A la
derecha la representan una botarga y un llorón
Por
JESÚS SOSA CASTRO
Cuando veo a Xóchitl Gálvez y a Santiago Creel vestirse
de botarga y de cirquero llorón, creo que la vergüenza y el recato de la oposición
junto con sus distintos aparatos de control y manipulación, están viviendo su
fase terminal. Desde luego que estas personas y sus partidos tienen legítimo
derecho a hacer el ridículo, a seguir buscando regresar al gobierno, a
recuperar sus privilegios perdidos, a sentirse, otra vez, los dueños de México.
Sólo que, para su desgracia, las formas y el fondo que están utilizando, ya no
corresponden al despertar de la conciencia, a la rebeldía y a la organización
que, en cinco años, ha logrado la mayoría del pueblo de México
Para ganarse el voto de la gente, se requiere algo más
que decirse indígenas, pobres, vender gelatinas, o querer pasar como vendedores
de patriotismo y conocedores per sé de la constitución. Apelar a derechos de
sangre o a orígenes indigenistas cuando no se tienen, no solo es caricaturesco,
es una falta de respeto a los que quieren imitar. Los indígenas tienen inteligencia
cerebral, han resistido a lo anglosajón, al avasallamiento de los gobiernos y
políticos corruptos y han hecho aportes indescriptibles a la ciencia y a la
cultura
Conocen su historia, sus necesidades y saben
gobernarse con líderes honestos, elegidos por su gente. Muchos no cobran
salario, no tienen prestaciones como los políticos trasnochados que financian a
las botargas ni se parecen a los corruptos encabezados por Norma Piña y los
demás miembros del poder judicial. Viven y trabajan apoyándose de manera
colectiva. Conocen, practican y se conducen de manera solidaria y fraternal.
Esto es lo que conoció y le dejó al pueblo Guillermo Bonfil Batalla en su libro
sobre Los pueblos originarios. Pero estos globos de cantoya echados a volar con
aire artificial por los jeques de la derecha ya se andan desinflando antes de levantar
el vuelo
Y es que, a los señores del Frente Nacional por
México, no van a llegar lejos si siguen vomitando membretes y falsedades. No
van a ganar el voto del pueblo si los que sostienen, empujan y financian a los
payasos y llorones, son los personajes impresentables encabezados por Vicente
Fox, Carlos Salinas de Gortari, Claudio X González, Felipe Calderón, José Ángel
Gurría, Carlos Alasraky, el Saco de pus, Beatriz Pagés Rebollar y un montón de
medios y periodistas chayoteros. ¡Puros neoliberales y ratas! Para que el
pueblo más o menos los tome en serio, necesitan contar con un proyecto político
de cara a sus necesidades y demandas, caminar a ras de tierra y recoger las
exigencias y sentimientos de los que ellos han explotado y humillado
Pero esto no se les da a los derechosos. La mayoría de
los que les están dando aire a sus globos, son los que perdieron el gobierno en
el 2018, los que le robaban impunemente al erario, los que perdieron sus
privilegios, los que no pagaban impuestos, los detentadores del poder político
y económico. Los que reprimían a los disidentes, los que utilizaron al ejército
para masacrar, los que desaparecieron a 43 estudiantes de Ayotzinapa, los que
impidieron que Margarita Zavala y su pariente fueran a la cárcel por el crimen
contra 49 niños quemados en la guardería ABC. Los que apoyan a la botarga y al
llorón, son los corruptos, los asesinos, los entreguistas, los clasistas y los
racistas
Sus políticas, nunca han estado al servicio del pueblo.
Responden a quienes, desde las cúpulas económicas y políticas, defienden sus
privilegios y el pillaje, el entreguismo al imperio norteamericano, la
privatización de las empresas y el enriquecimiento al amparo del poder. Por eso
la inflación que están haciendo de Xóchitl y de Santiago está reventado.
Quisieron sembrar una imagen mezclando indigenismo, pobreza y cercanía con el
pueblo. Pero la falsedad, como la justicia, tardan en aparecer, pero siempre salen
a la luz. Y éstas ya están saliendo a borbollones
Ni Xóchitl ni Santiago llegarán a la silla
presidencial. La historia política y personal de ambos está llena de intereses
ocultos, de corrupción. Por sí mismos no llegarán a ningún lugar. Son globos
que ha inflado la derecha al través de recursos que vienen de los EU, de los
ladrones del país, de los que vendieron las empresas públicas, las carreteras,
puertos, playas, aeropuertos, minas y contando. Los dos representan a la
derecha, a sus intereses y privilegios. Saben que los indígenas, los que venden
gelatinas, el pobrerío como dijera el inefable de Fox, no votarán por ellos.
Votarán por el proyecto y los resultados que pueblo y gobierno han construido para
bien de su nación. La botarga y el llorón seguirán haciendo circo para los que los
empujan y aplauden. ¡No es casual, cada quien sus gustos y sus apoyadores!
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