jueves, 25 de mayo de 2023

 

El pueblo ya pone en juego su rebeldía y sus convicciones libertarias

Por JESÚS SOSA CASTRO

Me duele hacer estos señalamientos críticos porque tienen que ver con el marco de muchas preocupaciones compartidas por militantes de Morena y por ciudadanos que vieron en este partido, la posibilidad de que no se repitieran los errores y las políticas que han llevado a otras organizaciones a una debacle. Sin embargo, dos hechos aparecen como relevantes. El deficiente desempeño de la dirección frente al proceso de cambio que votamos más de 30 millones de ciudadanos y una vieja práctica excluyente que estorba la construcción de un partido capaz de entender y actuar según lo exigen las circunstancias

En el escenario que estamos viviendo, hay muestras evidentes de que la oposición golpista sigue empeñada en descarrilar el gobierno de López Obrador. Mientras los órganos de dirección de Morena sólo se han ocupado de construir el entramado para que el oportunismo de “izquierda” y de derecha, se vaya adueñando del partido y de los encargos de representación popular. Una organización que supusimos llevaría en sus entrañas la enorme responsabilidad de sacar adelante un proyecto de gobierno distinto, está resultando, por decir lo menos, incompetente. La cultura priista anidada en la mayoría de los órganos de dirección, sigue queriendo convertir al pueblo en un ente dependiente y reacio a hacer de su sabiduría, su organización y sus luchas, una palanca que impida que sus logros políticos y sociales no vuelvan nunca a ser pisoteados e impuestos por los oligarcas

Hasta hoy, ha sido AMLO quien ha entendido que, para solventar los problemas del país, hace falta hablar directamente con el pueblo, informarle de los obstáculos que ha encontrado para resolver en tiempo y forma las demandas de la gente. Un presidente que todos los días informa del papel que está jugando la oposición y las causas que defiende. Explica el papel de los servidores públicos, recorre metro a metro los 2 457 municipios, y llama a poner en juego su rebeldía, su sabiduría y su organización para sacar a flote sus convicciones libertarias. El objetivo consiste en romper con el adormecimiento inmoral que nos quiere seguir imponiendo el viejo sistema depredador y corrupto

Este fenómeno aun indescifrable por parte de la Dirección Nacional de Morena, requiere de una puntual y urgente explicación. Más cuando ésta debiera ser la impulsora principal de darle dirección y contenido a este proyecto histórico, pero, por incultura y negligencia solo ha mostrado una enorme incapacidad para defenderlo de sus detractores. No ha sabido aprovechar la participación masiva de un pueblo que está participando en la transformación, pero que no encuentra quien lo organice y lo alimente políticamente. El compromiso que como partido inoculó en la conciencia de la gente para acabar con la crisis económica y social encabezada por los neoliberales, no solo no lo está cumpliendo, sino que, a la vista de la militancia, ni siquiera entiende su contenido

El 9 de julio del 2014, fecha en que se reconoció oficialmente a Morena, como partido político, se inscribió en la historia la participación masiva de un pueblo que se rebeló ante el entreguismo y la ineficacia política de los gobiernos neoliberales y del PRD. Por varios años, AMLO se dedicó a dirigir y explicar el contenido de la 4T. Mostró al pueblo y a su gente, lo que había descubierto en el alma y en el corazón de Morena. Dio cuenta de la existencia de una rebelión inusitada de la militancia que exigía democracia, participación en la elección de sus órganos, actuar al lado del pueblo en sus luchas, formarse política e ideológicamente, entender el significado del Nuevo Proyecto de Nación, salirle al paso a la crítica ponzoñosa de la derecha y construir un partido fuerte y democrático capaz de profundizar la 4t más allá del 2024

Todo esto junto, se está convirtiendo en el principal detonador de la creciente preocupación de la militancia a nivel nacional. A casi nueve años de que se fundó el partido, el despertar crítico de la gente es algo verdaderamente inusitado. Pero quienes hemos estado recogiendo los sentimientos y la irritación de la militancia, observamos que los vividores de la política se están adueñando del partido. Quieren quebrantar el proyecto transformador y convertirlo en un instrumento adocenado que devuelva los fueros a la derecha. Pero cuando el pueblo comprende la importancia de su energía, de su organización y de sus demandas, entonces toda su fuerza sale de su ser en borbollones, los cuales, difícilmente pueden ser parados por ningún otro poder. Lo que ya hoy vibra en las filas de Morena, responde a la pasión partidista, mientras los “dirigentes” marchan a la cola de su rebeldía. Las bases ya nos organizamos de manera libre, independiente de los órganos de dirección y sin ninguna actitud fraccional. Se trata de recuperar el derecho a opinar, de participar, de estudiar y de luchar, para profundizar este cambio virtuoso que millones de mexicanos estamos construyendo

 

      

 

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