong, Chucho Zambrano, Roberto Madrazo, Marko Cortez, José
Goldemberg, Claudio X González, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, entre
otros, son los asesinos y los más representativos de las violaciones a la ley y
la corrupción. Afirman que los avances en la gestión gubernamental son un
completo fracaso y una derrota política de AMLO y de su proyecto de
transformación. ¡Están retedementes! Los que marcharon el domingo, no fueron
gente del pueblo. Porque aquellos que hemos llenado calles y plazas sin ser
acarreados ni presionados, ni pagados por patrones o por los que sólo tienen
dinero, somos los millones que apoyamos al presidente y que estaremos con él el
27 de noviembre
En este encuentro mostraremos la verdadera fuerza del pueblo.
Ese pueblo feliz que no verá los rostros descompuestos por la rabia, por la
amargura, por la derrota que viven los fachos. Su frustración la tenemos
presente. Es resultado de haber perdido las fuentes de sus ingresos mal
habidos. Sabemos que la esencia de sus derrotas está en su individualismo
neoliberal, en su alejamiento del pueblo, en su falta de proyecto político. Gustavo
de Hoyos dice que “el triunfo de un “México ganador” será posible cuando el individuo
logre por su propio esfuerzo una educación de calidad, una salud universal, un retiro
digno y una riqueza personal como resultado de su trabajo” (1)
¿De cual México habla este señor? ¿Del que llevó a la marcha de
manera forzada y con las amenazas de quitarles su trabajo? ¿A los que producen
la riqueza y los han despojado de lo que hacen con su esfuerzo? Los que llevaron
a la marcha son aquellos a los que le niegan sus derechos al descanso, a sus
prestaciones, a la educación, a los servicios, a la justicia y a la libertad.
Los fachos no conocen el amor al pueblo. Lo desprecian, se burlan de él. Pero
la mayoría hemos hecho nuestras las palabras de Hegel: “esforzarse por
transformar un país, es por el interés de dejarlo mejor que como se encontraba.
Porque hacer ese trabajo es el antídoto contra la muerte, la soberbia, el
fanatismo y la mediocridad. Porque amar a la gente es dejar de ser uno, para
ser todos. Porque cuando amas, no mueres y porque cuando luchas por la
transformación social, estás luchando por los demás” (2) Esto es lo que no
entienden los fachos. Porque ellos, sólo tienen como Dios, al dinero
(1) La disputa por México, Dos proyectos frente a frente para
2024 Álvaro Delgado, Alejandro Páez Varela. Editorial Harper Collins
(2) Conversaciones con Juan Carlos Monedero. Ramón Lobo.
Editorial Turpial
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