El señor que
cayó para arriba
Por JESÚS
SOSA CASTRO
El señor Francisco Chíguil Figueroa, aún alcalde de la GAM,
cayó para arriba. Nos quiso imponer otro cacicazgo como el de Víctor Hugo Lobo
con su esposa y le falló. Sólo que milagrosamente lo hicieron suplente del
Senador electo Omar García Harfuch y a partir del 1º de octubre será Senador de
la Republica porque el titular se irá como Srio. de Seguridad Pública y Protección
Ciudadana con la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo. Fue un alcalde que
con los meses se fue haciendo chiquito, inversamente proporcional a los votos
que le dimos para que gobernara la GAM. Es verdad que hay hombres mediocres que
no se dan cuenta que lo son, hasta que sus obras se empiezan a caer o sus
dichos comienzan a causar molestia social. Este es el caso de Chíguil
El Ing. tomó posesión el 1º de octubre del 2021. Muchos vecinos
de a GAM acudimos presurosos a verlo en sus oficinas para plantearle los
problemas urgentes que teníamos en nuestras colonias. Se nos ofrecieron
soluciones prontas y expeditas. Pero a la vuelta de casi tres años, los hoyos,
las bandas de los “franeleros” en los alrededores de la Basílica, las dobles
filas de autos en las calles donde están las escuelas particulares, la
apropiación privada de los espacios públicos por particulares y bandas de
vivales, la inseguridad, el abandono de los parques y jardines y los negocios
de extorsionadores contra los transportadores de peregrinos; son parte de las
palabras y compromisos incumplidos de este señor. Hoy cacha bolas con la “izquierda”
mientras con la derecha busca los favores y prebendas de los chipocludos
Para acabarla de joder, Chíguil ha permitido que cualquier
vecino, sin el amparo de la ley, se dé el lujo de cerrar las calles aduciendo
razones de seguridad, pone barras para que nadie se estacione momentáneamente en
las calles. Los franeleros o los viene viene, cobran por adelantado hasta
cincuenta pesos por dejarte estacionar en un espacio público que ellos han
hecho suyo. Si no pagas por adelantado, corres el riesgo de que te rayen tu auto,
te roben los accesorios o te ponchen las llantas. Se ha desarrollado una
cultura gandaya con la participación o el contubernio de la alcaldía. Nadie
puede caminar seguro por las calles porque bandas de jóvenes te despojan de lo
que llevas y si te resistes, te matan
¿Qué hacer con las peseras, con la contaminación, y con los
vendedores ambulantes? ¿Y de la corrupción y del autoritarismo que restringe la
ocupación de los espacios públicos? ¿Y qué hay del aumento de la criminalidad?
¡Los policías se han convertido en los extorsionadores con uniforme! Es un
despropósito que este señor se vaya de senador dejándonos una alcaldía llena de
hoyos, con una corrupción en los servicios públicos que dan pena ajena. La GAM
y sus habitantes no nos merecemos la mediocridad que se sigue premiando
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