Entre
payasos, cretinos y poetas
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En el México de hoy, existen personas que pretenden dárselas
de sabios. En sus comentarios orales, escritos, y hasta en los libros que
algunos escriben, quieren dejar la impresión de que todo lo dominan. Dicen que
si ellos tuvieran el apoyo del pueblo, que es el que pone y el que quita, el
que da el poder o el que lo niega, serían capaces de sacar al país del hoyo en
el que supuestamente lo han metido los “gobiernos populistas” Otros, no pocos,
por cierto, son aquellos a quienes se les cuestiona el por qué no participan en
defensa de sus intereses y demandas si son los más afectados. Taimadamente se
salen por la tangente diciendo que “no saben nada de política, ni les interesa”
Ambos tipos de personajes, son igualmente perniciosos. Unos
por presumir de sabiondos y otros porque hacen de la incultura política un
instrumento para no luchar contra las políticas antipopulares que aplican las
élites del poder. Aunque los dos grupos juegan un papel repulsivo para el
desarrollo de la conciencia social, los indiferentes, son los más
peligrosos. Siempre llevan el veneno en sus entrañas. Cuando se ven cuestionados,
se portan como los calamares, sueltan su toxina para poder escapar. El tercer
grupo lo componen los payasos, los que se enmascaran, los que se ponen botargas,
manotean para poner en juego su falta de consistencia política. Al final del
teatro, todos se lanzan al vacío para terminar haciendo el ridículo. Las
estrellas más brillantes de este género, son Lily Téllez, Kenia López Rabadán,
Xóchilt Gálvez, Sandra Cuevas, Gabriel Cuadri, Carlos Alasrhaqui y el Saco de
pus
Otra especie es la de los
cretinos. Los que padecen de retraso intelectual. Los idiotas y los estúpidos.
Los incapaces de desarrollar un planteamiento coherente sobre los problemas del
país. Los que viven de las mentiras, los lacayos de la derecha y del imperio. Son
los que, a lo largo de su historia, han cubierto su ignorancia adjetivando a
los políticos que dan contenido a su trabajo con ideas, con acciones y proyectos
a favor de la gente. Por eso muchos opositores odian al presidente López
Obrador. Porque aparte de estar cumpliendo con sus propuestas de campaña, ha
tenido la sapiencia y la sensibilidad para despertar en el pueblo un alto grado
de conciencia, para que éste, tenga la capacidad para defenderse de un sistema eco
social bastante salvaje
Por ahí anda, en la desespera,
un montón de payasos y cretinos haciendo malabares para llamar la atención de la
gente. La que ellos desprecian. En instancias de gobierno y en los partidos, encontramos
el nido en el cual germinan estos especímenes. Muchos de los cuales son la
pobreza intelectual, son hueros por fuera y por dentro, vanos e insustanciales.
Allí están las botargas, las lelas, Belaunzarán, Zambrano, Marko, Alito, Mario,
Claudio, Lencho, Ciro, Norma Piña, y sumando
Sin embargo, en todos estos
grupos se encuentran los que BERTOLT BRECHT, definía como los analfabetos
políticos. “Porque no oyen, no dicen nada importante, no participan de los
acontecimientos de la vida pública. No saben que el costo de la vida, el precio
de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, de los zapatos y de los
remedios, dependen de decisiones políticas. Estos analfabetos son tan burros, que
se enorgullecen y ensanchan el pecho diciendo que odian la política. No saben
que de su ignorancia nacen la prostitución, los niños abandonados, los bandidos,
los políticos corruptos, los mequetrefes y los lacayos” (1)
Del lado del pueblo, en
cambio, está surgiendo la rebeldía, la organización, la conciencia social, el
despertar de la juventud y el crecimiento de la lucha por la defensa de los
intereses y demandas del pueblo. José Saramago dice en uno de sus diez poemas
más trascendentes que “muchas veces las personas empiezan por ceder en las
pequeñas cosas acabando por perder el sentido de la vida”. “Frecuentemente
basta una epidemia de ceguera política para que se pierda la moralidad de los
seres humanos” Y al preguntarse ¿qué debemos hacer ahora? La respuesta la deja
en el siguiente verso. “Sabrás que para ti no habrá descanso. La paz no está
contigo, tampoco la fortuna, el signo es la lucha, que no te cubra el espanto”
(2)
Para este gran poeta la
narración en verso era la exaltación o el engrandecimiento de la gente, del pueblo.
Su narrativa no siempre era escrita, sino que era contada oralmente por los recitadores
callejeros. Con posterioridad, la palabra adoptó, también, el relato en prosa,
incorporando elementos de descripción y diálogo. El desarrollo y el contenido
de la palabra, fue dándole cuerpo al discurso de los políticos y de la
expresión popular. En su camino fue haciendo la diferencia entre los payasos,
los cretinos y la nueva conciencia de la sociedad. A la fecha, vamos ganando la
batalla cultural, ideológica y política a los iracundos, a los dementes y a los
mediocres. Aunque hay que tener claro, que el triunfo definitivo contra la
incultura, las payasadas y la mediocridad, se logrará concientizando y
organizando la participación del pueblo. El único que pone y quita a los líderes
y a los gobernantes ¡No hay más!
(1) El analfabeto político,
Bertolt Brecht, Redacción, Sin Embargo
(2) Sus diez poemas, José
Saramago, Alianza Editorial
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