viernes, 19 de mayo de 2023

 

La prole hay que mandarla al destierro político

Por JESUS SOSA CASTRO

Haciendo honor a las viejas tradiciones, vecinos y yo estamos convocando reuniones en la GAM, para irnos preparando para el 24. Como era de esperarse, están apareciendo dos hechos importantes: Una ausencia creciente de la militancia de Morena y un acercamiento inexplicable de personas que no habíamos visto en ningún tipo de luchas en nuestra demarcación. Esto sería importante si no estuviésemos viendo que los que ahora desbordan entusiasmo, los hemos visto hasta hace poco como defensores a ultranza de las políticas oscurantistas del PAN y un entusiasmo febril de priistas y perredistas que ahora andan de la mano en Va por México. Sin ser ingenuos, creemos que estos encuentros son importantes. Se suman a otros que poco a poco están sacudiendo el ánimo social sobre la polémica interna respecto del desempeño que debe jugar el Movimiento Regeneración Nacional

Los discursos que se pronuncian en estas iniciales reuniones ponen el acento en asuntos que tienen trabado el crecimiento de Morena en la GAM. Hablamos de unidad, de principios, de organización, de la desaparición de los Comités Territoriales, de la falta de proyecto político, del necesario triunfo por venir en los comicios del 24.  Sin embargo, estos juicios, hasta ahora, se hacen de dientes para afuera. No vemos que tengan sustento en la realidad. La gente está como adormecida, como desencantada por los malos resultados sobre sus viejas demandas no atendidas por el alcalde de la segunda alcaldía más poblada después de Iztapalapa

Los que estamos reanudando visitas a nuestros antiguos compañeros, los que hacemos la talacha, nos damos cuenta que mucho de lo que se comenta tiene que ver con una explicable realidad. No es cierto que estamos creciendo en la proporción que señalan los dirigentes. Hasta hace cuatro años contábamos con veintidós comités de ciento ochenta y siete colonias que hay en la GAM. De estos, hoy no funciona ninguno. Una buena parte de los que fueron consejeros y ahora se hacen pasar como tales, son puro jarabe de pico. Se paran el cuello ante sus superiores diciendo mentiras y éstos les creen porque nunca se han parado en los territorios. Jamás han tenido contacto con la gente, con la realidad y con el tiempo 

En este ir y venir de la “clase política de Morena” se la pasa gritando que vamos a “derrotar políticamente a la oligarquía para hacer valer la democracia, establecer un gobierno que combata la codicia y la corrupción, distribuya con justicia la riqueza que se produce con el trabajo y se  garantice el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo” Pero hasta ahora, no acompañan sus dichos con los hechos. Lograr este objetivo requiere contar con el apoyo del pueblo, estar ligado a sus luchas, correr a los oportunistas y abrir los espacios para la crítica y la autocrítica. Sin esto, sin concientización política, organización, trabajo, información, ideales y el apoyo de los ciudadanos, nada será posible

Los líderes de Morena, excepto AMLO, no hablan, no escriben, ni educan a nadie. Hay pobreza de ideas, de propuestas y de trabajo por parte de la mayoría de los dirigentes. Lo que predomina es la banalidad, el folclor político y el desprecio a la inteligencia ciudadana. Es patético ver cómo aquellos que en otros tiempos elegimos para que coordinaran nuestro trabajo, se han convertido en defensores del status quo, han olvidado sus responsabilidades con las bases, no dan información ni se presentan a las reuniones. Ya se volvieron cupuleros. Ahora lo que buscan es codearse con los que tienen el poder. Suponen que las viejas prácticas políticas serán las que se impongan en la distribución de los puestos. Son esos “adelantados” ridículos y esquizofrénicos, de los que habla Andrés Manuel

Si el sistema ha pervertido las ideas y el comportamiento cultural y político de la sociedad, Morena está obligada a empeñar grandes esfuerzos para capacitar a sus “líderes” para que éstos contribuyan al mejoramiento del nivel cultural de los electores. Sin embargo, pareciera que éstos rápidamente se están acomodando a las nuevas circunstancias. Los esfuerzos por remontar estas debilidades, no los conmueve. Se sienten bien donde están y como están. Por eso hay que desprendernos de quienes sostienen que la política sólo la pueden hacer los políticos. Los que saben. El pueblo no tiene necesidad de pensar ni de actuar porque para eso están los líderes, los ilustrados. Los de la prole, hay que mandarlos al destierro político, según lo describió en El imperio perdido, el gran demócrata José María Pérez Gay. La marea que ha de subir las aguas viene de abajo hacia arriba. Los de a pie, estamos levantando la frente y pronto nuestros pasos serán oídos en toda la nación. ¡Se equivocan quienes nos quieren marginar! La práctica demuestra que todo cuanto tenga que hacerse para transformar el país, tendrá que hacerse con la gente. Nada vendrá desde arriba.  

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