miércoles, 19 de febrero de 2020


Las extrañas máscaras de las feministas

Por JESÚS SOSA CASTRO

Escribo estas líneas estrujado por hechos que me enfrían el ánimo y la razón. Busco las causas de lo que circula por mi mente y solo encuentro polvos de sucesos que no puedo aplaudir a pesar de que su causa también es mi causa. El 14 de febrero fue por muchos años una fecha que inoculó a la sociedad el argumento de que ese día estaba dedicado al “amor y a la amistad” El romanticismo lo vistieron con argumentos falaces en los que predominaban los intereses del mercado. El sentido humanista y hasta poético fue burlado por la vendimia. Pero hoy, esta fecha fue el día de las violentas, de las malandrinas, de las incendiarias, de las que se niegan a descubrirse la cara para dialogar y encontrar soluciones a los problemas de todos
¿Por qué sus vandálicas actitudes si el gobierno y el pueblo tienen abiertas las puertas para el diálogo y la razón? Hay que preguntarse por qué actúan así estos grupos de feministas encapuchadas. De cara a los hechos, hay evidentes cambios en el ejercicio de la política que mira por el bienestar y los intereses de todos. Entre otras muchas acciones de gobierno se han devuelto los derechos a los ciudadanos. Muchos hasta se dan el lujo de ofender al presidente de la Republica sin que pase nada. Se viven todas las libertades, hay esfuerzos para atender a los sectores vulnerables, se ha devuelto a los trabajadores el derecho a ejercer la democracia sindical, se está atendiendo a los jóvenes, hay libertad de expresión y manifestación, y, sin embargo, la violencia sigue estando presente
Los feminicidios, los homicidios dolosos, los delitos comunes, la violencia del crimen organizado, la crítica sesgada de los grupos de poder, todos, están lanzados contra las políticas del presidente de la República, pero no dicen ni violentan nada contra los gobiernos inútiles y corruptos del Estado de México, Guanajuato, Tamaulipas o Jalisco. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es lo que está detrás de estos actos vandálicos que sólo desacreditan las legítimas protestas de aquellos sectores cuyas demandas no han sido resueltas? ¿Es una fiscalía como exige la vocera de las encapuchadas lo que va a resolver el problema? Una fiscalía investiga y sanciona a los que cometen los delitos, pero no los prevé, ni los impide. Tampoco el Estado está en condiciones de cuidar a 130 millones de ciudadanos de manera individual. Se trata de acabar con las causas que generó el neoliberalismo al enfermar a toda la sociedad
 Yo quería escribir sobre lo que para muchos están significando los logros que ya se observan en la situación económica y social de la gente, hablar de esa alegría que empieza a estar presente en los jóvenes, en los adultos mayores, en los pueblos indígenas. Quería hablar del pundonor, del trabajo y del contacto del presidente con su pueblo, quería hablar de cómo juntos podríamos resolver las legítimas demandas que levantan las sin rostro. ¿Pero cómo hacerlo si estos grupos no dan la cara ni sus nombres y sólo pasean su indignación destruyendo y lastimando espacios y monumentos llenos de historia? Lo legítimo lo convirtieron en conductas violentas e irracionales. La izquierda histórica, los obreros y los estudiantes enfrentamos a los gobiernos represores del prianismo dando la cara, sin violencia y sin destrozar el mobiliario urbano. Hicimos huelgas, tomamos las calles, las plazas, nos masacraron, metieron a la cárcel a nuestros líderes y a muchos los mataron o los desaparecieron. En el 2006 cuando el PRI, el PAN y sus compinches le arrebataron el triunfo electoral a AMLO, millones de personas tomamos el Zócalo y Reforma sin haber quebrado un solo vidrio. Con honor miramos a los ojos de nuestros adversarios y con la frente en alto defendimos dignamente nuestro derecho al disfrute de la libertad y la justicia. Hoy estas feministas se esconden tras las máscaras
¿Con quién hay que construir el camino que nos lleve al logro de soluciones si las demandantes esconden su rostro y solo se identifican como incendiarias, destructoras de edificios públicos y bienes privados? ¿Cómo hacer posible que este torrente de injurias se convierta en capacidad política para sentarse con los actores que tienen en sus manos estos asuntos y generar las condiciones que nos conduzcan a la solución de las demandas sociales? Muchos de los que no compartimos estas formas de hacer política hemos sufrido cárcel y muerte defendiendo las mismas demandas. Lo hicimos sabiendo quién era nuestro adversario principal. El gobierno de AMLO no es con quien tenemos que enfrentarnos. Los adversarios del pueblo los tenemos ubicados, sabemos quiénes son y lo que están tramando. ¡No se equivoquen, no somos ingenuos!

  

  

miércoles, 12 de febrero de 2020


Entre desafíos y líderes venales

Por JESÚS SOSA CASTRO

En varios medios informativos despunta un debate sobre si hay crisis orgánicas o solo problemas políticos en los partidos. Se hace un recuento del estado en que se encuentran el PRI, el PAN, el PRD, la chiquillada y desde luego, Morena. Objetivamente hay sobradas evidencias de que, de los partidos viejos, cual más cual menos, abandonaron programas, ideales, proyectos de gobierno y desde luego, a sus votantes. El hecho de que la ley los considere como Instituciones de Interés Público no los convierte, en automático, en las herramientas políticas ni les provee ideas para cumplir con ese honroso papel. Por eso los ciudadanos los ha castigado con su voto y hoy están a punto de perder su registro. En lugar de recoger las necesidades y demandas de sus representados se convirtieron en aparatos electoreros para promover liderazgos buenos para nada olvidándose de los intereses de la gente. Castraron las iniciativas ciudadanas y se convirtieron en retrancas contra la democracia
¿Estamos hablando de una crisis orgánica o solo de problemas políticos como algunos politólogos y opinantes sugieren? ¿Es una crisis orgánica o es una cuestión que solo tiene que ver con la falta de formación ideológica y un manejo desaseado de la política? Yo creo que el actual sistema de partidos reúne en sí los dos cuestionamientos. Sus crisis orgánicas son consecuencia de la pérdida de sus ideales, de sus propuestas políticas y del alejamiento creciente de sus bases de apoyo. No tienen sustento teórico y por lo tanto su mensaje no logra echar raíces en sus militantes ni mucho menos en el pensamiento de la sociedad. Sus dirigentes no entendieron el papel del intelectual colectivo, impulsor del desarrollo de la conciencia política y del cambio social. Su capacidad se quedó varada en el fortalecimiento de sus aparatos de control para utilizarlos en las justas electorales
La descomposición social, la falta de propuestas y la ausencia en la atención de las demandas de la gente, es lo que está siendo cuestionado y repudiado por sus militantes y por la sociedad. Sus dirigentes no solo se alejaron de sus bases y de los sectores proclives a seguirlos. Se convirtieron en una carga para las finanzas públicas, en una élite de arribistas, corruptos y corruptores, en un estorbo para la participación democrática de sus bases y en un instrumento repartidor de canonjías a amigos y a mafias cercanas a ellos. ¡Esto es lo que sucedió también en Morena! Al irse AMLO como candidato a la presidencia Yeidckol Polenski, como se le conoce en el bajo mundo de la política, se quedó como Secretaria General en funciones de presidenta con un equipo que desde que fue integrado, no se le conoce un solo pronunciamiento sobre lo que pasa en el partido, en el país o en el gobierno. ¡Realmente dan pena ajena!
Esto sería suficiente para que la misma “señora presidenta” hubiera llamado en tiempo y forma a renovar los órganos de dirección sobre todo porque su período de gestión había terminado desde el 20 de noviembre del 2018. Pero como es cabeza dura y le agarró el gusto andar intrigando en los tribunales en lugar de atender las tareas políticas del partido, resulta que esta señora y sus burócratas no se quieren ir. Se la pasan judicializando la política y convirtiendo al partido en rehén del INE y del TEPJF con la absoluta complacencia de los adversarios del Nuevo Proyecto de Nación. La conducta facciosa de este grupo atropella y niega los derechos y decisiones que la mayoría de la militancia tomó en el Congreso Extraordinario del 26 de enero del año en curso
El panorama político pinta complicado. La irritación de la gente está llegando a las calles y su exigencia es la renuncia de Lorenzo Córdova, no a la reelección de su títere Secretario Ejecutivo, no al fraudulento registro del partido patito del Tomandanate Borolas, reconocimiento inmediato al CEN encabezado por Alfonso Ramírez Cuéllar. La gente no va a permitir que el INE, el TEPJF, la oposición ultramundana, el izquierdismo infantil, la politiquería, las intrigas, las mañas y los intereses del grupo de la Yeidcko, continúen golpeando al gobierno federal y generándole problemas a Morena. La militancia ya está hasta la madre de todas estas trácalas. Lorenzo, sus compinches del INE y otros Vociferan contra la reelección, pero la practican imponiendo a personajes siniestros, alcahuetes y operadores de los fraudes electorales. En el INE, en el TEPJF y en otras instancias, se concentra lo peorcito de un sistema político que se niega a morir. Estas viejas criaturas golpistas están judicializando la política en su vano intento de estorbar el avance de la democracia, la libertad y la justicia. ¡Pero se la van a pelar!



miércoles, 5 de febrero de 2020


Voluntad y poder, los retos de Morena

Por JESÚS SOSA CASTRO

El 26 de enero la mayoría de militantes de Morena elegimos un nuevo presidente para que, en cuatro meses máximo, convoque al Congreso Nacional Ordinario en el cual se renovarán democráticamente todos los órganos de dirección.  Podría decirse que este evento se realizó con tres propósitos fundamentales. Recuperar la vida orgánica y política del partido, regularizar el funcionamiento de sus órganos de dirección y acabar con el oportunismo que había sentado sus reales en ese partido. Esta decisión provino de lo más profundo de la conciencia de la militancia. La lección que nos deja esta lucha tiene que ver con lo que los clásicos les atribuyen a Crasio y Espartaco, “ustedes, los de abajo, le decía Crasio al líder de los esclavos, son los dueños del bastón, de las lanzas, los llamados a vencer, los que organizan la vida comunitaria, los que rompieron todas las fustas y todas las espadas”
La rebelión que se dio el 2018 fue una rebelión popular que abrazó un proyecto social y que un grupo ajeno a ella nos quiso arrebatar. Pero como Espartaco y sus camaradas, la militancia salimos del letargo para disponernos a romper todas las fustas y las lanzas que obstruían nuestros derechos y libertades. El encabronamiento lo convertimos en conciencia para movilizar nuestra voluntad y dar fin a las causas de la tragedia que estábamos viviendo. Nos reunimos consejeros y miles de militantes y nos preguntamos en voz alta, si era justo lo que nos estaba ocurriendo como partido. Miramos a nuestro alrededor y observamos que todo lo andado y construido lo habíamos hecho nosotros. Parodiando a Howar Fast, dijimos que en esta lucha no teníamos nada que perder que no fuera el sometimiento, la exclusión y el silencio. Por eso convertimos nuestra voluntad en poder y el poder en libertad para hacer justicia. Casi derrotados, volvimos a triunfar
Estoy hablando de que la mayoría de los miembros del partido estamos dispuestos a cambiar las estructuras del sistema, de ligar la lucha de un partido democrático con todas las luchas sociales, Queremos convertir la fuerza de las mayorías populares en el instrumento que haga posible la transformación nacional. Queremos que el partido sea el puntal básico que lleve adelante la rebelión que estalló el 1º de julio del 2018. Por eso salir de la pasividad y de las disputas internas es no solo urgente sino necesario. Estoy hablando de ese momento en que los trabajadores y la mayoría de la población, sienten que ha llegado el momento de enfrentar su fuerza, su organización y su lucha en contra del conservadurismo demencial y del izquierdismo infantil. La pobreza, el desempleo, la inseguridad social por sí mismos no llevan a la transformación del país, Se requiere que el pueblo y su partido tomen conciencia de su función y generen sus propios mecanismos para enfrentar a sus adversarios
GIoconda Belli en su hermoso libro El país de las mujeres dice que la política desafía la imaginación. A veces para bien y en otras para mal. Pero cuando la mujer comprende el significado de su rol, impide que la soberbia se convierta en estupidez. Si las mujeres tienen que ser parte importante en el desarrollo de una nación o de un partido, deberían tener presente la necesidad de alinear sus pensamientos y sus acciones como lo hicieron Josefa Ortiz de Domínguez, Benita Galeana o Viviana Sansón, entre otras heroínas. Muchas de las aportaciones en la vida política de una sociedad provienen del campo de las mujeres. Pero esta verdad de perogrullo tiene matices que no se pueden obviar. Para algunas, el poder es un instrumento que se puede ejercer al margen de la ética, de los ideales y de los principios que se deben sustentar. Para otras lo que prevalece es el sentido del deber, del servicio, de la lealtad, del trabajo y de la identificación con su clase o con los sectores populares que las llevaron a los encargos públicos
¿Es Morena ese partido que puede ser el transformador de la sociedad? ¿Cuenta con una dirección competente al servicio del nuevo proyecto de nación? ¿Es un partido impulsor de la unidad interna y de las luchas sociales que se dan en el país? ¿Ha construido un amplio frente popular que defienda la transformación social y política de México? Morena representa un gran compromiso que requiere modificaciones urgentes en su dirección, en su trabajo y en su contacto con el pueblo. El crédito político que hemos convertido en bandera y que ha impulsado nuestro proyecto, no podrá convertirse en realidad si Yeidckol sigue como presidenta en funciones y no abandona de inmediato sus pretensiones patrimonialistas. El partido exige que se acabe con las disputas internas y que el encargo que le dio el congreso a Alfonso Ramírez Cuellar lo ponga de inmediato al servicio de las tareas políticas y de organización que se requieren en Morena. De lo contrario….