El pueblo
ya pone en juego su rebeldía y sus convicciones libertarias
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Me duele hacer estos señalamientos críticos porque tienen que
ver con el marco de muchas preocupaciones compartidas por militantes de Morena y
por ciudadanos que vieron en este partido, la posibilidad de que no se
repitieran los errores y las políticas que han llevado a otras organizaciones a
una debacle. Sin embargo, dos hechos aparecen como relevantes. El deficiente
desempeño de la dirección frente al proceso de cambio que votamos más de 30
millones de ciudadanos y una vieja práctica excluyente que estorba la
construcción de un partido capaz de entender y actuar según lo exigen las
circunstancias
En el escenario que estamos viviendo, hay muestras evidentes
de que la oposición golpista sigue empeñada en descarrilar el gobierno de López
Obrador. Mientras los órganos de dirección de Morena sólo se han ocupado de
construir el entramado para que el oportunismo de “izquierda” y de derecha, se
vaya adueñando del partido y de los encargos de representación popular. Una
organización que supusimos llevaría en sus entrañas la enorme responsabilidad
de sacar adelante un proyecto de gobierno distinto, está resultando, por decir
lo menos, incompetente. La cultura priista anidada en la mayoría de los órganos
de dirección, sigue queriendo convertir al pueblo en un ente dependiente y
reacio a hacer de su sabiduría, su organización y sus luchas, una palanca que
impida que sus logros políticos y sociales no vuelvan nunca a ser pisoteados e
impuestos por los oligarcas
Hasta hoy, ha sido AMLO quien ha entendido que, para solventar
los problemas del país, hace falta hablar directamente con el pueblo, informarle
de los obstáculos que ha encontrado para resolver en tiempo y forma las
demandas de la gente. Un presidente que todos los días informa del papel que
está jugando la oposición y las causas que defiende. Explica el papel de los servidores
públicos, recorre metro a metro los 2 457 municipios, y llama a poner en juego
su rebeldía, su sabiduría y su organización para sacar a flote sus convicciones
libertarias. El objetivo consiste en romper con el adormecimiento inmoral que
nos quiere seguir imponiendo el viejo sistema depredador y corrupto
Este fenómeno aun indescifrable por parte de la Dirección
Nacional de Morena, requiere de una puntual y urgente explicación. Más cuando ésta
debiera ser la impulsora principal de darle dirección y contenido a este
proyecto histórico, pero, por incultura y negligencia solo ha mostrado una
enorme incapacidad para defenderlo de sus detractores. No ha sabido aprovechar
la participación masiva de un pueblo que está participando en la
transformación, pero que no encuentra quien lo organice y lo alimente
políticamente. El compromiso que como partido inoculó en la conciencia de la
gente para acabar con la crisis económica y social encabezada por los
neoliberales, no solo no lo está cumpliendo, sino que, a la vista de la
militancia, ni siquiera entiende su contenido
El 9 de julio del 2014, fecha en que se reconoció
oficialmente a Morena, como partido político, se inscribió en la historia la
participación masiva de un pueblo que se rebeló ante el entreguismo y la
ineficacia política de los gobiernos neoliberales y del PRD. Por varios años,
AMLO se dedicó a dirigir y explicar el contenido de la 4T. Mostró al pueblo y a
su gente, lo que había descubierto en el alma y en el corazón de Morena. Dio
cuenta de la existencia de una rebelión inusitada de la militancia que exigía
democracia, participación en la elección de sus órganos, actuar al lado del
pueblo en sus luchas, formarse política e ideológicamente, entender el
significado del Nuevo Proyecto de Nación, salirle al paso a la crítica
ponzoñosa de la derecha y construir un partido fuerte y democrático capaz de profundizar
la 4t más allá del 2024
Todo esto junto, se está convirtiendo en el principal
detonador de la creciente preocupación de la militancia a nivel nacional. A
casi nueve años de que se fundó el partido, el despertar crítico de la gente es
algo verdaderamente inusitado. Pero quienes hemos estado recogiendo los
sentimientos y la irritación de la militancia, observamos que los vividores de
la política se están adueñando del partido. Quieren quebrantar el proyecto
transformador y convertirlo en un instrumento adocenado que devuelva los fueros
a la derecha. Pero cuando el pueblo comprende la importancia de su energía, de
su organización y de sus demandas, entonces toda su fuerza sale de su ser en
borbollones, los cuales, difícilmente pueden ser parados por ningún otro poder.
Lo que ya hoy vibra en las filas de Morena, responde a la pasión partidista, mientras
los “dirigentes” marchan a la cola de su rebeldía. Las bases ya nos organizamos
de manera libre, independiente de los órganos de dirección y sin ninguna
actitud fraccional. Se trata de recuperar el derecho a opinar, de participar,
de estudiar y de luchar, para profundizar este cambio virtuoso que millones de
mexicanos estamos construyendo
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