¿Cómo
entender el plan C del presidente?
Por
JESÚS SOSA CASTRO
Hablar del Plan C del presidente, no solo implica
entender bien la importancia que tiene ganar la Presidencia de la República, los
dos tercios en el Congreso federal, las gubernaturas, congresos locales y
presidencias municipales. Significa que el proyecto de la Cuarta Transformación,
concebido por AMLO, trabajado por su equipo, arropado por más de treinta
millones de mexicanos, tiene que pasar ahora, del apoyo popular, a ser la
consciencia, el alma y el corazón de la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Es
decir, la coalición nuestra tiene que lograr que el 70% de los electores, que
han hecho suyos los resultados del presidente López Obrador, repita este apoyo votando
por sus candidatos el 2 de junio del 2024
Proporcionalmente a estos logros, ha crecido, también,
la rabia, el clasismo, el racismo y la frustración de la derecha reaccionaria. En
su desesperación está haciendo uso irracional de recursos económicos
provenientes de los ardidos, de los desplazados del gobierno, del imperio
norteamericano, de la mayoría de los medios de comunicación nacionales y
extranjeros, en su vano intento de descarrilar el proyecto de transformación
iniciado en el 2018.Su afán por volver al poder, está pariendo botargas,
llorones inversos, “derechosos de izquierda” indígenas artificiales y críticos
de “huevones” Sus gerentes y jefes quieren quitarles los apoyos a los sectores
vulnerables, mientras ellos lloran por volver por sus fueros para seguir
robándole al país
Ante este “exigente” palabrerío, el pueblo está
obligado a crecer política e ideológicamente. Pasar de la crítica facilona, a
un debate de alto nivel. Haciendo de la palabra y la acción, los instrumentos para
acabar con los que conspiran permanentemente contra los intereses del pueblo.
Contra los que defienden la podredumbre de una parte importante de la sociedad
que se ha neoliberalizado. Los que tienen de su lado a los medios de
comunicación que han pervertido su función informativa para convertirse en lamesuelas
de los detentadores del poder. Como pueblo, tenemos que entender que es en los
procesos revolucionarios donde se hacen coincidir los dichos con los hechos
Los que están en la oposición, hacen análisis y
diagnósticos que coinciden con lo que dicen porque lo único que tienen son palabras.
Carecen de razones, causas y proyectos. Pero la izquierda si hace un mal
análisis de la situación, la conduce a lo que bien señalara Yang Zhu: “un paso
en falso, un diagnóstico equivocado y superficial, llevan a la izquierda, inexorablemente,
a millas de distancia del objetivo que persigue” (1) Y es que, a pesar de
avances inequívocos en el despertar de nuestro pueblo, hay que aceptar que seguimos
teniendo un déficit muy serio en cultura democrática
Los de la coalición Juntos hacemos historia tenemos
que hacer nuestro lo que ya preveía Elías Canetti: “No hay que dejarse
arrastrar por la soberbia solo porque en nuestros anales tenemos registrada una
importante Victoria. Porque si ese triunfo implica no entender el sentido de lo
alcanzado, no mereció la pena haber participado en la lucha” (2) Se dan casos que
de tanto combatir al enemigo, puedes terminar pareciéndote a él. Un pensador se
orienta por una disciplina propia y por la obediencia suya, mientras que los
políticos se rigen por una disciplina ajena y por mandar obedeciendo. Es en el artículo
39 de la constitución, donde están los poderes y decisiones del pueblo
Todo lo antes escrito viene a cuento porque estamos
entrando a la que va a ser la madre de todas las batallas. Si persiste el
empeño de profundizar el proceso de transformación, no solo tenemos que ganar
la mayoría absoluta en todos los congresos. En estos, se tiene que derrotar el
pensamiento conservador que vive en el poder judicial y en sus acólitos, porque
la gran obra de éstos, no es estar en contra de todas las iniciativas de ley que
vienen de los otros poderes. Su obra maestra es haberse colocado abiertamente
del lado de las mafias del poder, defender a los potentados y a los criminales.
Son el bastión de la corrupción y de la podredumbre
Tenemos que derrotar las imposiciones de candidatos que
no sirven al pueblo, organizar y movilizar al partido y al movimiento para que
no se deje engañar más por los neoliberales. Tenemos que operar y trabajar para
impedir que los oportunistas sean sustituidos por otros oportunistas, que unas
élites sean sustituidas por otras élites. Hoy es el tiempo del pueblo. Tenemos,
todos, que apostar por la organización, por la lucha, por la verdad, la justicia
y la transformación
(1-2) Citas de Ramón Lobo en su libro Conversación con
Juan Carlos Monedero. Ed. Turpial
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